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EL OLVIDADO

Cuando Hernán Botero está próximo a cumplir 10 años de prisión en Estados Unidos, sus abogados intentan echar por tierra los 20 que le quedan.

8 de noviembre de 1993

LA FAMILIA DE HERNAN Botero Moreno, extraditado hace más de ocho años a Estados Unidos, esta a punto de quemar uno de sus últimos cartuchos en la batalla por lograr la libertad del ex presidente del Atlético Nacional. Su esposa, Lía Montoya de Botero, ha decidido entablar esta semana una acción de tutela contra el Ministerio de Relaciones Exteriores, con el fin de que conteste un nota que le envió a principios de año. La nota, que contiene 20.000 firmas de apoyo, pide a la Cancillería que solicite al Departamento de Estado estadounidense una revisión de los cargos que pesan sobre el ex directivo del fútbol paisa.
La situación jurídica de Botero ha sido motivo de polémica desde el 26 de mayo de 1984, cuando una Corte de Miami pidió su extradición por 18 cargos, uno de los cuales consistía en haber violado normas de la Administración de Impuestos de Estados Unidos (IRS) entre diciembre de 1979 y octubre de 1980. No obstante, eso no figuraba como delito en ese entonces en las legislaciones estadounidense y colombiana.
Pese a todo, Botero fue detenido 28 días después de la muerte del ministro de Justicia, Rodrigo Lara, lo cual fue considerado como un triunfo de las autoridades colombianas sobre el narcotráfico. Al fin y al cabo, Estados Unidos había acusado a Botero por este delito, aunque lo había absuelto el 18 de abril de 1983 por falta de pruebas.
De los 17 cargos restantes, la Corte Suprema colombiana rechazó los últimos 10. Siete quedaron vigentes. Más adelante, la justicia de Estados Unidos a eliminó del cuarto al séptimo. Y empezaron las condenas. Por los dos primeros cargos restantes (conspiración) los tribunales de Estados Unidos sentenciaron a Botero a 10 años de cárcel. Y por el tercero (fraude al correo), a otros 20.
Es precisamente por este último a que surge la gran controversia en torno del caso, no sólo porque el fraude al correo no es tampoco conducta punible en Colombia, sino porque, según José Joaquín Caicedo Perdomo, abogado de la familia Botero, "Estados Unidos retiro la acusación por esto el 25 de mayo de 1984, con tan mala suerte que no quedó constancia. Por eso pedimos la intervención del Gobierno".
Si los tribunales estadounidenses revisaran las acusaciones y retiraran el cargo por fraude al correo, Botero quedaría en libertad en siete meses. Para entonces habría cumplido los 10 años de condena por los dos delitos de, conspiración, ya que fue detenido en Colombia en mayo de 1984 y enviado a Estados Unidos el 5 de enero del año siguiente.
A su esposa, la Cancillería sólo le ha respondido una vez: el 19 de abril de 1993, mediante una carta en la que le dijo que en 15 días tendría una respuesta de la Ministra. Pero hasta la semana pasada no existía contestación. Y en cuanto al proceso en Estados Unidos, esta paralizado en virtud de la figura denominada abuse of rights (abuso de acciones), decretada por el juez Eugene Spellman, debido a la cantidad de recursos que presentaban los apoderados del colombiano. Spellman murió en 1991.
Durante la marcha del proceso, Botero ha estado recluído en cárceles de Miami, Kentucky y Alabama, al parecer en condiciones precarias. Su salud se ha deteriorado hasta tal punto que tiene una grave afección en las encias. Y sólo guarda dos esperanzas: que los tribunales estadounidenses le concedan la libertad provisional el año entrante, y que el Gobierno colombiano pida la revisión del caso. El tiempo tiene la palabra.