justicia
El luto de Jack
Las autoridades no logran explicar el asesinato de la novia del más alto funcionario de la lucha antidroga de la embajada de Estados Unidos en Colombia.
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Faltaban 20 minutos para que el reloj diera las 2 de la madrugada del pasado sábado 24 de agosto cuando dos encapuchados aparecieron de un momento a otro en una calle de Salento. Uno de ellos hizo varios disparos contra María Eugenia Delgado, quien entraba a su casa. Cayó muerta. El sicario acabó no sólo con su vida sino con la felicidad de Jack Smith, un funcionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
María Eugenia vivía en Salento, un pequeño municipio quindiano localizado en la vía entre Armenia y Pereira. Después de cinco años de noviazgo habían acordado con Jack unir para siempre sus vidas a finales del mes de septiembre y el padrino del matrimonio tenía que ser el mejor amigo del novio, el general retirado Rosso José Serrano. Ese día la novia estaba en su tierra preparando su ajuar. Pero no alcanzó a llegar al altar.
La noche en que la mataron era particularmente oscura. Nadie pudo ver a los encapuchados, que huyeron a toda velocidad del lugar del crimen.
La noticia no tuvo mayor eco. Quedó registrada como una más de tantas muertes: "Fue asesinada una mujer de 30 años, soltera, identificada como María Eugenia Delgado Sánchez. Recibió dos impactos de bala. Uno mortal en el cuello y otro en la espalda. Junto a ella fue muerto su amigo José de Jesús Cardona Méndez y Manuel Espada Narváez sobrevivió, pero su estado de salud es crítico, según el informe del hospital San Juan de Dios de Armenia, reportaron el DAS y la Policía. La balacera los sorprendió en la puerta de la casa de María Eugenia en el barrio Palma de Cera en Salento, cuando los tres amigos llegaban de una reunión informal en el pequeño pueblo turístico".
Reaccion inmediata
El crimen pasó inadvertido ante la opinión. Sin embargo conmocionó a los generales de la Policía, al FBI, la DEA, la CIA, a los diplomáticos estadounidenses acreditados en Colombia y a varios asistentes de congresistas amigos de Smith. A algunos de estos últimos, como John Mackey, Kevin Long y Gil MacLean, que los sorprendió la noticia en Bogotá, lo han acompañado durante estos días.
Para ellos esclarecer pronto el asesinato era crucial por el importante papel que ha desempeñado en Colombia Jack Smith desde 1989, cuando fue nombrado agregado naval de la embajada de su país en Bogotá.
Su experiencia como ex combatiente de Vietnam le ha servido para asesorar a su gobierno acerca del conflicto armado en Colombia. Smith conoce al dedillo el historial de cada uno de los jefes de la guerrilla, sus nexos con los carteles de la droga y, además, recorrió hombro a hombro con Serrano los inmensos cultivos ilícitos que han acabado con la vegetación y las montañas colombianas.
La Policía ha sido como su propia casa y con su asistencia técnica la dirección antinarcóticos adquirió los helicópteros Black Hawk y la mayoría de equipos de inteligencia que posee la institución. Se trata de un funcionario que habla perfecto español, no sólo posee información privilegiada de Colombia sino que conoce las entrañas del Pentágono y del Departamento de Estado.
Su aspecto de 'gringo bonachón' y sus más de dos metros de estatura no le ayudan para pasar inadvertido en los pueblos cocaleros, en los batallones antinarcóticos, en los pasillos de la Policía o en los actos sociales de los generales, quienes han visto en él al mejor de sus aliados.
Una gran amistad
Pero sin duda alguna su amigo del alma es Serrano, a quien conoció a finales de los años 80. El norteamericano era el encargado de la ayuda militar para América Latina y el oficial colombiano el coronel que comandaba la dirección Antinarcóticos de la Policía.
Juntos comparten sus penas y sus alegrías. Las canas, el paso de los años y sus experiencias han fortalecido su amistad y al calor de unas copas los dos se cuentan sus más íntimos secretos.
María Eugenia era, por supuesto, tema de conversación. Conoció a Smith en Washington y aunque él le triplicaba la edad los dos quedaron flechados. A Jack le impactó la belleza de la colombiana y se rindió ante su encanto paisa. El mejor testigo de este romance era su futuro padrino de matrimonio, Rosso José, quien se ha convertido ahora en su paño de lágrimas.
Como era de esperarse ante un hecho de esas dimensiones, una comisión de investigadores viajó de inmediato de Bogotá a Armenia para reconstruir paso a paso la tragedia y la brigada de homicidios, conformada por DAS, Policía y CTI de la Fiscalía, se mueve desde hace ocho días por todo el Quindío buscando con lupa a los asesinos. Investigadores norteamericanos se pusieron al tanto de la situación y comenzaron a estudiar las dos primeras hipótesis.
Una, que podría tratarse de las Farc. En un mensaje del 'Mono Jojoy' que fue interceptado por el Ejército, decía: "Ahora vamos a darle a los gringos". Aunque públicamente no se le dio mucha trascendencia fue publicado hace algunas semanas por la prensa y podía ser el móvil del crimen. La otra sería que el cartel del norte del Valle del Cauca querría mandarle un mensaje al gobierno Bush como respuesta al pedido de extradición de Víctor Patiño Fómeque.
Sin embargo, mientras se analizaban estas hipótesis, cuatro días después del crimen se rumoraba en las altas esferas de la Policía y de la embajada estadounidense que se trataba de la enemistad de un hombre que había estado enamorado de María Eugenia de tiempo atrás y que había ordenado acabar con su vida.
Smith viajó a Armenia escoltado por la Policía para darle el último adiós a María Eugenia.