Home

Nación

Artículo

EL GUARDIAN PAISA

Esta es la historia de cómo el Sindicato Antioqueño llegó a ser el conglomerado empresarial más grande de Colombia.

31 de marzo de 1997

En 1978 los empresarios antioqueños estaban preocupados porque veían cómo los grupos económicos del país tenían puestos sus ojos en las compañías más importantes de su departamento. De hecho, los primeros movimientos financieros que produjeron cambios importantes en la propiedad de las empresas paisas habían tenido lugar años atrás -en marzo de 1968-, cuando la fábrica de gaseosas Posada Tobón -Postobón- pasó a manos del grupo Ardila Lülle. Años más tarde ese mismo grupo adquirió a Coltejer, una empresa que se había convertido en símbolo del progreso regional. Por eso, cuando en 1978 se registraron las primeras compras de acciones de empresas antioqueñas por parte de los fondos Grancolombiano y Bolivariano, los empresarios paisas decidieron actuar.El 28 de marzo de 1978 Santiago Mejía Olarte y Ricardo Villa Angel, pioneros de la industrialización antioqueña, convocaron a una reunión privada a los 12 industriales más importantes del departamento. La cita fue en las oficinas de Proantioquia y allí analizaron los movimientos financieros que estaban realizando el Grupo Ardila Lülle y el Grupo Grancolombiano, que para ese momento ya era propietario del 35 por ciento de la Compañía Nacional de Chocolates. El objetivo de la reunión era tratar de evitar que la propiedad de la industria regional se fuera de Antioquia. De todas las propuestas que se plantearon para hacerle frente a la situación, la que contó con un mayor apoyo fue la de crear un comité conformado por seis miembros para estudiar el problema y hacer las recomendaciones pertinentes. Allí estaban Santiago Mejía, Ricardo Villa Angel, Jorge Molina Moreno, José Gutiérrez Gómez, Vicente Uribe Rendón e Iván Correa Arango, dirigentes de las más importantes empresas del sector financiero paisa. De este comité surgió la idea de nombrar a Fabio Rico Calle, presidente de la Compañía Nacional de Chocolates, como coordinador del equipo y crear una entidad de inversiones para gestionar recursos y adquirir las acciones de las compañías que estaban en peligro. Ese fue el comienzo de lo que más tarde se conocería como el Sindicato Antioqueño. Fabio Rico recuerda esos días como los más tensionantes para la industria antioqueña: "Nosotros buscamos caminos que condujeran a asegurar unas empresas con otras para protegerlas, pero sin perseguir controles accionarios en beneficio de personas y, menos aún, tratar de aprovechar las circunstancias para garantizar pingües ganancias". Para Nicanor Restrepo Santamaría, presidente de Suramericana de Seguros, lo más importante de ese evento -ya que marcó el tránsito definitivo hacia la estructura que posee hoy el grupo- fue que "los accionistas tradicionales y familiares de las sociedades anónimas antioqueñas fueron sustituidos por accionistas corporativos". Según Restrepo Santamaría, fue el comienzo de una nueva sociedad anónima, ajena al esquema de organización que imperaba en Antioquia en ese momento. Era un modelo de propiedad cruzada, que accidentalmente se asemejaba al Keiretsu, muy corriente en el Japón. El gran triunfo del naciente grupo antioqueño fue, sin embargo, conseguir que ninguna de las compañías que compartían patrimonio tuviera el control total de las otras.
El gran poder
Hoy en día el Sindicato Antioqueño es una asociación informal de más de 100 empresas, en 86 de las cuales la propiedad del grupo es igual o superior al 15 por ciento. Muchas de las compañías que lo integran son líderes en su sector a nivel nacional. Y aunque a diferencia de los demás grupos su propiedad se encuentra atomizada, no sucede lo mismo con su administración. Ella está en manos de media docena de ejecutivos, quienes han logrado _a través del trabajo por consenso_ que empresas que en el pasado fueron independientes y autónomas, hoy estén centralizadas en su manejo. Lo cierto es que lo que comenzó como un sistema de protección a de la industria regional terminó siendo el conglomerado empresarial más grande del país. Tres empresas del Sindicato se lanzaron al ruedo internacional y decidieron cotizar nada menos que en