Manuel Sánchez, el nuevo ventilador del 'carrusel' del Distrito

El proceso contra el ex alcalde Samuel Moreno acaba de tener un elemento que puede ser definitivo. El miércoles, por primera vez, se enfrentaron cara a cara el antiguo alcalde de la ciudad, acusado de concierto para delinquir y peculado por apropiación a favor de terceros con el testigo estrella de la Fiscalía en su contra, el abogado Manuel Sánchez. Aunque Moreno está ya condenado a 24 años de cárcel en un proceso penal por cuenta de ese escándalo, ahora enfrenta un segundo juicio por estos nuevos delitos.

En la audiencia, realizada el miércoles, en el juzgado 34 Penal del Circuito de Bogotá Sánchez relató los detalles de cómo funcionó el aparato organizado para cobrar sobornos que operó durante el mandato de Moreno. Aseguró que tenía pruebas adicionales para probar el involucramiento del ex mandatario en la “empresa criminal” conocida hoy como el carrusel de la contratación del Distrito.

A lo largo de las cinco horas que abarcó el interrogatorio, el abogado explicó que había realizado un papel de intermediario para facilitar la licitación de obras públicas a empresarios que aportaran dinero en efectivo a la campaña de Samuel Moreno, con el que obtuvo la alcaldía de Bogotá en nombre del Polo Democrático. (Vea el registro aquí)

Además de la entrega inicial, expuso, los comerciantes tenían que ofrecer un porcentaje del contrato bajo forma de soborno a los hermanos Samuel e Iván Moreno, así como a los concejales Orlando Parada, Hipólito Moreno y Andrés Camacho Casado y a los hombres de confianza del burgomaestre, Emilio Tapia y Julio Gómez, encargados de recolectar el dinero.“La condición y el acuerdo al que llegamos en mi apartamento, en mi oficina, en la casa de su mamá, en el Nogal, es que ellos hacían un aporte económico a la campaña y se les ayudaba con contrataciones en la administración en la diferentes entidades del distrito”, precisó.

De acuerdo con el testigo, él y el antiguo mandatario se reunieron varias veces en el Palacio de Liévano y en la empresa de Energía de Bogotá para asegurar el cumplimiento de sus promesas de campaña, mientras que se vio con su hermano con el mismo fin, en otra ocasión, en una playa de Miami.

Asimismo, detalló que a lo largo del mandato se “entregaron” distintas administraciones a la dirección de intereses particulares. La Unidad de Mantenimiento Vial habría sido uno de esos botines gestionados por los concejales de la U, Hipólito Moreno, Andrés Camacho y Orlando Parada, mientras que la de vigilancia habría ido a parar a manos de los representantes Efraín Torrado y Javier Palacios, quienes fueron salpicados en su momento por la primera ola de testimonios del Carusel de la Contratación. (Vea el artículo aquí)

Desde la Unidad de Mantenimiento Vial así como del IDU se orientó la designación de contratos a modo, como el del mantenimiento de la Malla Vial que fue entregado a la empresa Pavimentos Colombia y la del contrato para la construcción de la calle 26 que fue atribuido al grupo de los Nules a través de la firma Conalvías, según Sánchez.

Por su parte, el abogado de Samuel Moreno, Jesús Vergara afirmó que el sustento de la acusación había sido poco probatorio, toda vez que “no aportaron ningún elemento nuevo y todo se quedó en dichos”, según resaltó. El defensor también advirtió que consideraba injusto que su cliente estuviera involucrado en dos procesos distintos por un mismo caso, en relación con la otra condena a la que tiene que responder Samuel Moreno ante el juzgado 11 de lo Penal.

Un evento que vino a perturbar la audiencia fue el aviso de la remoción del fiscal Javier Valbuena, quien había liderado el caso desde más de un lustro. Según fuentes de la Físcalía, esta remoción se debió al desacuerdo que mantenía el Fiscal General de la Nación con la manera en que Valbuena llevaba sus casos. (Vea el artículo aquí)

Si la remoción del fiscal del caso impacta o no las decisiones de Justicia sobre el primero de los tres procesos que todavía están abiertos en contra del ex alcalde, es algo que se sabrá el jueves, cuando se realiza la segunda parte de la audiencia. Mientras tanto, el nuevo fiscal cuya identidad todavía se desconoce tendrá que trabajar a gran velocidad para recuperar uno de los escándalos de corrupción más grandes ocurridos en la ciudad de Bogotá.