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EL MES DE LA PESTE

La epidemia de encefalitis equina que hay en el departamento de La Guajira pone otra vez al descubierto lo atrasado y olvidado que está el campo de la salud en el país.

30 de octubre de 1995

MIENTRAS EL MINISTRO de Salud, Augusto Galán Sarmiento, y el gobernador de La Guajira, Jorge Pérez Bernier, discutían sobre quién es el culpable de la situación sanitaria que se vive actualmente, este departamento se ahogaba en medio del virus de encefalitis equina. La verdad es que los habitantes de esta región del país no han sentido ni el apoyo del gobierno central ni el regional. Hasta el cierre de esta edición las cifras oficiales del Ministerio eran de 6.219 enfermos y ocho muertos, datos que según los especialistas podrían ser mayores, pues ahí no se cuentan los decesos de los indígenas wayúu, quienes no realizan actas de defunción.
El problema no es fácil de resolver, y por los acontecimientos de la semana pasada parece que los dirigentes se preocupan más por tratar de establecer quién es el culpable que por frenar la epidemia. Mientras el gobernador Pérez argumentó que la culpa la tenía la burocracia del Estado, el Ministro fue enfático en recordarle que a mediados de agosto su despacho envió 200 tratamientos para la enfermedad, los cuales permanecieron durante más de 10 días en el aeropuerto de Riohacha y se dañaron. Además Galán Sarmiento agregó que la gobernación no utilizó 700 millones de pesos del plan Torniquete para atender la emergencia, que otras 1.000 vacunas desaparecieron del aeropuerto y que La Guajira no reclamó una tonelada de fungicida ofrecida por el Norte de Santander.
Independientemente de quién tenga la razón, lo cierto es que ni a los dirigentes indígenas ni a los representantes del departamento les importa esta discusión. Antes que polémicas, lo que quieren son resultados. "El problema con el virus es que el Ministerio no sabe cómo afrontarlo- dijo a SEMANA Armando Valbuena, dirigente wayúu-. Hasta el momento no hay ningún pronunciamiento serio por parte del Estado. Mientras que en Venezuela trabajan este problema permanentemente, en Colombia no hay ningún tipo de plan".
La suerte en La Guajira está echada, y tanto el Ministerio como la gobernación empiezan a ser conscientes de la situación. Quizás por esto es que el viernes pasado los ánimos se calmaron un poco. "Se debe superar de una vez este punto de disputa -dijo a SEMANA el ministro de Salud, Augusto Galán-. No es sano ni productivo. Lo importante ahora es que el problema se asuma con responsabilidad". El ministro está tranquilo. Según los especialistas, la curva epidemiológica del proceso debe entrar en declinación a comienzos de la semana. Por ese motivo, además de atender a los enfermos, el organismo a su cargo está centrando su trabajo en prevenir la expansión del virus hacia otros departamentos, con mecanismos como la vacunación masiva de equinos y el control de reservorios de agua.
Con esta idea, la semana pasada los jefes de salud de ocho departamentos se reunieron en Santa Marta con Galán Sarmiento. Entre todos realizaron un llamamiento a sus gobernadores pára que destinen una mayor suma de recursos en aras de prevenir situaciones críticas como la de La Guajira. En dicha reunión quedó claro que los departamentos que han hecho saneamiento básico ambiental probablemente no tendrán ningún riesgo. Pero departamentos como La Guajira y Córdova, que no han trabajado en este frente, tienen problemas.
En cualquier caso, la encefalitis equina puso de nuevo al país en emergencia sanitaria. Y como dijo un dirigente indígena: "No podemos seguir trabajando en labores curativas. Mientras los institutos de salud no realisen planes de prevención de epidemias, Colombia seguirá sufriendo enfermedades".