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Tras un pleito de siete años para expropiar el campo de polo del Country Club, el alcalde Samuel Moreno ha puesto en duda su construcción. Lo increíble es que la ciudad ya tiene el predio, ya hay vallas anunciando su construcción

Bogotá

El futuro del polo

Después de tanta lucha es difícil entender la duda del nuevo Alcalde de Bogotá de construir un parque en el antiguo campo de polo del Country Club.

16 de febrero de 2008

El anuncio del alcalde Samuel Moreno Rojas de que si los terrenos del antiguo campo de polo del Country Club cuestan 25.000, 35.000 ó 40.000 millones de pesos cancelaría el proyecto y destinaría esos recursos para construir colegios y hospitales, generó un desconcierto del que aún no salen muchos bogotanos.

Siguiendo el ejemplo de su abuelo, el general Gustavo Rojas Pinilla, Moreno les vendió a los bogotanos la idea de hacer grandes obras, que como la primera línea de metro, rompan el paradigma de trabajar en proyectos de corto plazo, para que la ciudad emprenda obras de largo aliento que se paguen y beneficien a varias generaciones.

En esa misma línea de pensamiento, Moreno no puede desconocer que la construcción de un parque de 7,8 hectáreas en una de las zonas con mayor densidad, que desde ya se convierte en una importante reserva de espacio público, es pensar en grande y en las futuras generaciones.

Si bien cada alcalde de turno tiene prioridades y visiones de ciudad, uno de los motores de la transformación que ha sufrido Bogotá en los últimos años se debe al principio de construir sobre lo construido, en el que cada mandatario, sin importar su filiación o proyecto, les da continuidad a algunos planes y proyectos de largo aliento. Eso ha ocurrido con la educación, la salud, TransMilenio o la misma cultura tributaria.

Enrique Peñalosa comenzó en 2000 la expropiación de los terrenos de la cancha de polo del Country, un proceso que ha sido lento por la cantidad de querellas, demandas y contrademandas. El Distrito ofreció, según avalúo que realizó Catastro Distrital, 10.400 millones de pesos, pero los socios del club han advertido que los terrenos pueden costar más de 40.000 millones de pesos. Y en este punto, el proceso tiene que respetar la verdadera valoración de los predios. Sólo en febrero de 2006 el juzgado segundo civil le ordenó el traspaso anticipado de los terrenos, que vinieron a ser entregados oficialmente en diciembre pasado. A cambio, el juzgado recibió 5.200 millones de pesos, la mitad del avalúo.

El Instituto Distrital de Recreación y Deporte (Idrd) ha sido la entidad encargada de afrontar el pleito legal de la expropiación. Mientras el juzgado ordenó un nuevo avalúo del predio, lo que tiene nervioso a Moreno es que en el Consejo de Estado hay una demanda del Country contra la resolución que expropió los terrenos.

Mientras el pleito legal continúa su tortuoso camino, el Distrito ha seguido adelante con sus planes. En el primer cobro por valorización, 112.750 predios, ubicados entre las calles 100 y 250, desde los cerros orientales hasta la autopista, aportarán 4.858 millones de pesos que serán destinados para el pago de diseños y obras del Parque Metropolitano del Country. Según José Tapias, director del Idrd, éste costará unos 12.000 millones de pesos.

Moreno le dijo a SEMANA que aún no ha determinado cuál es la cifra mágica para decidir si el parque se hace o no, y advirtió que en caso de desistir, los recursos que se han cobrado por valorización serán devueltos.

Es cierto que con la plata que se destinaría a la compra de los predios se pueden hacer más colegios, pero no se entendería que después de todo lo que han hecho las alcaldías anteriores para tener este parque público en el norte de Bogotá, con todos los debates, controversias, pulsos, demandas, dineros invertidos y hasta cobros tributarios, ahora la Alcaldía se eche para atrás. Y que se cumpla el vaticinio de algunos socios del club, que dijeron antes de las elecciones: "Si quieren polo, voten por el Polo".