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EL PACTO DEL NOVICIADO

Al replicar el Acuerdo de la Moncloa, el gobierno busca generar un proceso que concluya en un <BR>acuerdo sobre lo fundamental.

30 de agosto de 1999

Siguiendo los pasos de lo que hicieron los españoles para sentar las bases de su ingreso a la
Otan, a fines de los 80, y, más recientemente, a la Comunidad Europea, el presidente Andrés Pastrana ha
decidido poner en marcha su propio acuerdo de la Moncloa. La foto del pasado viernes, en la que aparece el
jefe de la oposición, Horacio Serpa Uribe, sentado a manteles con miembros del gobierno, empresarios, ex
ministros de Hacienda y sindicatos, debatiendo los temas de la agenda económica y social, es el primer
paso en esa dirección. Se trata de una apuesta arriesgada por parte del presidente Pastrana, quien ha
preferido convocar a la oposición a concertar en lo programático en cambio de invitarla a compartir en lo
burocrático.Lo cierto es que lo último que entrega un presidente a la oposición es su gabinete. Y Andrés
Pastrana no ha sido la excepción a esa regla. A pesar de la impopularidad temprana y del desgaste propio
de un primer año caracterizado por la profundización de la crisis económica es muy probable que las caras
nuevas en los carros oficiales, del anunciado relevo ministerial, sean todas de la Gran Alianza para el
Cambio. Sin embargo Pastrana está buscando nuevos mecanismos para que la oposición no entorpezca la
marcha de los temas fundamentales de su administración, particularmente en lo que se refiere a los temas
económicos.Por ese motivo Pastrana envió a mediados de julio al director de Planeación, Jaime Ruiz, y al
ministro de Trabajo, Hernando Yepes, a España con el fin de que se empaparan de los instrumentos que han
usado allá para lograr acuerdos sobre temas de política de Estado sin que por ello el gobierno abandone su
agenda ni la oposición la suya.El viaje a España sirvió para que la administración decidiera separar lo que
considera temas estructurales, que hacen parte de la 'suerte del país', de la política oficial. Para poner en
práctica un mecanismo que permita promover esa estrategia el gobierno optó por darle un nuevo aire a
la Comisión de Concertación, integrada hasta entonces por representantes de los trabajadores, de los
empresarios y de la misma administración y, en realidad, útil en el pasado únicamente para las
negociaciones salariales de fin de año.De la experiencia española tomó la decisión de crear una Secretaría
Técnica de carácter académico, que por su naturaleza fuese 'neutral', por así decirlo, para lo cual buscó a Alvaro
Reyes, director de econometría. Pero fue aún más allá. "Decidimos invitar, además del gobierno, los gremios y
los sindicatos, a ex ministros de Hacienda de administraciones anteriores, a los partidos o
movimientos de oposición y a los presidentes de las comisiones terceras de Senado y Cámara, dijo Jaime
Ruiz a SEMANA, con el objeto de hacer la comisión lo más amplia posible". De los ex ministros estarán
presentes Rudolf Hommes y, muy probablemente, Antonio Urdinola. El jefe de la oposición, Horacio Serpa,
aceptó la invitación, así como los parlamentarios de Senado y Cámara. El movimiento independiente,
liderado por Noemí Sanín, no lo hizo."La idea es buscar unas bases de acuerdo sobre temas que no son de
gobierno sino de Estado, en particular los de naturaleza estructural, y que por ello le competen a toda la
sociedad", explicó Ruiz.Harán parte de la agenda de la mesa de concertación los temas de la reactivación
económica, la generación de empleo y todos los laborales y fiscales, que son la base de la plataforma
legislativa del gobierno. De igual manera, y de forma simultánea a la discusión que se lleve a cabo en el
Congreso, el gobierno piensa someter a estudio de la mesa de concertación el llamado 'Presupuesto de la
verdad'.Pero la verdad es que la apuesta de Pastrana no es tan arriesgada. Si bien la apariencia es que el
Presidente ha decidido no compartir el ponqué burocrático con sus detractores sino invitarlos al debate sobre
los temas de Estado, lo cierto es que buena parte del liberalismo está ya en los listados del computador de
Palacio y la agenda legislativa no corre mayores riesgos.Esta es la razón fundamental por la cual el
acuerdo de la Moncloa a la colombiana puede resultar en verdad exitoso. Sin duda sirve para que los
empresarios, los sindicatos, la oposición y el gobierno pongan sobre la mesa sus respectivas posiciones
sobre los temas de la agenda económica y social. O para dejar en blanco y negro sus desacuerdos. O
incluso para llegar a acuerdos.Pero si sólo de ello dependiera la suerte de la agenda legislativa el gobierno
probablemente estaría cerca del abismo. En realidad el gobierno asiste con el revólver bien cargado, como
las monjas de Tunja, a las reuniones del Noviciado en Cota. Lo cual hace que las reuniones de la Comisión
sean un escenario de riesgo calculado. Pero en éste el gobierno abre la posibilidad para que cada uno de los
allí representados pueda desahogarse y, posteriormente, hacer concesiones al gobierno en beneficio de
una política de Estado y no de Andrés Pastrana.