Las marchas contra el presidente Chávez en Venezuela, o contra Uribe en Colombia son normales. Pero protestar contra el presidente de otro país, parece más un mensaje político que del pueblo.

CRISIS CON VECINOS

El efecto boomerang de la marcha contra Chávez

Esta movilización contra el presidente de Venezuela puede provocarlo aún más y contribuir a deteriorar la crisis con Colombia que tiene a miles de personas penando en ambos lados de la frontera.

4 de septiembre de 2009

Un joven venezolano le dice a su mamá:
- “¡Mamá!, me voy a pelear a la guerra de Colombia!
A lo que ella responde:
- “¡Ay bueno mijito!, ¡pero traiga huevos, leche y pan!”.

Ese es el chiste que por estos días rueda en Internet sobre el conflicto colombo- venezolano y que refleja, de manera irónica, el sinsentido que tiene seguir atizando el conflicto en países que son profundamente interdependientes.

Pero ese precisamente, echarle más leña al fuego, parece ser el propósito de la marcha antichavista convocada para este viernes en Colombia y otras ciudades del mundo a través de Twitter y Facebook.
 
“Es una protesta para que ciudadanos de diferentes nacionalidades y alrededor del mundo, en cualquier ciudad en donde estemos, podamos decirle a Chávez que no más”, asegura Juan David Lacouture, uno de los coordinadores. “Es para decirle al presidente Chávez que no está ofendiendo solamente a un mandatario, en el caso colombiano, o en el caso de cada uno de los países donde interviene irrespetuosamente cada vez que quiere, sino que está ofendiendo a un pueblo”, agrega. “No más Chávez”, es la consigna. 

Una marcha como esta, sin embargo, dicen los críticos, viene en el peor momento, justo cuando el presidente venezolano está buscando llenarse de razones para romper el comercio con Colombia, y agudizar el pleito con el gobierno Uribe, como una forma de concitar apoyo entre sus conciudadanos. Apelar al nacionalismo siempre es buen negocio para gobiernos que pierden popularidad como le sucede a Chávez. 
 
El idealismo de los convocantes a la marcha de ponerle el tatequieto a Chávez, termina así estrellándose con una realidad cruel: están contribuyendo a  que se profundice la distancia entre los países vecinos, y con ésta las miles de personas que han vivido por generaciones del intercambio entre los dos se empobrezcan 
 
 Las relaciones comerciales están casi muertas, hay decenas de pequeños comerciantes colombianos que han visto sus finanzas profundamente afectadas y muchos venezolanos no pueden acceder al mercado nacional porque la frontera está prácticamente cerrada y no se pueden devolver a su país

. “Esta convocatoria es un poco rara en nuestro contexto. No es fácil saber qué se busca, o qué efectos tendrá esta marcha. Está bien cuando los ecuatorianos marcharon contra todos los presidentes que duraron tampoco, porque estaban en su país, ¿pero marchar aquí contra Chávez?”, dice Pierre Angelo González, profesor de semiótica de la Universidad Autónoma de Cali.

Muy seguramente, entre más personas marchen, más agresivo será el tono de la respuesta de Cháveze. Y más argumentos tendrá para presentarse como una víctimas del "imperialismo" y de las "oligarquías" de los países latinoamericanos a quienes seguramente culpará de haber orquestado la marcha.
 
Y para millones de venezolanos que aún apoyan a Chávez, estas marchas simultáneas en varios países resultan un insulto y una intromisión en sus asuntos internos. No es sino pensar qué diriían los uribistas si en Venezuela o en Ecuador se hiciera una marcha contra Uribe.