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PARAMILITARES

El otro Santos

De ser verdad lo que dice Mancuso del vicepresidente Santos, sería mucho más grave que lo de su primo Juan Manuel. Curiosamente, Pacho ha evitado la tormenta.

26 de mayo de 2007

El vicepresidente Francisco Santos parece haber heredado una pizca del famoso teflón de su jefe Álvaro Uribe. De las múltiples sindicaciones que lanzó el jefe paramilitar Salvatore Mancuso en su versión libre ante la Fiscalía, una generó especial consternación. Según Mancuso, Pacho, cuando era periodista, elogió el modelo de Córdoba y manifestó que le gustaría que se repitiera en Bogotá. Castaño le habría propuesto entonces a Santos que comandara el Bloque Capital, pero éste se habría negado porque no sabía de esas cosas.

Y como prueba de la presunta simpatía de Santos por la causa de los paramilitares, Mancuso citó una columna que el Vicepresidente escribió en El Tiempo después de reunirse con ellos en Córdoba.

En el escrito del 29 de abril de 1997, titulado 'Proyecto contrainsurgente', Santos destacó a Castaño como un verdadero "estratega militar y político" y de las autodefensas dijo que es "un movimiento político-militar con arraigo en distintas clases sociales incluso en las populares y que surge del vacío que dejó el Estado ante la ineficacia de sus Fuerzas Armadas y los abusos de la guerrilla contra la población civil". Predijo de una manera cruda la barbarie que siguió: "Esta agudización del conflicto que va a llegar a niveles que jamás hemos visto en nuestro país acabará teniendo como víctimas directas como siempre a los civiles".

Aunque las acusaciones de Mancuso contra el Vicepresidente fueron reproducidas tanto en Colombia como internacionalmente, tuvieron mucho menor impacto que las lanzadas contra su primo Juan Manuel, quien tendrá que sortear una moción de censura. Es diciente que la misma semana que el Ministro de Defensa tuvo que defenderse en el Congreso, Pacho estuvo en Washington haciendo lobby por el TLC. ¿Cómo logró el Vicepresidente evadir la tormenta?

En primer lugar, Pacho se le adelantó a Mancuso. En dos entrevistas -una en abril a El Tiempo y una el 9 de mayo al programa La noche de RCN- reconoció sus reuniones con los paramilitares. Los describió como parte de su labor como periodista y como presidente de la Fundación País Libre.

Segundo, a diferencia de Juan Manuel, que habló y habló por todos los medios posibles en medio del escándalo, Pacho optó por pasar de agache cuando Mancuso destapó su ventilador. Su única declaración pública, 24 horas después de conocerse las graves acusaciones, fue pedirle a la Fiscalía General investigar las sindicaciones de Mancuso. No lo desmintió. No rechazó los ataques. Le tocó al presidente Álvaro Uribe salir en su defensa. "Es como mi hijo", le dijo el mandatario a SEMANA.

Curiosamente, el único debate que generó el comunicado del Vicepresidente fue, muy a la colombiana, de legalidad: ¿por qué envió la carta a la Fiscalía y no a la Comisión de Acusaciones de la Cámara? La explicación es sencilla. Cuando los constituyentes redactaron los 380 artículos de la Constitución, se les quedó por fuera decir a quién le correspondería investigar y juzgar el Vicepresidente. Debido a esa omisión, Santos será escuchado por un fiscal y no por la comisión.Esa diligencia judicial probablememente no será más que un formalismo, pues como se trata de la palabra del uno contra el otro es de anticipar que nada grave va a suceder.

El segundo punto a favor de Pacho es que todo el mundo lo considera inofensivo. Hay dos posiciones: los que lo han conocido como Vicepresidente en estos cinco años y que no creen que sería tan irresponsable de proponer la creación de un bloque de autodefensas. Y los que recuerdan ese periodista impulsivo de los años 90, que no dudan que sí lo dijo, pero que no lo toman muy en serio. Para ellos, era apenas un arrebato más producido por su legendario acelere.

Posiblemente, lo que más ayuda a Pacho frente a Juan Manuel es que tiene muchos menos enemigos. Su personalidad desabrochada y espontánea ha pisado menos callos que la inteligencia fría y calculadora de su primo.

En todo caso, el Vicepresidente aún no puede cantar victoria. Es posible que sea llamado a versión libre por la Fiscalía. Y allí, seguramente, revivirá en la opinión pública una pregunta que se hacen varios de los políticos detenidos: ¿por qué hay que tomar en serio lo que dice Mancuso de militares, empresarios, alcaldes y congresistas, y no lo que dice del Vicepresidente?