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EL CRIMEN DE DIANA MARCELA

Está a punto de aclararse el asesinato de la heredera de una de las fortunas más grandes del país.

16 de octubre de 1995

COMO EN LAS NOVELAS DE Agatha Christie, cada día que pasa aparecen nuevos elementos que van tejiendo la novela de misterio en que se convirtieron los asesinatos de la menor Diana Marcela Caldas -heredera de una multimillonaria fortuna- y de su madre, hechos ocurridos en Bogotá en abril del año pasado. Muy pocos crímenes han conmovido tanto a los colombianos como el asesinato de Carmen Galán Pinilla y de su pequeña hija de sólo 6 años de edad. La efectiva labor de los organismos investigadores, especialmente de la Fiscalía, hizo que en menos de cinco meses fueran capturados el autor material y los autores intelectuales del doble homicidio.
Sin embargo, en los últimos meses han sucedido una serie de hechos que tienen bastante preocupadas a las autoridades. En todos ellos aparece vinculado el médico Iván Raúl Caldas, hermanastro de la menor y quien está sindicado de ser el autor intelectual del asesinato. Caldas se encuentra recluido en la cárcel La Modelo de Bogotá en espera de que se lleve a cabo la audiencia en la que, en caso de ser hallado culpable, podría ser condenado a 60 años de prisión.
El primero de esos hechos ocurrió en mayo pasado cuando Saúl Rodríguez González, autor material del asesinato, remitió al juzgado 5° Penal del Circuito de Bogotá un comunicado en el que denunciaba las presuntas violaciones a sus derechos humanos por parte de las autoridades. Igualmente para esa fecha envió al fiscal general, Alfonso Valdivieso, una carta en la que decía, entre otras cosas, que había sido víctima de los más "siniestros engaños, atropellos e injusticias por parte de quienes en su oportunidad me capturaron, instruyeron el proceso y finalmente me condenaron".
De acuerdo con la nueva versión de Rodríguez, quien ya fue condenado a 60 años de cárcel, el autor intelectual del doble crimen no sería el médico Iván Raúl Caldas, como inicialmente habían establecido las autoridades, sino José Larrota, quien era el compañero permanente de Carmen Galán en el momento del asesinato."El dìa martes de esa semana de los hechos yo le pregunté a Oscar Vallejo que por qué la mandaba a matar a esa señora pues al fin y al cabo no me interesaba porque yo iba era por mi plata, pero que por qué también la niña. Y me dijo que esa señora tenía un marido y que le estaba sacando mucha plata y que ese señor pagaba una plata y que de una la niña (sic)", dijo Rodríguez en su nueva declaración.

NUEVOS TESTIMONIOS
José Larrota, el hombre al que define Rodríguez como el presunto autor intelectual del doble asesinato, se había convertido en el compañero permanente de Carmen Galán Pinilla luego de la muerte de su esposo, José del Carmen Caldas Tunjo, un millonario hombre de negocios, quien al momento de morir en 1992 dejó una fortuna aproximada de 25.000 millones de pesos. Caldas Junco tuvo como primera esposa a María Sonia González y de esa unión nacieron cinco hijos. Uno de ellos es el médico Iván Raúl Caldas González, presunto autor intelectual del asesinato.
El nombre de José Larrota había sido considerado inicialmente como una de las personas que debería tener conocimiento de los hechos. Como compañero habitual de Carmen Galán, las autoridades consideraban que seguramente la madre de la pequeña Diana Marcela lo tenía al tanto de todo lo que venía sucediendo, especialmente lo relacionado con las amenazas de muerte que estaba recibiendo. Sin embargo, luego de las investigaciones preliminares, el fiscal 87 de la Unidad de Vida, Gregorio Oviedo, consideró que no había méritos ni pruebas para vincular a Larrota con el asesinato de la menor.
Una de las conclusiones a las que llegó el fiscal Oviedo es que el crimen no tuvo una razón distinta a la repartición de la herencia. "La manera como fue planeado el asesinato y las investigaciones que realizamos sobre esos hechos nos llevaron a pensar que el doble homicidio no tuvo nada que ver con una venganza, ni con un móvil pasional", dijo el investigador a SEMANA.
Pero las nuevas declaraciones de Rodríguez quedaron sin piso cuando Luis Alfonso Oliveros, quien habría sido uno de los intermediarios entre el sicario y el autor intelectual, también amplió su versión ante las autoridades. Oliveros fue detenido el 17 de julio del año pasado por agentes de la Fiscalía en Bogotá. En la actualidad está colaborando con la justicia y acaba de ser trasladado de prisión por razones de seguridad.
Al ampliar su versión ante las autoridades, Oliveros denunció presiones y hasta amenazas por parte del médico Iván Raúl Caldas. "Un dìa que me encontraba en el patio nueve de la Càrcel Nacional Modelo me llegó un volante de la oficina de jurìdica y cuando salì al pasillo central me encontré con el médico Iván Caldas. Este me dijo que como yo habìa hablado de él en mi indagatoria que entonces él tenìa un tipo al que podìa inculpar de los hechos y sacarlo a él libre. Que me daba 10 millones de pesos apenas él saliera en libertad. Yo me negué en todo momento. A la persona que habìa que inculpar era el odontólogo José Larrota".
"Dos dìas después -dijo Oliveros en su declaración- me volvì a encontrar con el doctor Iván Caldas y me preguntó qué habìa pensado de lo que me habìa dicho. Me dijo que me iba a conseguir un abogado para que me defendiera y me entregò fotocopia de la cédula de ciudadanìa del señor Larrota. Todos esos documentos se los entregué después a un delegado de la vicefiscalìa que me visitó".
Esta declaración envió al traste la última versión que el autor material del asesinato había entregado a las autoridades. Es así como, a pocos días de que se celebre la audiencia que permitirá esclarecer de una vez por todas uno de los crímenes que más ha conmovido al país, todas las evidencias parecen apuntar hacia el hermanastro de la menor como autor intelectual del asesinato. En manos de la justicia está, pues, que la muerte de la pequeña Diana Marcela y la de su madre no queden impunes.