¿Se puede hablar de plagio en la política colombiana?

Dos notables casos de plagio acapararon titulares recientemente. La semana pasada se conoció que Enrique Peña Nieto copió alrededor de 200 páginas en su trabajo de grado de Derecho, titulado ‘El presidencialismo mexicano y Álvaro Obregón’ para poder graduarse como abogado en 1991, según la denuncia de Aristegui Noticias.

Y Melania Trump, la esposa del candidato Donald Trump, tomó 14 frases del discurso de la primera dama estadounidense Michelle Obama para su discurso en la Convención Nacional Repúblicana. De México a Estados Unidos, los ejemplos de plagio abundan en la política, como recuerda The Washington Post. Colombia no se queda atrás.

Hay casos como el del ex concejal Marco Fidel Ramírez, quién fue rechazado en su primera ponencia por el Concejo de Bogotá en 2012, debido a que el proyecto que presentaba para crear una Secretaría de Seguridad fue copiado de un artículo académico de la Universidad de Barcelona.

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O el de la Agencia Nacional para la Alimentación Escolar que propuso el ministerio de Educación, en cabeza de Gina Parody. El proyecto de ley fue rechazado por el Congreso de la República cuando la senadora Sofía Gaviria Correa denunció que el proyecto usaba las mismas palabras de un proyecto de ley suyo. Las polémicas por el copie y pegue de personajes en la élite política son constantes.

Hoy en día los derechos de autor colombianos están amparados por la Ley 23 de 1982, por lo tanto en algunos casos puede constituir un delito. De acuerdo al abogado e investigador de la Universidad del Externado de Colombia Diego Guzmán, el plagio en Colombia se entiende como presentar una obra de un autor como propia.

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Según el docente, cuando se trata de un proyecto de ley o político, no se habla de plagio, debido a que los textos son descriptivos. Y por esta razón, es que muchas veces los casos de copie y pegue en política pasan de largo en Colombia.

Para Nathalia Franco, Directora del proyecto Atreverse a Pensar de la Universidad EAFIT, el plagio cometido por políticos en sus diferentes apariciones no tiene carta de presentación, pues ellos serán los próximos administradores de la sociedad.

Para Franco, el hecho de cometer plagio intelectual pone de manifiesto la mediocridad, la poca rigurosidad y baja orientación a la excelencia, en los esfuerzos intelectuales que se realizan día a día. Sean políticos o no.

Sin embargo, hoy en día los derechos de autor colombianos siguen amparados por la ley y continúa el debate de la academia por la relevancia que tiene la propiedad intelectual en el mundo laboral.