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EL AUSCHWITZ CRIOLLO

Estupor por hallazgo de fosas comunes y campo de exterminio paramilitar.

15 de mayo de 1989

La información sólo era conocida por media docena de altos funcionarios del gobierno y toda la investigación se había realizado utilizando papel membreteado con el sello de "confidencial". Por eso cuando las autoridades dieron la orden, el 7 de abril, de allanar 3 haciendas en Puerto López, al lugar se desplazó un centenar de funcionarios entre jueces, agentes de la Procuraduría y del DAS. Se presumía que algo gordo se iba a descubrir.
Las investigaciones abiertas por el gobierno dentro de lo que se ha denominado "Plan Vida y Democracia", ya habían comenzado a dar resultados con el descubrimiento de un grupo de sicarios, en el barrio Marsella de Bogotá, y que de acuerdo con el DAS, estaba al servicio de Gonzalo Rodríguez Gacha. Pero, lo que las autoridades no pensaron jamás encontrar en la hacienda "La Sesenta" de 25 mil hectáreas de extensión y en las otras dos de Puerto López (Meta), era un centro no solo de entrenamiento de paramilitares sino de tortura y muerte. Es decir, un campo de concentración al estilo del de exterminio que los alemanes tenían en Polonia, el de Auschwitz.
El director del DAS, general Miguel Maza Márquez, confirmó que las fincas "son de propiedad del esmeraldero Víctor Carranza, socio del asesinado Gilberto Molina". Las primeras informaciones daban cuenta de que se calculaba encontrar un centenar de personas sepultadas; sin embargo hasta el momento sólo se han desenterrado 6 cadáveres, pertenecientes a campesinos de la región, desaparecidos, por lo menos, desde hace un año.
La finca "La Sesenta" está ubicada a 10 minutos en carro de Puerto López y las otras dos, "La Reforma" e "Iberia", a 5 horas. Hamacas aún colgadas, provisiones alimentarias como para 100 hombres, camas tendidas, varios radios de comunicaciones y caletas, la mayoría sin armas, pero en otras armamento del utilizado en operativos militares, fueron encontrados.
Los que desaparecieron del lugar sin dejar rastro fueron los habituales inquilinos de las haciendas, sólo 17 empleados se encontraban en las fincas. Estos aseguraron a las autoridades que nunca presenciaron ejecuciones y que tampoco sabían qué labores se desarrollaban allí.
El director del DAS aseguró que, de acuerdo con los expedientes y las informaciones que han recibido, se puede inferir que de estas haciendas salieron hace poco unas 40 personas que recibieron entrenamiento militar, pero se desconoce hacia qué lugar del país se dirigieron. Según un informe secreto en poder del presidente Barco, agentes israelíes, británicos y suecos habrían dictado estos cursos. SEMANA también conoció de una alta fuente oficial que un agente de la DEA logró infiltrarse como entrenador y fue una de las personas claves para detectar los sitios de entrenamiento.
Aun cuando la llamada "universidad del crimen" quedó al descubierto la semána pasada, la historia no era nueva. En marzo del 87, Jaime Pardo Leal en el Senado de la República, citó a los civiles ligados con el narcotráfico, señalando a los desaparecidos Pablo Guarín y Gilberto Molina, asi como a Gonzalo Rodriguez Gacha, Pedro Ortegón, Genaro Gutiérrez y Victor Carranza, como los jefes de bandas paramilitares en los Llanos Orientales y en el Magdalena Medio.
Y todavía no se acababan de recorrer las fincas de Puerto López cuando las autoridades descubrieron en Antioquia, en la vía que conduce de Envigado a Sabaneta, una finca llamada "Villa Juliana", que según las autoridades era denominada por los delincuentes como "Casa Azul". La finca posee circuito cerrado de televisión y un moderno sistema de alarmas. La casa, de acuerdo con el informe de la Policía Metropolitana de Medellín, era un centro dedicado a la tortura. Armas, 13 carros de todas las marcas, colores y tamaños fueron encontrados y se logro detener a 14 sicarios, entre ellos una mujer. También fueron liberados dos secuestrados Y según personas que se encontraban allí, un hombre a quien denominan "El Gringo", que las autoridades piensan podria ser Pablo Escobar, escapó del lugar minutos antes con siete acompañantes.
Estos golpes al sicariato y la certidumbre de que los grupos paramilitares obedecen a una estructura fuerte que recibe entrenamiento militar y que ya posee cuarteles de adiestramiento, comienzan por fin a despejar el panorama en torno a este fenómeno criminal. La labor de las autoridades y toda la información que se ha recogido están señalando que al paramilitarismo le llego la hora y que la acción de las autoridades ya no puede dar marcha atrás.