la Bolsa de Nueva York. La primera fue Cementos Paz de Río. Unos meses después lo hizo Cadenalco, y la última fue el Banco Industrial Colombiano que en un año -julio de 1995 a julio de 1996- realizó transacciones en la bolsa por más de 130 millones de dólares. Este salto en el mercado bursátil le permitió captar recursos por una cantidad muy superior a la que hubiera podido lograr en el país. Además, esta operación permitió el ingreso de nuevos inversionistas extranjeros y favoreció una mayor liquidez en la acción. Por otra parte, la apertura económica llevó al Sindicato a diseñar una estrategia de nuevos mercados, especialmente a nivel internacional, y realizar alianzas comerciales y estratégicas. En estos momentos posee alianzas comerciales con cinco grandes empresas: Mavesa y H.J. Heinz, en Venezuela; Amizoro, en México; Molinos del Río de la Plata (Grupo Bunge Bom), en la Argentina, y Empresas Luchetti, en Chile. Con ellas están incursionando en los mercados de margarinas, comida para gatos, cereales, aceites vegetales, pastas y sopas. Así mismo, sostiene alianzas estratégicas con 15 compañías extranjeras que le han abierto los mercados de Estados Unidos, Europa y Asia. Dentro de estas alianzas se destacan las que tiene con RTZ, empresa inglesa del sector minero asociada con Carbones del Caribe; con Sodhexo, empresa francesa del sector de servicios estrechamente asociada con Sodexho de Colombia; con la compañía estadounidense Conoco Global Power Western Resources, en el sector energético; con Mitsubishi, del Japón, en alianza con Gravicafé, en el sector cafetero, entre otras. A nivel nacional el Sindicato no ha descuidado sus inversiones. Por el contrario, las ha consolidado a tal punto que los expertos no dudan en afirmar que hoy por hoy el gran competidor del Grupo Santo Domingo es el Sindicato Antioqueño. De acuerdo con las estadísticas, el año pasado el Sindicato facturó la suma de 6.150 millones de dólares, valor equivalente al 8 por ciento del Producto Interno Bruto de Colombia. En cuanto a empleo, las empresas del Sindicato generan hoy 65.000 puestos de trabajo directo, casi todo en Antioquia. Hace un año la cifra era de 50.347 personas.
Hacia el futuro
Los pilares del Sindicato son tres compañías: Suramericana de Seguros, la principal aseguradora de Colombia; la Nacional de Chocolates, la principal empresa de alimentos y de distribución minorista, y Cemento Argos, la mayor cementera. Todas están fuertemente interrelacionadas en su propiedad, lo que hace casi imposible que cada una tome una decisión sin el consentimiento de las demás. Y las tres tienen inversiones en más de 70 compañías. Esas empresas han invertido más de 150 millones de dólares en el exterior desde 1993, y planean elevar esa suma a 500 millones de dólares en los próximos cuatro años, según declaraciones de Nicanor Restrepo a un diario norteamericano. Entre esas inversiones figuran supermercados y productoras de carnes en Venezuela, bizcochos y golosinas en Ecuador, seguros en Chile y una planta tostadora en China. Entre tanto, el grupo invirtió 750 millones de dólares en Colombia durante el año pasado.La Nacional de Chocolates e Industrias Alimenticias Noel, ambas del Sindicato, son las dos empresas de alimentos más grandes de Colombia. Por su parte, Cadenalco es la cadena líder en el segmento de alimentos para minoristas, en competencia con Almacenes Exito y Makro, empresas en las cuales el Sindicato tiene también una alta inversión. Su participación accionaria en Makro -empresa de origen holandés- es del 49 por ciento. El Sindicato tiene tres prioridades para enfrentar el siglo XXI. La primera, finalizar el proceso de modernización que inició en sus empresas, y particularmente en la banca. La segunda -conjuntamente con el gobierno nacional- buscar soluciones a los problemas de orden público, especialmente el de guerrilla y la piratería terrestre. Y, finalmente, continuar en la búsqueda de nuevos mercados internacionales con el fin de consolidarse como uno de los grupos económicos más poderosos y respetados de América Latina. Como buenos paisas, ya comenzaron abrir camino en busca de estas nuevas metas. nn El Sindicato sostiene alianzas estratégicas con 15 compañías extranjeras