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“El país quiere ‘darse la pela”

Para Enrique Santos Calderón, quien regresó a asumir la codirección de ‘El Tiempo’ luego de una estadía en Nueva York, Colombia necesita un liderazgo excepcional para salir de la crisis.

18 de marzo de 2002

SEMANA: ¿Cómo ve el país a su llegada?

Enrique Santos Calderon: Bien emproblemado, para ponerlo suavemente. En los meses que estuve por fuera sucedieron dos hechos fundamentales: la ruptura del proceso con las Farc y el auge político de Alvaro Uribe Vélez. Que están conectados en cuanto reflejan una saturación de los ánimos ciudadanos frente a la guerrilla y una consiguiente derechización de la opinión pública.

Lo interesante es que ese país que aprobó abrumadoramente la decisión de Andrés Pastrana de poner fin a los diálogos y a la zona de despeje, y que ha virado hacia Uribe, parece dispuesto a ‘darse la pela’ en lo que al conflicto armado se refiere. Y ya parece existir la convicción generalizada de que no habrá solución a la crisis económica y social mientras no se resuelva la crisis de orden público. Lo preocupante es que este conflicto no tiene solución fácil ni inmediata y la impaciencia de la gente por resultados rápidos puede terminar en otra gran frustración nacional.

SEMANA: ¿Cree, como dice Peñalosa, que Colombia se está desintegrando?

E.S.C.: Carlos Lleras Restrepo, el mentor político del papá de Peñalosa, advirtió hace 15 años que el país se estaba “descuadernando”. Y pasaremos a la desintegración si no se dan vuelcos sustanciales. Violencia, corrupción, narcotráfico y clientelismo es el cuádruple desafío simultáneo que tiene el Estado colombiano. Afrontarlo y combatir al mismo tiempo los intolerables niveles de pobreza, en medio de semejante crisis económica, es la monumental tarea del momento. Requerirá de un liderazgo excepcionalmente lúcido, coherente y firme en la cabeza del Estado.

SEMANA: El fenómeno Uribe parece un plebiscito en favor de una salida de fuerza ante un gobierno que es percibido como débil por la opinión. ¿Le preocupa el ánimo bélico del país?

E.S.C.: El fenómeno Uribe, en gran parte producto de las Farc, es reflejo de un estado de ánimo colectivo que dejó de creer en un proceso de paz, que en tres años de negociaciones en medio del fuego, no avanzó un centímetro hacia la paz. Me preocupa el ánimo bélico porque no veo la tal ‘salida de fuerza’ en el corto plazo. Yo sigo creyendo en la solución política negociada al conflicto armado, pero ya se sabe que las Farc jamás negociarán de buena fe si no sienten una presión militar real. Por parte de las fuerzas legítimas del Estado, advierto. Porque si son las autodefensas las que ejercen la presión más eficaz, se agudizará la deslegitimización del Estado y, en primera instancia, del Ejército Nacional.

SEMANA: ¿Estamos abocados entonces a una medición de fuerzas entre el Estado y la guerrilla?

E.S.C.: La guerrilla y el Estado están midiendo fuerzas hace 40 años, con un balance poco halagador para el Estado. Lo significativo de la actual fortaleza militar y económica de la guerrilla es que es inversamente proporcional a su fuerza o credibilidad política. La que alcanzaron a tener en los años 60 y 70 desapareció en virtud de sus métodos: secuestro, terrorismo, destrucción de la riqueza nacional, etc. Pero no basta con saber eso, ni con calificarlos de terroristas, secuestradores o narcotraficantes —lo que por lo demás les resbala— si no se les golpea en su estructura militar y sus fuentes económicas.

SEMANA: ¿Para usted, en concreto, qué quiere decir ese concepto amorfo de ‘guerra total’?

E.S.C.: Más que amorfo, engañoso y peligroso. Aunque no veo bien qué quisiera decir en el contexto colombiano. ¿Más masacres? ¿Más secuestros? ¿Más carro bombas? ¿Más bombardeos y más emboscadas? Es posible. Significaría una agudización de los niveles del conflicto. Lo que no será es ‘guerra civil’, como lo califica cierta prensa extranjera, pues la inmensa mayoría de la población rechaza a los actores del conflicto —paras o guerrilla— no se identifica con ninguno y sólo quiere que se ponga fin al desangre.

SEMANA: ¿Cuál cree que va a ser la ofensiva militar de las Farc en esta nueva etapa?

