CRÓNICA
El cambio de la cúpula: una noche intensa
Los cambios anunciados por Santos cogieron por sorpresa a todo el mundo.
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Hace unos días el saliente comandante del Ejército, Sergio Mantilla, estaba conversando con algunos civiles en compañía de varios oficiales. Uno de sus interlocutores le dijo: ¿General, usted si cree que va a salir algo de La Habana?
El experimentado militar no dudó un segundo: "Claro. Allá se va a firmar un acuerdo, las FARC van a firmar"
En un país donde reina el escepticismo por el proceso de paz que adelanta en Cuba el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla más antigua del continente, los civiles quedaron perplejos ante tan optimista afirmación. Hubo un silencio de unos segundos que fue interrumpido por otro militar que añadió:
"Van a firmar porque los tenemos derrotados, porque les hemos dado durísimo, los vencimos militarmente y ahora los obligamos a sentarse en la mesa".
El propio general Mantilla reafirmó lo dicho con ejemplos. Esta cúpula militar como ninguna otra se había anotado los golpes más severos a la guerrilla de las FARC. De hecho, Mantilla y los otros altos oficiales habían acompañado a Santos desde el inicio de su mandato y estuvieron al frente de la muerte en combate del ‘Mono Jojoy’, en septiembre del 2010; y la de ‘Alfonso Cano’, en noviembre del 2011.
Así que con semejantes resultados era natural que nadie pensara en el retiro o en un cambio que se saliera de la rutina. En la noche de este lunes 12 de agosto, el país estaba pensando en otras noticias. En la visita de Kerry, en la pelea de Santos y Uribe y en la discutida venta de Isagen.
En las redacciones de los medios de comunicación se preparaban informes de la llegada de Nairo Quintana o del salto de Caterine Ibargüen. A nadie, sin embargo, se le pasaba por la cabeza que Santos fuera a hacer un anuncio de semejante trascendencia en esta noche .
Pero así fue. Entonces empezó una noche intensa. Los extras informativos empezaron a caer en cascada. En los corrillos políticos se empezó a hablar del cambio en el estamento castrense y de su significado.
En ambos sectores había coincidencia en un tema: el cambio se hizo porque el presidente ya está pensando en el postconflicto y está buscando los mejores hombres que se adapten a esta circunstancia. Atrás quedan los denominados duros, los hombres de la guerra. Por eso, Santos al despedirlos fue enfático.
“La cúpula que sale lo hace por la puerta grande, con la frente en alto y el orgullo del deber cumplido”. A sus sucesores les dijo que les corresponde un reto histórico: “Reemplazar a la cúpula que más resultados ha cosechado en la historia”. Y los 400.000 hombres y mujeres que conforman las Fuerzas Armadas se fueron a dormir sabiendo que hoy al madrugar tienen unos nuevos comandantes.