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EL M-19 VISITA SEMANA

Aprobada la ley de Amnistía, el M-19 sostuvo diálogo sobre las implicaciones de la misma con los redactores de esta revista

22 de noviembre de 1982

La Amnistía fue aprobada en forma discreta y no espectacular por las comisiones primeras del Senado y de la Cámara de Representantes, por una mayoría tan amplia que llevó al representante Simón Bossa López a exclamar: "fue aprobada con exceso".
Con motivo del tránsito favorable de esa ley, el Comando Político del M-19, el mismo que visitó al ministro de Gobierno y al presidente de la Comisión primera, Augusto Espinosa, y que hace dos semas realizó una rueda de prensa en el recinto de esa comisión, se hizo presente en SEMANA para profundizar en las implicaciones y la aprobación de esta ley.
Asistieron del M-19: Augusto Lara Sánchez, uno de los fundadores de la organización; Ramiro Lucio, abogado penalista, miembro de la dirección nacional; Alfonso Jaquin, abogado barranquillero y miembro del Comando Político; Margoth Pizarro hermana de Carlos Pizarro, uno de los jefes máximos de esa organización; y Emiro Mora, médico quien cumplió tres años de condena en La Picota.
De una extensa entrevista que se prolongó durante más de dos horas, SEMANA reproduce los siguientes extractos.
"NO ESTAMOS DERROTADOS"
No obstante el respeto que tenemos por la revista SEMANA, consideramos que ésta incurrió en un error de buena fe al afirmar en un número reciente que el M-19 es una organización militarmente derrotada y que por lo tanto no tiene más alternativa que buscar su legalización. En primer lugar, no se puede afirmar aún que el M-19 va a legalizarse. Esto depende de muchos factores y el camino es muy largo. En segundo lugar, en la VIII Conferencia de nuestro movimiento, reunida recientemente en el Caquetá, pudimos determinar que nunca antes en el pasado el M-19 había estado mejor en términos de hombres, armas y calidad de éstas. No se puede comparar nuestra fuerza actual con la del 80 o la del 81. Lo único que ha cambiado es que estamos en una etapa diferente de nuestra lucha, menos espectacular, que obedece a necesidades de tipo estratégico.
"¿POR QUE LUCHAMOS?"
La mayoría de los colombianos no tiene en la actualidad el derecho a ejercer el gobierno. Al haber excluído y dejar proscritos a todos los nacionales que no fuesen liberales o conservadores, se cometió un error histórico de magnitud inconmensurable. Hoy la mayoría de los colombianos no son ni liberales ni conservadores.
Aquí se pretende que cuando se reúnen el doctor Germán Zea y el doctor Alvaro Gómez están hablando dos bloques en nombre de la nación. No, no están hablando en nombre de la nación, sino en nombre de algunos amigos de ellos. La gran nación colombiana está por otro lado. Nosotros hemos tenido que acudir a las armas para que esa población que no participa tenga la oportunidad de expresarse.
"¿COMO HARIAMOS POLITICA?"
De entrar a participar en la vida política de la nación aspiramos a conformar un nuevo bloque histórico. Existen en la nación condiciones objetivas para que fuerzas populares y democráticas puedan cohesionarse y ofrecer una nueva alternativa de poder: progresistas, liberales, conservadores, anapistas etcétera, se pueden integrar a este nuevo movimiento.
Esto puede parecer similar al Movimiento Nacional de Belisario Betancur pero no lo es. El de él es un movimiento burgués, con la imposibilidad que un movimiento de esta naturaleza tiene para hacer alteraciones de fondo en las estructuras económicas. El nuestro las haría. Habrá expropiaciones, habrá nacionalizaciones, en la medida en que sean necesarias para solucionar los problemas básicos del pueblo colombiano. Belisario, inevitablemente, tiene que transar con el sector financiero. Ahora, en lo que nosotros decimos, ¿qué sectores serían afectados por el M-19? No sabemos. No tenemos esquemas. Somos totalmente pragmáticos. Cada caso tendrá que ser estudiado individualmente con base en las circunstancias del momento.
"SOBRE BELISARIO"
Estamos dialogando con Belisario, porque es un personaje más consciente que Turbay, un personaje más demócrata y actúa de buena fe. Pero Belisario expresa los sentimientos de una clase dominante en el gobierno y aun cuando puede llevar a cabo una apertura democrática en la vida política del país, no creemos que pueda llevar a cabo una democratización económica y el problema de fondo es económico. Su luna de miel con el país terminará pronto y comenzará su etapa de desprestigio. Sin embargo, nosotros somos realistas y consideramos que si trabaja con empeño en la democratización política del país, puede llegar a obtenerla, y este es un mérito suficientemente importante.
En esta etapa el requisito que exigimos para proseguir el diálogo es integrarnos a la vida institucional, es la democratización política, más que la económica. Nosotros no somos utópicos.
"EL PODER"
Nosotros siempre hemos aspirado a llegar al poder. Desde que rescatamos la espada de Bolívar dimos a conocer nuestro lema "Con el pueblo y con las armas al poder". Esto no quiere decir que necesariamente queramos lograr el poder para una persona que milite en nuestro movimiento. Estaríamos dispuestos a participar políticamente en la elección de una persona que no pertenezca a nuestro movimiento siempre y cuando sea un demócrata, un hombre progresista, limpio, nacionalista que interprete a un nuevo país.
"EL MAS"
