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"El proletariado académico es el motor de los procesos guerrilleros"

ENTREVISTA PETER WALDMAN

13 de enero de 1986

Entre las diferentes ponencias expuestas en el "foro sobre la violencia " organizado recientemente por el Instituto de Estudios Liberales, una de la que mejores comentarios obtuvo fue la del profesor Peter Waldmann, un sociólogo político alemán especializado en el área de América Latina. SEMANA consideró de interés interrogarlo acerca de los resultados de sus análisis comparativos de procesos violentos en diferentes países de, mundo, aplicados al caso colombiano.
SEMANA: Usted dijo, en la ponencia que leyó en el foro sobre la violencia, que no cree que en Colombia estén dadas las condiciones objetivas para que haya un triunfo de la guerrilla, pero tampoco un triunfo del Ejército. ¿Quiere explicarnos esta afirmación?
PETER WALDMANN: Sí, eso dije. Creo que en Colombia se dan muchas condiciones para que nazca, crezca y se expanda la guerrilla, pero no creo que existan aún las condiciones para que triunfe. Para eso hace falta, fundamentalmente, una decisión del bloque burgués de la clase media. Este requisito fue fundamental, por ejemplo, en el caso de Cuba y en el de Nicaragua, donde la burguesía de la clase media se fue del otro lado porque le pareció que era la única alternativa viable. En el caso colombiano yo no veo algo similar.
No es suficiente que el gobierno pierda legitimidad, sino que se requiere que, al mismo tiempo, la guerrilla gane legitimidad. En este momento en Colombia, tanto el gobierno como la guerrilla tienen niveles muy bajos de legitimidad.
S.: De acuerdo con sus estudios, ¿qué grado de éxito en el entendimiento real con la guerrilla le ve al sistema de diálogo que hemos aplicado en Colombia? ¿Podría citar algún caso en el que este procedimiento haya resultado?
P.W.: Bueno, depende de lo que uno entienda por resultado. El sistema no es exitoso si por éxito se entiende que la guerrilla deje las armas abandone la lucha armada: yo no conozco ningún caso. Eso no quiere decir que no valga la pena seguir con el diálogo, porque es ventajoso para marginalizar la guerrilla. Tener contacto con ella la obliga a concretar su programa y para definir qué fines persigue. Pero no creo que el diálogo acabe rápidamente el proceso armado, y cambie la situación.
S.: ¿ Qué relación de causalidad considera usted que existe entre la pobreza y los brotes guerrilleros?
P. W.: En los países más pobres de América Latina no hay guerrilla, como en Haití o Paraguay. Yo diría que la pobreza puede jugar algún papel, pero solamente a través de ciertos actores como las clases medias. Es sobre todo la nueva clase media, la de intelectuales y profesionales, la más dinámica fundadora de los procesos guerrilleros.
S.: ¿O sea que una situación como la que estamos viviendo actualmente en Colombia, consistente en que las dificultades económicas están golpeando principalmente a las clases medias, es el caldo de cultivo natural de la guerrilla?
P. W.: No sé hasta qué punto hay una vinculación directa, pero veo un gran peligro en ese excedente del proletariado académico que se está produciendo actualmente en todos los países latinoamericanos. La clase media frustrada es la que con mayor facilidad elige la vía armada.
S.: ¿Cuáles son, en su opinión, las condiciones que deben tenerse en cuenta para determinar si la guerrilla tiene mayor o menor posibilidad de llegar al poder?
P. W.: Hay un criterio que me parece esencial, y es diferenciar si la guerrilla se dirige contra un gobierno extranjero o contra un ocupante, tal vez un régimen colonizador, o contra su propio gobierno. Porque en el primer caso es más fácil conquistar la opinión pública. Mientras si la guerrilla se dirige contra un gobierno autóctono siempre habrá dos campos: el de los que están del lado del gobierno y el de los que están en contra, y eso exige condiciones bastante específicas para que la situación se vuelque.
S.: ¿Es mejor ambiente para el nacimiento de la guerrilla un gobierno cerrado y dictatorial que uno abierto y demócrata?
P. W.: Eso de todos modos. Porque los motivos principales de la guerrilla es que sus miembros no han encontrado vías de participación política.
Cuando estos jóvenes, que son el núcleo de la guerrilla, ven una forma legal de participar, van a pensar dos veces antes de engrosar los grupos armados. Otro problema aparte, es que la guerrilla tiene más posibilidades de expansión y éxito en un régimen demócrata que en uno muy represivo, que no deje gran espacio de maniobra a la guerrilla.
S.: Pero por otro lado, una guerrilla con tendencia hacia el terrorismo tiene mejor campo de acción en un régimen democrático donde haya posibilidades de que los medios de comunicación le ayuden a hacerle publicidad a sus acciones, que en uno dictatorial, donde no exista libertad de los medios de comunicación...
P. W.: Hay dos fases en el desarrollo de la guerrilla. Un sistema autoritario la promueve más que un sistema democrático, porque da más razones para rebelarse. Pero para que crezca o triunfe, un sistema democrático tiene más dificultades para impedir la expansión guerrillera que un sistema dictatorial. Es un poco irónico, pues, que los regímenes dictatoriales sean primero más favorables para el nacimiento de la guerrilla, pero después menos favorables para su consolidación...
S.: ¿Qué opinión le merece el caso de las FARC, que no han hecho entrega real ni simbólica de las armas, pero que a la vez están constituidas en partido político?
P. W.: Hay dos estrategias posibles.
Yo llamaría a la primera la estrategia "El Salvador", donde la guerrilla tiene un territorio conquistado y ejerce allí poder político y militar; por consiguiente, el interés para la guerrilla salvadoreña de participar en la actividad política nacional es menor, pues su estrategia es la de una situación de poder dual, un poder dividido con el gobierno. La segunda estrategia es la del grupo armado que, sin entregar las armas, aspira a participar en las elecciones institucionales para todo el territorio del país; ésta se da cuando el grupo no tiene territorio propio. Sin embargo, el caso colombiano es sui generis, porque las FARC caben tanto en el primer esquema como en el segundo; poseen poderes territoriales, y por consiguiente resulta confuso saber si tienen realmente aspiraciones nacionales o si tienen más bien la ambición de entrar en un diálogo con el gobierno para conseguir ciertas concesiones para su territorio, unicamente.
S.: ¿ Y la influencia externa sobre procesos guerrilleros?
P. W.: Yo creo que, en general, se ha dado demasiado peso al factor internacional. Este juega mucho en los casos en que justamente se trata de un gobierno exterior ocupante, mientras en los otros casos es más bien una cuestión de ambiente. Es muy importante, por ejemplo, para una determinada guerrilla, tener la posibilidad de protegerse tras las fronteras de un país simpatizante, a donde se pueda retirar, pero eso sólo funciona en los países pequeños. Ahora, no creo que el pago de armas o algo por el estilo pueda ser decisivo. Siempre he desconfiado un poco de lo que yo llamo la "teoría conspiracionalista", que intenta explicar cualquier proceso guerrillero como una conspiración internacional. Se puede, desde afuera, enviar abastecimientos de armas, pero lo que más pesa en el éxito o fracaso de un movimiento guerrillero es la motivación de la gente que lo integre. --