Home

Nación

Artículo

Angelino Garzón, Vicepresidente. Federico Renjifo, Ministro del Interior (d). MarÍa Fernanda Campo, Ministra de Educación. Mariana Garcés, Ministra de Cultura

POLÍTICA

El poder caleño en la administración Santos

Después de muchas décadas, el Valle está reconquistando las altas esferas del gobierno.

5 de mayo de 2012

Mientras en fútbol el Valle está de capa caída porque el América de Cali descendió a la B, en política el panorama es más alentador. Tras revisar con lupa el círculo cercano de Juan Manuel Santos, salta a la vista que los caleños están pisando duro. Después de la cuota cachaca, son de lejos la representación más grande en el alto gobierno. Una realidad muy importante para una región que históricamente ha estado rezagada frente a Bogotá y Antioquia. Una mirada a los anaqueles de historia revela que mientras Álvaro Uribe representó a los antioqueños durante ocho años y Juan Manuel Santos, Andrés Pastrana y Ernesto Samper son de la capital, es llamativo que el último presidente valluno haya sido el general Jorge Holguín a principios del siglo XX. En los últimos 100 años el poder ha sido esquivo para los caleños.

Pero en este gobierno están empezando a escribir una nueva página en la historia del alto poder. En el gobierno del presidente Santos actualmente hay más de una docena de vallunos al frente de importantes entidades, ministerios, embajadas y despachos palaciegos. Entre ellos se destacan personajes como Angelino Garzón, Federico Renjifo, Mariana Garcés, Francisco José Lloreda, Alejandro Eder, Santiago Castro, Miriam Villegas, María Fernanda Carvajal, Óscar Gamboa y Orlando Sardi quienes, aunque con perfiles, orígenes y trayectorias muy distintas, tienen algo en común: son del Valle.

Casi todos los miembros de la 'cuota caleña' nacieron en Cali o Buga pero han vivido gran parte de su vida en Bogotá, donde estudiaron y empezaron su vida profesional. Muchos se han fogueado en el sector privado, tienen buenas relaciones con la clase dirigente bogotana y comparten el mismo círculo social. Como dijo el abogado y columnista Ramiro Bejarano recientemente, son "vallunos cachaquizados". Con excepción de Mariana Garcés, el vicepresidente Garzón y Kiko Lloreda, estos hijos pródigos no volvieron al Valle y tampoco se le midieron a hacer política en su ciudad de origen.

Examinándolo más en detalle, salta a la vista que este 'poder caleño' podría clasificarse en tres categorías: la primera, los que han sido cercanos al presidente Santos o lo han acompañado en su trayectoria política de tiempo atrás; la segunda son los 'nuevos', es decir, una nueva generación de funcionarios tecnócratas o políticos, y como última, el llanero solitario, el vicepresidente Angelino Garzón.

En la primera categoría estarían Federico Renjifo, el nuevo ministro del Interior; Orlando Sardi, embajador en España, y Juan Carlos Mira, secretario privado. Ellos son los 'viejos conocidos'. Mientras Renjifo y Sardi han sido amigos y compañeros de batalla del presidente Santos, Mira es uno de sus pupilos más aplicados. Renjifo es cercano a Santos desde los noventa cuando fue su viceministro de Hacienda y muñequeó y trasnochó para pasar la reforma tributaria. Y Sardi fue presidente de Proexport cuando Santos era presidente de Bancoldex y, además, fue gerente de la campaña presidencial.

Mira, por su parte, se ha formado bajo la tutela de Santos y lo ha acompañado todos los días desde que se vinculó a la Fundación Buen Gobierno hace más de ocho años. En esta categoría también están María Fernanda Campo, ministra de Educación, y Maria Fernanda Carvajal, pues a ambas las une una gran amistad con la primera dama, María Clemencia Rodríguez. En un reciente discurso, el presidente Santos incluso afirmó que "María Clemencia ha sido tan cercana a esta maravillosa familia -con quienes compartió desde el kínder y fue vecina de casa- que a veces parece más Carvajal que Rodríguez."

Carvajal hace parte de las familias más influyentes de la región, al igual que Orlando Sardi de Lima; la ministra de Cultura, Mariana Garcés; el embajador en Corea, Jaime Alberto Cabal, y Miriam Villegas, directora del Incoder, quien viene de una familia tradicional del Valle y cuyo hermano es el senador Germán Villegas.

En la segunda categoría estaría la nueva generación de la clase dirigente valluna con Alejandro Eder, director de la Agencia de Reintegración, y Francisco José Lloreda, consejero de Seguridad Ciudadana. Estos últimos representan el relevo de la élite caleña, han cultivado un perfil tecnocrático y cuentan con posgrados de prestigiosas universidades norteamericanas. Ambos decidieron apostarle al sector público desde el gobierno de Álvaro Uribe y, a pesar de que podrían hacer parte de sus empresas familiares, el servicio público les quedó gustando.

Por último, no podría faltar el llanero solitario: Angelino Garzón. Si bien no es miembro de la alta sociedad caleña y tiene más diferencias que similitudes con Santos, Garzón es el valluno que más alto ha llegado en el gobierno. Con empuje y dedicación ha labrado una carrera que habla por sí sola. Nació en una humilde familia en Buga, desde muy joven se convirtió en sindicalista y ha ocupado cargos como la Gobernación del Valle, el Ministerio de Trabajo en el gobierno Pastrana -donde compartió asiento en el gabinete con Santos- y, ahora, la Vicepresidencia. Desde este cargo ha demostrado ser, casi siempre, un buen complemento para el presidente, en especial en temas sociales.

Ya sean escuderos fieles, miembros de las familias más prestigiosas o bugueños hechos a pulso, es un hecho que después del gobierno Uribe, donde los paisas mandaban la parada, los vallecaucanos están en su cuarto de hora y hacen parte del círculo íntimo de Santos. Ojalá, con mayor visibilidad y poder político, los hijos del Valle enciendan un reflector sobre su región, que en los últimos años ha sufrido de crisis institucional, de captura del poder por parte de fuerzas ilegales y que ostenta el penoso récord de sumar cinco gobernadores en tres años. Oportunidades y coincidencias como estas no se dan todos los días.