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EL PARLAMENTARIO DEL AÑO

Con su papel clave en la reforma laboral, Alvaro Uribe Vélez demostro que el Congreso, cuando quiere, puede.

21 de enero de 1991

En los últimos años, el senador Víctor Renán Barco ha sido considerado el "Parlamentario Estrella" por la mayoría de los medios de comunicación del país. Este año, sin embargo, un joven antioqueño ha venido a disputarle el título: Alvaro Uribe Vélez.

Si Barco ha sido considerado el mayor experto en materias económicas y fiscales dentro del Congreso, es indudable que a Uribe Vélez le cabe el mismo honor en materia laboral. Y así lo demostró este año, siendo inspirador -en compañía del Ministro de trabajo y otros miembros del Gobierno y ponente principal en el Senado de uno de los más trascendentales proyectos de ley aprobados por el Parlamento para darle vía libre al proceso de internacionalización de la economía colombiana: la reforma del código del trabajo.

El interés de Uribe Vélez por las materias laborales comenzó a tomar cuerpo cuando fue viceministro de Trabajo, a mediados de los años 70, y ha venido creciendo desde entonces, con una importante característica: el pragmatismo. Lo que le ha dado mayor peso a sus intervenciones en esta materia, en efecto, ha sido el hecho de no tomar partido por una u otra teoría hasta no estar convencido de las bondades de su aplicación.
Originalmente amigo de la participación de los trabajadores en el manejo de las empresas, por ejemplo, se ha movido en los últimos años hacia la concepción liberal, que hoy todo el mundo está defendiendo, de garantizarle una mayor transparencia al mercado laboral, con el fin de estimular la creación de nuevos empleos.

En esa tónica, Uribe Vélez se le midió en esta legislatura a temas que fueron considerados un tabú durante muchos años, como la retroactividad de las cesantías y la pensión-sanción, que castigaba fuertemente los despidos de trabajadores con más de 10 años de vinculación a una empresa.

Esta posición le granjeó el apoyo de muchos colombianos y la oposición de otros, especialmente dentro del mundo sindical. Pero él está completamente convencido de que su impacto será finalmente positivo para la clase trabajadora del país, al garantizarle mayores posibilidades de empleo -cuatro millones de nuevos puestos al promediar la primera década del nuevo milenio-, mayor estabilidad laboral y mayores remuneraciones. Eso, en opinión de muchos observadores, le da credenciales suficientes para ser considerado esta vez como el "Parlamentario del Año".