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EL PORTAZO

Una serie de denuncias y malos entendidos llevaron al gobierno a destituir a Rubén Olarte, <BR>director Nacional de Estupefacientes.

7 de junio de 1999

El martes pasado, cuando regresó al país después de entrevistarse con su colega Hugo
Chávez en Ureña (Venezuela), el presidente Andrés Pastrana se encontró con dos temas por resolver. El
primero tenía que ver con la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo por el Congreso y el segundo con la
destitución del director de Estupefacientes, Rubén Olarte Reyes, quien se había negado a presentar su
renuncia ante la solicitud de Juan Hernández, secretario general de la Presidencia. Mientras el primero
tenía al país alborotado por las protestas de los sindicatos, el segundo podía levantar ampollas en un frente
que Pastrana ha cuidado con esmero: Estados Unidos.
El Presidente firmó el decreto por el cual se declaraba insubsistente a Olarte y se nombraba en su
reemplazo a Gabriel Merchant. Tomó la decisión después de leer una carta de Olarte en la que le
manifestaba que había sido víctima de una campaña de difamación de algunos medios y de
"maquinaciones oscuras de quienes se vieron afectados por mis actuaciones".
¿Qué fue lo que llevó al director de Estupefacientes a la picota pública? Básicamente fueron dos las
denuncias contra él. Una tenía que ver con la elaboración de contratos por 541 millones de pesos, entre
ellos uno de 300 millones para un censo de los bienes incautados al narcotráfico en el Valle del Cauca. La
otra se refería a una supuesta relación de familiares de Olarte con el cartel de Cali.
En diálogo con SEMANA Olarte presentó sus descargos. Según él, los 12 contratos fueron aprobados
por el Consejo Nacional de Estupefacientes, del cual hacen parte varios ministros, entre ellos el de
Justicia, Parmenio Cuéllar. De ellos el de mayor cuantía _y el más cuestionado_ fue el que se firmó con
Omar Jesús Cantillo por 300 millones de pesos para realizar el censo de bienes incautados en el
Valle.
"Eso no podía ser de otra manera. En ese departamento está el 47 por ciento de los bienes decomisados
en todo el país. Existía una información preliminar según la cual el inventario en ese departamento era
de 5.000 bienes. Pero el estudio nos mostró que la totalidad de los bienes, tanto muebles como inmuebles,
superan los 20.000", dijo Olarte a SEMANA.
En lo que tiene que ver con la presunta relación de sus familiares con miembros del cartel de Cali lo que
sucedió, según Olarte, fue que su hermano William arrendó hace varios meses, mediante una inmobiliaria de
la ciudad, un apartamento que resultó ser propiedad de 'Pacho' Herrera. "Pero cuando mi hermano se dio
cuenta entregó el apartamento y ante las amenazas debió salir del país con su familia", dijo.
Como si eso fuera poco, en los archivos de algunos organismos de investigación de Estados Unidos
apareció como lavador de dólares y traficante de drogas Armando Olarte Reyes, a quien algunos
medios presentaron como hermano de Rubén Olarte Reyes. "No tengo nada que ver con ese señor. No lo
conozco. Los gringos, que lo saben todo, obviamente saben que no existe ningún parentesco", dijo Olarte a
SEMANA.
De cualquier manera esta serie de circunstancias le costaron el puesto a una de las personas más
reconocidas en la lucha contra el narcotráfico en el Valle del Cauca desde su época de diputado y
secretario de la Gobernación. Para su desgracia, ocupaba el único cargo en el cual el gobierno de Pastrana
no puede darse el lujo de tener el más mínimo cuestionamiento: la Dirección Nacional de Estupefacientes.