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| Foto: Semana.com

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El nuevo escándalo de la Madame en Cartagena

Liliana del Carmen Campos, la mujer que fue enviada a la cárcel señalada de ser una de las mayores proxenetas del país, fue vista caminando tranquila por el centro de la ciudad amurallada. La razón por la que estaba por fuera del penal es realmente insólita.

1 de marzo de 2019

Liliana del Carmen Campos es un nombre que no le dice mayor cosa a la opinión pública. Sin embargo, el alias con el que las autoridades la bautizaron sí: la madame de Cartagena.

Durante varias semana del año pasado esta mujer fue la protagonistas de las principales noticias que circularon en los medios, sus fotos e historia fueron virales en redes sociales. La razón: en julio de 2018 las autoridades dieron a conocer los resultados de una operación en contra de la que se suponía era la red de explotación sexual de mujeres descubierta en el país. Según la denuncia, funcionaba en Cartagena y la jefe de esa banda era Campos, la Madame.

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La mujer fue enviada por un juez a la cárcel de San Diego en el centro de la Ciudad Amurallada mientras esperaba el comienzo del juicio en su contra. Poco se volvió a saber de ella, hasta esta semana.

El martes pasado varios transeúntes vieron caminar a la mujer por el centro histórico de la capital de Bolívar. Fue muy fácil reconocer su imagen y exótica figura. El asunto se tomó las redes y se convirtió en un escándalo, pues no era sencillo entender porque estaba en las calles cuando se suponía de debería estar tras las rejas.

El director del penal explicó a algunos medios que la mujer, acusada por delitos de inducción a la prostitución, trata de personas y concierto para delinquir, tenía ese día una citación ante un juzgado a pocas cuadras del penal. Según dijo el funcionario esa cárcel no tiene vehículos para movilizar los detenidos y, como estaba relativamente cerca del despacho judicial, no alquilaron un carro para no “meterse en trancones” y por eso optaron por caminar.

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El tema ya era bastante inusual, por decir lo menos. Sin embargo, hoy se conoció una nueva información que hace que este episodio pase de exótico a indignante.

Los propios guardianes del penal revelaron que ese tipo de situaciones eran frecuentes debido a la crisis de la cárcel. Incluso, contaron que no era la primera vez que tenían que salir de esa forma con la Madame. Sobre el caso del martes dijeron que la mujer no iba esposada, como ocurre con los detenidos cuando son trasladados, porque en esa cárcel solo hay siete esposas, de las cuales seis están dañadas. Y la única que sirve es utilizada como candado para mantener cerrada la puerta principal de la cárcel.

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Revelaron que aunque quienes vieron a la Madame pensaron que estaba sola, en realidad iba acompañada de un guardián que pasó desapercibido porque estaba vestido de civil ya que, según contaron, no tiene dotaciones de uniformes.

Como si todo lo anterior no fuera suficientemente absurdo, afirmaron que en un traslado anterior de la Madame a una diligencia judicial, fue la propia detenida sacó de su bolsillo 8000 pesos para tomar un taxi rumbo al juzgado para evitar la caminata bajo el inclemente sol cartagenero.  

No es claro determinar qué es peor, si la situación o las explicaciones. Lo cierto es que esta que parece una broma es una triste y vergonzosa realidad del sistema penitenciario de Colombia.