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Miles de personas se reunieron en el coliseo menor de Santa Marta, para algo histórico: después de décadas serían dueños legales de sus casas.

CRÓNICA

Legalizan títulos de vivienda a 3.000 familias en Santa Marta

Miles de personas se reunieron en el coliseo menor para algo histórico: después de décadas serían dueños legales del sitio en donde viven. Una fiesta popular se vivió en la capital de Magdalena.

21 de febrero de 2019

Cuando Isabel Manjarrés de Rodríguez llegó “hace cuarenta y pico de años” a La Paz, un barrio en la periferia de Santa Marta, encontró un lugar en el mundo dónde pasar lo que le quedaba de vida, que sería casi toda en realidad. Antes de ser barrio, fue un caserío alejado del casco urbano, cuyas tuberías escupían el agua salada del mar. “Un hijo mío me traía el agua de Santa Marta”, recordó la anciana aquellos años en que el grupito de casitas grises no pertenecía a la jurisdicción de la ciudad.

Doña Isabel, como muchos le dicen, camina apoyada por algún brazo que se apiade de ella, pero no le importa hacer el esfuerzo porque después de “cuarenta y pico de años” por fin podrá decir que la casa es suya.

Ella y otras 3.000 familias llenaron el coliseo menor del Parque Deportivo Bolivariano, los rostros, la mayoría adultos mayores acompañados por sus hijos y nietos, recibieron los títulos que los acreditan como propietarios de las casas que han ocupado siempre.

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Dignificación de Barrios, es el programa que comenzó con la tarea de legalizar diferentes barrios de la ciudad, comenzó en 2012 en la alcaldía de Carlos Caicedo Omar. Esa administración determinó que solo 80 barrios estaban legalizados, 280 todavía eran ilegales.

Las historias de quienes hacen la fila en el coliseo menor para que la entrega se haga efectiva parecen calcadas. Que eran barrios de invasión, que no había alcantarillado, la luz era tenue, no estaba pavimentado, y que en décadas atrás el transporte no llegaba. La dimensión de lo que era ilegal se ve en el coliseo a reventar.

“Histórico”, dijo el superintendente de Notariado y Registro  Rubén Silva Gómez, quien estuvo acompañado de la ministra de Justicia Gloria María Borrero Restrepo, el ministro de Vivienda, Jonathan Malagón y el alcalde Rafael Martínez.

Un evento así no podía estar exento de jolgorio. Una parca llamada ilegalidad hizo el acto perfomático de la jornada: hacía las veces de arquero mientras el alcalde le metía gol, y la ministra Borrero le sacaba tarjeta roja. Entre risas, se acerca Isabel Manjarrés de Rodríguez y es abrazada. Ella es el símbolo del evento, aunque su barrio siga siendo un grupito de casas grises rodeadas de una polvareda. Ahora doña Isabel se puede ir en paz porque su casa por fin es suya.

Edison, presidente de la junta de Pando, muestra en sus tatuajes la fidelidad al barrio: Pando Federal

El fútbol en Santa Marta, de donde han salido talentos que se han puesto la tricolor, no es cosa menor. En una esquina, con el azul y rojo del Unión Magdalena aparece un trapo que dice: Pando Federal. Y unos muchachos de tatuajes improvisados, ordinarios para muchos, pero con pasión en cada milímetro de la tinta sobre la piel, cantan a grito herido como si estuvieran en el mismísimo estadio Eduardo Santos cantándole al ciclón, el Unión Magdalena. Pero no, están celebrando también que Pando está legalizado, ese barrio por el que cualquier turista pasaría y pensaría que es otro más de Santa Marta, con su gente, su cancha de fútbol pelada y sus callecitas estrechas.

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“El deporte nos ha mantenido con vida, de nuestro barrio ya juegan afuera como Junior Medina”, dice Edison Ojeda, presidente de la junta de Pando. Nació allí, tiene 35 años, y es la primera vez en su vida que puede decir que tiene un lugar en la vida.

Un ciudadano, hincha del Unión, el día de la entrega de títulos. Foto Santiago Ramírez

“Yo creía que este día nunca iba a llegar”, le dice una señora a su esposo. Unas 6.000 familias esperan decir eso a finales de este año.