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El ex director del DAS en la época más dura del narcoterrorismo, Miguel Maza Márquez, dice que las actuales acusaciones de que era un aliado de la mafia, son resultados de una conspiración en su contra por estos grupos criminales, que no le perdonan sus actuaciones al frente del organismo de inteligencia, y menos cuando logró salir vivo de los atentados que hicieron en su contra.

JUDICIAL

El expediente Maza

Por qué la Procuraduría General pide que se acuse al general Miguel Maza Márquez como coautor del magnicidio de Luis Carlos Galán.

18 de septiembre de 2010

El expediente contra el general Miguel Alfredo Maza Márquez, ex director del DAS en la época más dura del narcoterrorismo, es como cientos de pequeñas piezas de un complejo rompecabezas, con las que cada uno de los involucrados arma una figura diferente.

Para el general Maza, los hechos presentados por las autoridades judiciales son situaciones inconexas, muchas de ellas falsas y soportadas en testimonios de personas cuestionables. "Todo obedece a un complot dirigido por la mafia", dijo Maza a El Espectador cuando le preguntó cómo es que el gran adalid en la lucha contra el cartel de Medellín hoy es presentado como si hubiera sido un aliado de los capos dentro del Estado. "La mafia no olvida ni perdona, y a lo mejor a mí no me perdonan que no me hayan matado", dice.
 
Pero otra es la lectura que hace la Procuraduría General de la Nación. Es la primera vez que una autoridad con semejante peso pide que Maza sea acusado como coautor agravado del crimen del entonces candidato presidencial Luis Carlos Galán.
 
Apoyada en 13 testimonios, la Procu-raduría concluyó que Maza fue el responsable directo del cambio de la escolta del líder del Nuevo Liberalismo, lo que fue determinante para que se perpetrara el crimen. Asegura que esto lo hizo para congraciarse con Henry Pérez, el más poderoso paramilitar del Magdalena Medio en su momento, que le había prometido la cabeza de Pablo Escobar, y sugiere que además hubo dinero de por medio que le ayudaría a las futuras aspiraciones políticas de Maza.
 
El organismo de control dice que la planeación fue tan minuciosa que los operativos de vigilancia previos a la visita de Galán a la plaza de Soacha el 18 de agosto de 1989, donde fue asesinado, en realidad fueron reuniones de la conspiración. Según la Procuraduría, varias autoridades se pusieron de acuerdo para cosas claves para la ejecución del crimen. Allí se definió que se usaría una tarima en madera y no la existente en concreto, para que debajo de ella se pudieran esconder los sicarios y desde allí disparar. Uno de los testimonios a los que la Procuraduría les da más peso es el del general de la policía Víctor Hugo Ferreira, a quien identifican como el oficial más antiguo de esta institución. Él señala a Maza como "partícipe del orquestado plan para matar a Galán". La Procuraduría le da credibilidad a pesar de que en un momento de su carrera Ferreira fue retirado de su cargo por una situación personal que tuvo con Maza.
 
De acuerdo con el paramilitar alias 'Vladimir', célebre por ser uno de los pupilos del mercenario Yair Klein, "la organización (refiriéndose a la estructura de Henry Pérez) puso 700.000 dólares" para cambiar al jefe de escoltas de Galán. El cambio del jefe de escolta era para que no pidiera apoyo ni de la Policía ni del Ejército el día del atentado.
 
Según este testimonio, la relación entre el DAS y Henry Pérez se habría dado a través del comerciante de esmeraldas Víctor Carranza. Luego, los primeros contactos se dieron usando como enlace a un sacerdote de Puerto Boyacá, quien tuvo una cita con Maza en su oficina del búnker de Paloquemao. A partir de allí se comenzarían a tejer los primeros contactos entre el DAS y Henry Pérez. Maza desestima este testimonio diciendo que no se le puede dar credibilidad a alguien que en su momento se perjudicó con su trabajo en el organismo de inteligencia. La principal responsabilidad que atribuye la Procuraduría a Maza es el cambio del escolta de muchos años de la familia Galán. Puso al frente al subteniente de la policía retirado Jacobo Torregrosa, una persona que fue separada de la institución por mala conducta. "...no tenía formación ni era profesional en seguridad; era lo que se necesitaba, un desempleado atenido a ordenes inconsultas", dice la Procuraduría, y añade "tenía un verdadero prontuario... al punto que estaba sindicado de homicidio... nos preguntamos, ¿tales antecedentes acaso fueron ignorados por el general Maza Márquez?". El nombramiento, que se hizo un mes antes del atentado, le permitió a Torregrosa desmontar a la mayoría de los escoltas de mayor confianza de Galán, y esa noche en Soacha el político más amenazado del momento, y quien había escapado de un atentado en Medellín unas semanas antes, estaba en medio de la multitud con apenas cinco hombres cuidándolo y Torregrosa.
 
Maza dice que la solicitud de cambio de escolta fue directamente de Galán y que lo hizo en presencia del entonces presidente Virgilio Barco. Aún así, en el expediente consta cómo Galán y su esposa se reunieron con Maza para manifestarle su inconformidad con Torregrosa, y el entonces director del DAS les dijo que era alguien de su total confianza.
 
El organismo de control dice que "Maza miente" cuando asegura que eran 15 los detectives del DAS asignados a Galán y cuando dice que un coronel hizo la avanzada a la plaza de Soacha para valorar las condiciones de seguridad, pues ese oficial estaba ese día en Medellín.
 
La Procuraduría también incluye el testimonio del recientemente asesinado político Rommel Hurtado, quien le habría advertido a Maza con anterioridad del planeado crimen contra Galán. La fuente de la información de Hurtado eran los hermanos Rodríguez Orejuela, los capos del cartel de Cali.
 
Por otro lado, la Procuraduría dice que el DAS participó en la fuga de la cárcel La Picota de Jaime Rueda Rocha, el único de los sicarios capturado. El testimonio clave es del jefe paramilitar desmovilizado Ernesto Báez, a quien Maza cuestiona por sus antecedentes de poca colaboración en el proceso de Justicia y Paz. Maza niega que haya siquiera ido a Puerto Boyacá, pero la Procuraduría les da credibilidad a varios testimonios que dicen que lo vieron allá, entre esos el del hermano de Henry Pérez. Este dice que Maza se habría reunido con Gonzalo Rodríguez Gacha, 'el Mexicano'.
 
En los próximos días, la Fiscalía, que considra este crimen de lesa humanidad, decidirá si se suma a los argumentos de la Procuraduría y acusa a Maza ante un juez. Hace un año el general fue encarcelado, pero por vencimiento de términos recobró nuevamente su libertad. Son pocos los que sobreviven como testigos directos o protagonistas de este trágico episodio de la vida nacional. De algunos claves, como Torregrosa, solo se conoce un certificado de defunción emitido en la costa caribe.
 
Maza dice que no hay ninguna lógica en que se aliara conPablo Escobar, quien intentó varias veces asesinarlo. Incluso uno de los varios atentados fue dos meses antes del crimen de Galán. Sin embargo, para la Procuraduría la supuesta alianza criminal habría sido con Henry Pérez, y su objetivo era darle algo a cambio para que Pérez le entregara a Escobar. De lo verosímil que sea este planteamiento, y de las pruebas que tenga la justicia, depende la suerte del que ha sido considerado el mayor enemigo del cartel de Medellín.