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El dedo meñique

El arresto de Fernando Arellán es una pieza más dentro del rompecabezas del atentado al club El Nogal. El reto es capturar al 'Paisa', el cerebro del acto terrorista.

13 de enero de 2006

 Pocos días después del ataque terrorista contra el club El Nogal, el 7 de febrero de 2003, y cuando el país aún no se reponía del atentado en el que 36 personas perdieron la vida y 130 más quedaron heridas, los noticieros transmitieron la imagen de un hombre que acompañaba a su mamá a la salida de la Fiscalía. Madre e hijo se veían acongojados. El hombre era Fernando Arellán y estaban averiguando por la suerte que habían corrido su hermano Oswaldo y su sobrino John Freddy. Para ese momento las autoridades habían establecido que estos últimos murieron en la explosión y eran los responsables de haber ingresado el Renault Megane con 200 kilos de explosivos a El Nogal. Fernando y su madre rechazaron esas sindicaciones de las autoridades, las cuales fueron ratificadas meses más tarde por la investigación judicial.

La siguiente vez que el país escuchó el nombre de Fernando Arellán fue a mediados de ese año, cuando la Fiscalía anunció que había ordenado su captura. Fue acusado de homicidio con fines terroristas, homicidio agravado, rebelión, tentativa de homicidio y daño en bien ajeno. Los cargos estaban basados en una investigación que señalaba que Fernando era el propietario de la chiva en la que se transportaron los explosivos con los que se armó el carro bomba desde el sur del país a un taller de Suba y que, junto con su hermano y su sobrino, creó una empresa fachada con la cual consiguieron comprar la acción del club.

Fernando huyó de la justicia y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) se dedicó a perseguirlo. Esa 'cacería' duró un poco más de dos años y, según los detectives que estuvieron al frente del arresto, siguieron a Fernando por zonas de influencia de las Farc en Meta, Caquetá y Tolima, en donde él se refugiaba. El martes de la semana pasada, detectives de esa institución lo arrestaron en un hotel en El Espinal, Tolima. "La detención de Arellán es el resultado más exitoso que hemos tenido en la lucha contra el terrorismo. Este hombre es pieza clave en la investigación. Con esto cerramos un círculo en el que ya se esclareció la responsabilidad de las Farc en este atentado", declaró el director del DAS, Jorge Noguera. Durante los dos años que duró la búsqueda de Fernando, siete personas acusadas de formar parte de la red logística que participó en el ataque fueron arrestadas. Entre ellos, Alipio Murillo, dueño del taller en el que se acondicionó el Megane; Joseff Alexander Páez, alias el 'Negro' o el 'Explosivista', quien fue el encargado de armar el carro bomba; Fernando Guerrero Reyna, alias el 'Canoso', encargado de transportar en Bogotá el dinero y los explosivos, y Víctor Julio Villalobos, 'Aguja', acusado de repartir el dinero para el atentado, con el cual se compró el Megane y la acción del Club. Wilson Díaz , alias 'Vladimir', desertó de las Farc y se entregó a las autoridades tras confesar su participación en el ataque. La captura de Fernando Arellán, sin duda, es importante. Si bien no es el cerebro, como se ha dicho, es claro según la Fiscalía que participó en el peor atentado terrorista de los últimos 12 años. Su arresto, sumado al de la mayoría de los que participaron en la parte logística del atentado, permite ir armando el rompecabezas de uno de los casos más complejos y polémicos que ha tenido la justicia. El desafío que tienen las autoridades continúa siendo el mismo desde esa terrorífica noche del 7 de febrero de 2003: atrapar al cerebro y responsable intelectual del ataque. Todos los organismos de inteligencia y judiciales del país coinciden en que el comandante guerrillero Óscar Montero, alias el 'Paisa', es el verdadero hombre clave de El Nogal.