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El uniformado, que fue condenado a 48 años en septiembre de 2012, se fugó hace pocos días. | Foto: SEMANA

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El peligroso sargento que se le voló al Ejército

Un sargento, condenado a 48 años por secuestro e intento de homicidio, se fugó de una cárcel militar de Bogotá.

6 de junio de 2013

Cuando aún arden las cenizas por el escándalo de los privilegios de los militares en Tolemaida, se revela otro grave caso ocurrido en otra prisión militar. El pasado lunes, el sargento Leonardo Herrera Navarrete se fugó de la cárcel militar que se encuentra en el batallón de Artillería, en el sur de Bogotá. El uniformado había sido condenado a 48 años en septiembre de 2012.

La condena contra el militar fue por los delitos de secuestro extorsivo y lesiones personales, y se confirmó por el Tribunal Superior de Ibagué. El caso ocurrió en junio del 2008, cuando el sargento Herrera y otro cómplice secuestraron en zona rural del municipio de Planadas -sur del Tolima- a varias personas, entre ellas algunos menores de edad por quienes exigían 700 millones de pesos.

Los militares, que se hicieron pasar por integrantes de las Águilas Negras, hirieron a una de sus víctimas y posteriormente fueron capturados. Tras ser condenados hace algunos meses, Herrera fue recluido en la cárcel militar del batallón de Artillería, en donde tenía algunos privilegios a pesar de su elevada condena. Allí andaba como 'Pedro por su casa' y de esa misma manera abandonó la guarnición militar. Ahora se desconoce su paradero.

Este es un nuevo y grave escándalo que durante varios días mantuvieron en silencio los militares, el cual se suma a la larga lista de irregularidades que ocurren en las cárceles militares. Tras ser consultados por Semana.com, el Ejército emitió un comunicado reconociendo la fuga y afirmó que se adelantan las investigaciones respectivas del caso y que relevó al director de la cárcel militar.

Este penoso episodio tiene un agravante adicional: la cúpula del Ejército se enteró de la fuga casi desde el momento mismo en que ocurrió (el pasado lunes). Sin embargo, miembros de la institución pretendieron ocultar y minimizar el asunto a lo largo de cuatro días. No es claro si, como era obligación, el Ejército interpuso una denuncia en la Fiscalía por fuga de presos. 

Semana.com logró establecer que el Inpec hasta este momento no ha sido notificado de la fuga, lo cual es absurdo e incluso puede constituir un delito por parte de los militares por omisión de denuncia, es decir, por no informar a ninguna autoridad que se les escapó un preso altamente peligroso.

Otro asunto que hasta ahora se está evaluando es por qué un uniformado condenado a 48 años de prisión por un delito tan grave como lo es el secuestro de varias personas -entre ellos menores de edad- se encontraba detenido en una instalación militar y no en una cárcel común, con todas las medidas de seguridad correspondientes. Semana.com estableció con fuentes del batallón de Artillería que el sargento prófugo disfrutaba de privilegios similares a los denunciados en el batallón de Policía Militar No. 13 y en Tolemaida (revelados por la Revista SEMANA en abril del 2011 y abril del 2013).

En la tarde de este jueves y tras la revelación de Semana.com, la cúpula del Ejército estaba reunida intentando buscar una explicación que darle al país acerca de este nuevo y bochornoso episodio, que nuevamente deja en evidencia el poco control que existe en los centros de reclusión militares.

Todo esto ocurre tan solo a un mes de que el Ejército anunciara estrictos controles y vigilancia especial a sus penales, tras los escándalos de Tolemaida. Por lo visto, esta fuga deja entrever que fueron palabras que se las ha llevado el viento.