El ejército no cumple un papel constitucional mientras existan organismos paramilitares como los que existen hoy en el país. Nosotros tenemos muchas denuncias sobre el MAS, una de las cuales fue publicada en el diario "El Heraldo" de Barranquilla, según la cual el MAS estaría actuando intensamente en la actualidad. No es el de la mafia como se cree, sino el MAS de la CIA o del imperialismo, que pacta acuerdos con otros ejércitos en Washington. Mientras esto exista no habrá posibilidad de paz.
"LA AMNISTIA"
La Aministía no es sino un primer paso en un largo proceso hacia la paz que permite la libertad de los presos políticos. Es un pre-requisito para la paz que no haya un solo preso político.
El segundo paso, la cesación de las hostilidades, es un asunto mucho más delicado. No es que de buenas a primeras, por la aprobación de la amnistía, los compañeros que están luchando vayan a abandonar las armas y se integren inmediatamente a la vida civil.
Tienen que presentarse unas condiciones como una tregua militar por parte del ejército, que lleve a la desmilitarización de las actuales zonas de conflicto. También tiene que estar en ese momento en marcha el proceso de la democratización política a que hacíamos referencia anteriormente. No es la democracia restringida del 120 y del 121 en la que vamos a participar nosotros.
Será necesario comenzar un diálogo nacional entre nuestro comandante y el jefe del Ejército del otro lado que es Belisario Betancur. Cuando se inicie ese diálogo y se logre la tregua, las cosas comenzarán a cambiar. Lo que no habrá será una paz artificial en las ciudades, pactada entre el ministro de Gobierno y el Comando político del M-19. Habrá que ir a donde hay guerra. Explicar, enseñar, mostrar los cambios. Tal vez tengan que entrar la Comisión de Paz y la Cruz Roja Internacional. Será necesario hablar de tierras, de mercados, de alimentación, de salud, de carreteras...
"EL GOBIERNO DEBE SER REALISTA"
En estas negociaciones las partes tienen que ser realistas. No solamente nosotros. Algunas propuestas bien intencionadas no se ajustan a ninguna realidad. Por ejemplo, en la llamada "cumbre democrática" el ministro de Gobierno propuso una financiación por parte del Estado para las campañas políticas de 30 pesos por voto, para elecciones de Congreso y 60 pesos para las presidenciales. Una periodista de Barranquilla, la señora Olga Emiliani, hizo un estudio serio sobre el valor en dinero de las campañas políticas en la Costa y demostró que el costo promedio de una senaturia en esa región oscilaba entre 80 y 100 millones de pesos, los cuales se traducían en promedios de votos entre 40 y 80 mil.
Esto significa que el costo de un voto ascendería a cifras entre mil y dos mil pesos. ¿De qué sirven entonces los 30 pesos ofrecidos por el ministro? Molina quien tiene 80 mil votos tendría derecho a dos millones 400 mil pesos. Con esto no se financia ni siquiera un concejal de Anolaima.
"NUESTRO PROGRAMA"
Antes del final de este año, Jaime Bateman le entregara a la opinión pública un paquete de propuestas de tipo económico, social y político elaborado por nuestro Comando Superior. No podemos anticipar nada al respecto por respeto a las jerarquías, pero podemos anticipar que en esta Navidad los colombianos recibirán de nosotros unos proyectos concretos para llegar a un nacionalismo democrático en Colombia.
"LOS OTROS ALZADOS EN ARMAS"
Nosotros creemos que la posición de los compañeros de las FARC es, en cierta forma, similar a la nuestra. Tienen una actitud positiva hacia la buena fe que está demostrando el nuevo gobierno y están dispuestos a dialogar en forma abierta. En cuanto a los otros compañeros del ELN y el EPL sabemos que están mucho más reacios pero su actitud es muy explicable. Son personas formadas en un ambiente de violencia y tienen menos agilidad que nosotros para manejar este tipo de situaciones políticas. Además, absolutamente todas las amnistías desde la de José Antonio Galán han sido violadas. Así que la desconfianza no es injustificada. Nosotros somos más elásticos, pero respetamos la posición de ellos. Si aceptamos la amnistía estamos incurriendo en un riesgo. Si no se inician procesos de cambio en este país, ellos nos cobrarán caro nuestra actitud actual, y el resultado será la ampliación de la base social del movimiento revolucionario.

"NUESTRO MODELO"
Nuestro modelo son los liberales del siglo pasado. Ellos hacían la guerra cuando había que hacer la guerra y hacían política cuando había que hacer política. La exclusión que los llevó a ellos a las armas es muy similar a la que nos llevó a nosotros. Nadie ha expresado mejor la justificación de una posición como la nuestra que el general Uribe Uribe. No tenemos, pues, que recurrir a ningún pensador extranjero.
"HABRIA GUERRA"
Ningún patriota puede querer la guerra para su país. Sin embargo en Colombia si no hay paz ahora, no entraríamos en un período de patria boba, sino en un período de guerra. Tengan la absoluta seguridad de que no vamos a permitir que esto se enfríe.
Hace tres meses el general Forero Delgadillo decía en la Comisión de Paz que así como la guerrilla no podía tomarse el poder, el ejército tampoco podía derrotar a la guerrilla. Existen problemas geográficos, históricos, sociológicos, políticos, económicos, etc., que hacen imposible nuestra derrota. La alternativa es, pues, o la paz o la intensificación de la guerra. Sobre eso no se puede engañar nadie.