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EL DESPELOTE

Mucho abogado se va a necesitar para desenredar el caos creado por la operación Casco Polar.

21 de mayo de 1990

Un banquero que tuvo acceso a la lista de las cuentas bancarias que fueron congeladas la semana pasada en una gigantesca operación de la DEA para rastrear dinero de la droga, no podia creer lo que habia visto: conocidos personajes y firmas de Colombia que jamas le despertaron sospechas estaban ahi bajo el temible encabezamiento de la orden judicial que advertia que esa era una acción de Estados Unidos vs. Pablo Escobar.
Las listas son reservadas. Lo único que se sabe es que un total de 173 instituciones financieras de Estados Unidos recibieron la semana pasada la notificación de congelar cuentas con depósitos que sumaban cerca de 400 millones de dólares supuestamente producto de las ganancias en negocios de narcotráfico.
En Miami, 75 instituciones fueron visitadas por 45 agentes de la DEA.
Los bancos colombianos que operan en esa ciudad quedaron involucrados en la redada y algunos directivos, incluso, fueron notificados de que cuentas en las que aparecian como titulares los mismos bancos habian sido tambien congeladas.
Segun los expertos en este campo, que prefieren mantenerse en el anonimato, los justos que aparecen entre pecadores de la larga lista pudieron ser victimas del poder contaminante que ha adquirido el dinero caliente
Pero no se descarta que algunos hayan caido a sabiendas del riesgo que corrian, pues el fenómeno del contagio opera en forma asombrosamente similar al virus del sida, donde hay portadores activos y pasivos que ni siquiera saben que lo llevan en el bolsillo.

El ambiente propicio para quedar contagiado es el amplio y promiscuo mercado del dólar negro en Colombia, un mercado al que acuden miles de colombianos para convertir sus ahorros en dólares, para viajar o hacer negocios. Ahi la posibilidad de contagiarse es mas alta si la negociación se hace en cheques o con cualquier otro instrumento de cambio que deje huellas de sus titulares.
La operación mas sencilla en la que un portador inocente puede quedar infectado con dineros de la droga es comprar dólares en casas de cambio de mala reputación; la suma recibida puede ser una ramificación de una compleja operación del narcotráfico para lavar ganancias de la venta de drogas.
Saber en que casa tocar para no correr riesgos es tan dificil como determinar el alcance del sida en Colombia. Salvo algunas investigaciones de la Superintendencia de Control de Cambio no hay en el país un solo registro consolidado del virus del dinero y mucho menos operaciones en los bancos colombianos equivalentes a las de la DEA. Al parecer, el rumbo fundamentado es la única guia para establecer con quien no se puede tener relaciones bancarias.

La investigación de la DEA, el FBI y la Administración de Impuestos conocida con el nombre de Polar Cap, lleva cinco años arrojando resultados, pero su mejor cosecha se produjo este año, gracias a la forzosa apertura de la caja de Pandora del decreto bancario que el nuevo gobierno de Panamá insistía en guardar, en parte para no perder la fama de paraiso financiero y en parte para esconder algunas de sus colas de paja.
Ahora no hay duda de que detras de los marines que invadieron el istmo en diciembre iban ansiosos agentes de la DEA dispuestos a quedarse con cualquier cabo que les ayudara a unir las primeras tres fases de su investigación con la cuarta que acaba de divulgar.
En marzo de 1989 la operación Polar Cap produjo en Atlanta un voluminoso encausamiento que incluye 127 acusados y la confiscación de 105 millones de dólares en efectivo, joya y propiedad raiz. A la cabeza de los encausados se encuentra Eduardo Martinez Romero, colombiano extraditado a quien se ha identificado como el jefe de finanzas del cartel de Medellín. El detenido se encuentra e Atlanta y hay una gran expectativa por su testimonio que podria implicar a altos directivos bancarios de Colombia y Panamá.

Agentes de la DEA sostienen que el dinero congelado en esta cuarta etapa de la investigación estaba destinado a pagar empleados del cartel en Estados Unidos y a comprar propiedades,
aviones, botes, automoviles y negocios de pantalla entre 1987 y 1989.
Entre los titulos confiscados hay certificados de depósitos de más de 2 millones de dólares.
Se trata de la operación de confiscación monetaria mas grande de la historia de Estados Unidos, y tal vez la mas compleja, razón de mas para pensar que aquellos colombianos que resultaron contaminados tendrán que valerse de abogados y asesores para poder explicar su conducta ante las autoridades estadounidenses. Después tendrán que verselas con la Superintendencia de Cambios, pues salvo expresas excepciones ningún colombiano puede tener divisas en el exterior.