¿Qué pasó con el tranvía de la 80, proyecto bandera de la alcaldía de Medellín?

El aumento desbordado del número de carros y motos que circulan en Medellín es la principal causa del problema ambiental que atraviesa el Valle de Aburrá desde hace varios años, esto sin contar el tráfico vehicular cada vez más pesado. Para evitar esto, la Alcaldía ha puesto en marcha un ambicioso plan para mejorar el sistema masivo de transporte y por eso en el programa de gobierno de Federico Gutiérrez se incluyó como solución para mitigar este problema, la ejecución del proyecto Tranvía de la 80, que hasta ahora parece embolatado, pues para que la obra empiece, necesita el empujón de recursos financieros del Gobierno nacional, quien ahora reculó y dijo que no los tiene. ¿Cuál es el futuro de este proyecto que fue bandera en la campaña de Gutiérrez?

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“El Gobierno nacional no gira los recursos simplemente porque no le da la gana”, dice el concejal Jaime Duque, “Medellín le apostó al transporte público sostenible hace mucho tiempo y todo lo que tenemos lo hemos hecho solos, al parecer la Ley de Metros aplica solo para ciudades como Barranquilla o Bogotá”. El concejal insiste en que Medellín está siendo castigada a pesar de los buenos resultados en el manejo de las deudas y los avances que han mostrado en materia de movilidad, pero reconoce que con todo esto que a la ciudad todavía le falta avanzar en temas de transporte público.

La Ley de Metros dice que la Nación participará con aportes de capital en el Sistema de Servicio Público Urbano de Transporte Masivo de Pasajeros con un mínimo del 40 por ciento  y un máximo del 70 por ciento del servicio de la deuda del proyecto. La Alcaldía de Medellín cuenta con 600.000 millones de pesos producto de la venta de las acciones que tenía EPM en Isagén. El Tranvía de la 80 tiene un costo estimado de 1,2 billones de pesos solo para la obra del tranvía y de 600.000 millones de pesos para las obras complementarias.

Al verse rodeado de tantas dificultades, Gutiérrez ha dicho públicamente que su deseo es que el corredor de la calle 80 sea un corredor eléctrico, independiente de si es con buses o trenes tipo tranvía. Para Diego Zapata, consultor y profesional en temas de movilidad, pensar en un proyecto diferente a un tranvía por la 80 no es la solución, “Los buses eléctricos no cabrían por este corredor porque se necesitan carriles por donde puedan adelantar y si esto se hace, se eliminan otros espacios de tránsito modal como la ciclorruta y las aceras para peatones, además de prescindir de los árboles, es decir, se estaría acabando con lo que en la actualidad es el corredor”.

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De acuerdo con Zapata, un tranvía necesita una vía de 3,5 metros de cada lado, mientras que un bus con carril de adelantamiento necesita un carril de 8 metros de cada lado, “No considero que se deba ir por opciones que puedan resultar más “económicas” en el corto plazo pero que a la larga van a resultar más costosas. Un proyecto de transporte no se hace para un periodo administrativo sino para 20 o 25 años”, explica.

Una de las razones por la que el Gobierno nacional al parecer no otorgó los recursos, tiene que ver con que el gobierno de Federico no le madrugó al proceso de incluir en la agenda de discusión nacional el proyecto del tranvía a través de la Ley de Metros. “La responsabilidad de este alcalde es incluir en la agenda del próximo presidente el Tranvía de la 80, empujar el proyecto y gestionarlo, y si no se alcanzó en esta administración por lo menos que se deje la cuota inicial”, insiste el concejal Duque.

La empresa Metro, adscrita a la Alcaldía de Medellín, es la responsable de la parte técnica del proyecto. En el momento han adelantado dos estudios, el más reciente es del año 2016 y tuvo un costo aproximado de 70.000 dólares. En él se determinó que la tecnología para tener en ese corredor es el metro ligero o tranvía, con capacidad para 300 pasajeros y acoplable, es decir, su capacidad crecería a 600 pasajeros. Los buses dobles articulados tienen una capacidad máxima de 220 pasajeros. Así, se puede determinar qué sería lo mejor para Medellín, que hoy está atravesada por un gran problema de movilidad y, lo que es peor, de contaminación.

Así las cosas, aunque el tranvía de la 80 busca conectar la zona occidental, mayormente residencial, con el centro de la ciudad y la zona norte, donde converge gran parte del tráfico interurbano, y mejoraría en gran medida la circulación en una zona harto atascada, parece que será un proyecto de otra época, pues Federico Gutiérrez va a completar dos años y medio de administración y no se ve de dónde va a salir la plata del proyecto.