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EL ESCUADRON SUICIDA

UNA DOCENA DE REPRESENTANTES A LA CAMARA ENCABEZA EL GRUPO, QUE ALGUNOS CALCULAN EN 50, QUE SE INCLINA POR ACUSAR AL PRESIDENTE. QUIENES SON?

24 de junio de 1996

A pocas horas de iniciarse el debate que definirá si el presidente Ernesto Samper es acusado ante el Senado por la Cámara de Representantes, son muchas las personas que piensan que de entrada está exonerado. Inclusive algunos hacen cuentas y aseguran que en estos momentos la proporción es de 3 a 1, muy parecida a la de 10 votos contra 3 que la semana pasada se presentó en la Comisión de Investigación y Acusación en favor de precluir el caso contra Samper. Según estos cálculos, los parlamentarios partidarios de la absolución serían más de 100 y los amigos de la acusación totalizarían un poco más de 40. Por cuenta de estos análisis, los enemigos del jefe del Estado están descalificando de entrada a la Cámara mientras que sus amigos respiran tranquilos. Pero unos y otros pueden estar equivocados. Pese a lo que muestran los anteriores números, los periodistas que cubren esa corporación han notado en los últimos días extraños movimientos y una serie de reuniones que harían pensar que la absolución de Samper no está garantizada plenamente. Buena parte de los representantes que aún no ha emitido, ni en público ni en privado, su opinión sobre el tema, sostiene que la suerte aún no está echada. "El que diga que en estos momentos el Presidente está absuelto, miente. Y el que diga que está condenado, también", le han oído decir al respetado presidente de la Cámara, Rodrigo Rivera. Quienes así piensan citan con frecuencia el caso de la votación del narcomico a finales de la legislatura del año pasado. El jueves 14 de diciembre, a las 6 de la tarde, la norma que dejaba sin dientes la legislación sobre enriquecimiento ilícito estaba hundida en la plenaria de la Cámara por una mayoría de 80 votos contra 30. A las 11 de la noche, y después de un largo debate en el que los enemigos del mico hablaron en su contra mientras los amigos permanecían callados, se realizó la votación final que determinó por aclamación el entierro definitivo de la norma. Con este antecedente fresco en sus mentes, tanto los acusadores como los exoneradores saben que deberán emplearse a fondo a la hora de subir a la tribuna de oradores, pues del ambiente generado en un determinado momento pueden depender muchas cosas. Ambos bandos se están llenando de argumentos. Incluso los amigos de la preclusión, que saben que el favoritismo está de su lado, son conscientes de que si descuidan el debate puede haber sorpresas. Todo lo anterior ha servido de aliciente a un grupo de representantes dispuestos a darse la pela para tratar de demostrar que Samper sabía de la existencia de los dineros del narcotráfico en su campaña, y que además orquestó toda una estrategia de encubrimiento. Estos son De este grupo los que más han sonado son Pablo Victoria, María Paulina Espinosa e Ingrid Betancur, quienes desde un comienzo han sostenido que el Presidente no sólo es culpable sino que tiene que irse. "Junto con Pablo Victoria iniciamos esta cruzada: interpusimos una acción de tutela para tener acceso al expediente, recusamos a Heine Mogollón y a otros representantes que participaron en la campaña de Samper y vamos a ir hasta las últimas consecuencias", dijo la representante Espinosa a SEMANA. La lucha de Ingrid Betancur ha sido no sólo contra Samper sino contra algunos miembros de su propio partido. Para buscar que la Comisión de Acusación modificara su composición para garantizar un proceso transparente, se declaró en huelga de hambre durante ocho días junto con su colega Guillermo Martinezguerra, un fogoso y controvertido representante bogotano de formación castrense y pensamiento militarista, que según algunos también le está apostando a la acusación. Luego Betancur denunció a Samper y a los jefes de su campaña ante el Consejo de Control Etico del Partido Liberal. Y a mediados de abril un sector de la plenaria se le vino encima porque aseguró que buena parte de la clase política era corrupta. Pero el hecho de que los anteriores representantes hayan sido los que más prensa han mojado como posibles acusadores no significa que sean los únicos. Hay muchos otros parlamentarios que, sin ser tan conocidos, han venido estudiando a conciencia el voluminoso expediente para _a la hora del juicio final lucirse ante sus colegas y las cámaras de televisión. Hasta el momento han mantenido en reserva su opinión sobre el proceso y temen que cualquier concepto dado antes del debate sea interpretado como un prejuzgamiento. Para empezar, en la propia Comisión de Acusación los tres representantes que la semana pasada votaron por la acusación contra Samper son reconocidos por sus colegas como personas serias y estudiosas. Rodrigo Arcila, el conservador quindiano que sorprendió a medio país con su proyecto de acusación penal y política contra el Presidente, es un bachiller del Seminario Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Manizales y abogado de la Universidad la Gran Colombia de Armenia. Su escasa experiencia parlamentaria y el hecho de reemplazar a un discutido representante, Carlos Alberto Oviedo, no le impidieron separarse de la decisión tomada por Heine Mogollón y Eliécer Meneses de exonerar a Samper de cualquier responsabilidad en el ingreso del dinero del narcotráfico a su campaña. Sus copartidarios Mario Rincón y Jorge Humberto Mantilla, ambos abogados, también se alejaron de la decisión mayoritaria de la Comisión de Acusación. Su participación en la plenaria será fundamental para el debate. Aunque hasta el momento han sido bastante moderados en sus declaraciones públicas, es muy probable que a la hora del juicio en la plenaria los dos argumenten razones de peso para acusar a Samper ante el Senado. Hay más Otros dos conservadores de los que se espera un discurso en favor de la acusación al Presidente son Roberto Camacho, del Movimiento de Salvación Nacional, abogado y profesor de derecho, y el representante por el Valle del Cauca Santiago Castro. Sin ser un experto en códigos y normas jurídicas, Castro ha sido uno de los llamados 'decentes' que más ha cuestionado la permanencia de Samper en el gobierno. No obstante, a la hora de referirse a su participación en el juicio, los dos prefieren guardar silencio para evitar prejuzgar. Aunque por el lado liberal la gran mayoría prefiere no hacer pública su posición antes del juicio, hay algunos parlamentarios que podrían en un momento determinado inclinar la balanza en contra del Presidente. Representantes como Alegría Fonseca trabajan intensamente en el estudio del caso y, según conocedores de la Cámara, es muy probable que se sientan tentados a promover, cuando menos, un juicio político por indignidad al Presidente. Algo similar estaría pensando uno de los representantes más estimados y respetados, el arquitecto Antonio Alvarez Lleras, una verdadera institución dentro de la Cámara. Otro destacado integrante de esta especie de escuadrón suicida es el liberal Roy Barreras. Este médico vallecaucano es uno de los que más se ha preparado para el gran debate en la plenaria de la Cámara. No sólo ha leído y subrayado, con la ayuda de algunos amigos penalistas, el expediente, sino que ha realizado varias reuniones con colegas de distintas bancadas para sondearlos sobre las posibilidades de un debate por indignidad. Aunque es muy probable que a la hora de sumar los votos termine por imponerse la mayoría de representantes que se inclina por la preclusión, eso no significa que los amigos de la acusación se estén desalentando. Al fin y al cabo, además de sus propias convicciones, el hecho de que más de medio país haya dicho en las encuestas que cree que el Presidente es culpable los puede animar a aprovechar la transmisión en directo por televisión y la presencia de medios nacionales y extranjeros en el recinto. Después de todo un juicio a un presidente de la República es algo que no se da cada cuatro años.