E.S.C.: Imagino que su objetivo prioritario será golpear la infraestructura económica —torres, puentes, oleoductos, troncales— y comenzar a afectar los centros urbanos. Incrementarán los secuestros selectivos de rehenes que les sirvan para presionar el canje de prisioneros que parece ser obsesión de ‘Marulanda’ y ‘Jojoy’. Intensificarán la guerra de guerrillas golpeando en diversos puntos simultáneos con operaciones comando, a la vez que evitarán grandes enfrentamientos directos con el Ejército. Aunque en sus zonas selváticas de influencia seguramente intentarán ataques de envergadura contra instalaciones militares.

SEMANA: ¿Cree que las Fuerzas Militares están preparadas para enfrentar esa guerra?

E.S.C.: El desafío que tienen y las expectativas sobre su actuación son grandes. Y reconociendo la dificultad de defender todas las torres y puentes, o de neutralizar actos terroristas de pequeños comandos, el país sí espera golpes más contundentes contra las Farc en el campo militar.

SEMANA: En el país se debatió en ciertos círculos el cubrimiento que les dieron los medios estadounidenses a la tragedia del 11 de septiembre frente al cubrimiento que les dan los medios colombianos al conflicto armado. ¿Cuánto hay de sensacionalismo en los medios colombianos y cuánto es una realidad que existe y muchos no quieren ver?

E.S.C.: Hay mucho sensacionalismo, sobre todo en los noticieros de televisión, que se han convertido en retroalimentadores de la violencia. En los medios escritos hay más reflexión y análisis, aunque no lo suficientes. Un volumen desproporcionado de la información se va en mero registro de actos de guerra, masacres, combates, etc. Hace falta darles más contexto, interpretación y antecedentes a los hechos del conflicto armado.

SEMANA: ¿Cómo ve el papel de El Tiempo en estos momentos de crisis?

E.S.C.: El obvio de informar con objetividad y orientar con honestidad e independencia. Y, como he dicho en otras ocasiones, en esta Nación atemorizada y perpleja, el de ser una referencia creíble de tolerancia y pluralismo. El de sostener el asediado centro democrático, defender la libertad de crítica y propiciar la civilizada confrontación de ideas frente a la dialéctica de la dinamita y el fusil.

SEMANA: ¿Cuáles son para usted las tres principales amenazas a la libertad de prensa en Colombia?

E.S.C.: El conflicto armado, el narcotráfico y los políticos corruptos, que también acuden a la violencia. Y, por supuesto, la autocensura que se deriva de la intimidación que todo esto genera. La crisis económica y la drástica reducción de la pauta publicitaria es otro factor que hoy amenaza la supervivencia de muchos medios.

SEMANA: Todavía hay muchos lectores que se quejan porque se les fue la columna ‘Contraescape’. ¿Cuándo la tendrán de nuevo los lectores?

E.S.C.: Algún día tal vez no muy lejano. Ocurre que no me siento bien en el doble papel de director y columnista. Concibo la dirección de El Tiempo como un oficio de dedicación exclusiva, aunque no eterna. Como dije en la despedida de ‘Contraescape’, mantener mi columna me planteaba una ambivalencia y una dicotomía inmanejables. ¿Escribo como director lo que no escribo como columnista o viceversa? Una especie de doble personalidad periodística o de conflicto de intereses mentales que no me atrae.

SEMANA: No es un poco fundamentalista esa política editorial en un país que lo que necesita es que le tiren línea…

E.S.C.: No es una política del periódico. Los últimos directores de El Tiempo han tenido columnas. Es una decisión personal. Por ahora tiro línea en los editoriales, que representan la posición del periódico como tal. Aunque algunos amigos socarrones comentan que los editoriales son ‘Contraescapes’ con condón.

SEMANA: Hablando de tirar línea, ¿El Tiempo va a apoyar algún candidato presidencial?

E.S.C.: Pienso que debe hacerlo, aunque a muchos lectores no les gustó el que hubiéramos recomendado candidatos en las pasadas elecciones de Congreso.

SEMANA: ¿Cuál?

E.S.C.: Léalo en el editorial.

SEMANA: Sabemos que va a publicar un libro en los próximos meses. ¿De qué se trata?

E.S.C.: Será una selección personal de lo que yo considero mis mejores escritos en los 30 y pico de años que llevo en este oficio. Me tocó releerme cerca de 2.000 textos: ‘Contraescapes’, reportajes, crónicas, prólogos, corresponsalías del exterior, etc. A eso estuve dedicado buena parte del tiempo que estuve por fuera. Espero que salga a la calle en mayo.