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Ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry.

POLÍTICA

El pulso político por la sostenibilidad fiscal

El partido Liberal se declaró en oposición de la reforma que busca establecer como principio constitucional el equilibrio del presupuesto. Conservadores y La U cuestionan que es un tema de 'Unidad Nacional'.

24 de noviembre de 2010

La aprobación del proyecto de sostenibilidad fiscal está en vilo. El Partido Liberal, quien hasta ahora ha sido incondicional de todas las reformas del gobierno, se opuso a esta reforma constitucional y su sola negativa le impidió a La U y al Partido Conservador aprobar uno de los proyectos que defiende el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry.
 
Este miércoles, el Gobierno no tuvo cómo aprobar el proyecto en la Comisión Primera del Senado. Contaba con el respaldo de La U y los conservadores que sumaban nueve votos, pero el otro socio de la coalición, el Partido Liberal, sumó cuatro votos al bloque de oposición que además integraban el Polo (dos votos) y el Partido Verde (un voto), y al que se integraron los dos senadores del PIN (dos votos).
 
La votación quedó en tablas. Un empate a nueve que sólo se podrá desequilibrar este jueves en lo que ha sido llamado el segundo tiempo de este proyecto.
 
Después de percatarse que el proyecto no contaba con las mayorías, el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, envió un mensaje que tenía destino directo a los senadores liberales: “Esperamos que la coalición exista y que no sea unos cónyuges que les gusta estar presentes en unas cosas pero no estar presentes en otras. Esta división en la coalición se debe aclarar”.
 
Pero, ¿qué hay detrás de este proyecto?
 
La iniciativa busca reformar la Constitución con el propósito de convertir la sostenibilidad fiscal en un principio que regule la administración del Estado. Esto tendría como consecuencia, por ejemplo, que las decisiones judiciales que buscan garantizar los derechos individuales tengan que ajustarse a una disciplina en materia presupuestal.
 
Pero lo que el Partido Liberal objeta es que establecer esta disciplina a través de una reforma constitucional atentaría contra uno de los principales logros de la Constitución, como lo fue la acción de tutela.
 
“Con este proyecto lo que nos están diciendo es que no habrá salud en Colombia, no habrá educación para los niños, porque antes que los derechos fundamentales debe estar la economía”, advirtió el senador Liberal, Jesús Ignacio García, quien agregó que “hoy los ciudadanos indefensos acuden a la acción de tutela, para que, por ejemplo, les ordenen un bypass gástrico, pero si aprobamos este proyecto les van a decir que tienen razón, que lo necesitan pero que no hay plata, lo que es un entierro de tercera para la acción de tutela”.
 
El senador Juan Fernando Cristo explicó que el Partido Liberal tiene el propósito de tener un presupuesto equilibrado, pero se puede alcanzar a través de la ley de regla fiscal que se ha venido debatiendo y que el liberalismo apoya, sin necesidad de introducir un cambio estructural a la carta política como el que contempla esta iniciativa.
 
Cristo manifestó que el liberalimso no puede acompañar este proyecto, y así se lo hizo saber a través del jefe de la colectividad, Rafael Pardo, al presidente Juan Manuel Santos, “porque atenta contra los derechos económicos y sociales de los colombianos, y debilita las ramas judicial y legislativas del poder público”.
 
Otro de los argumentos que explica el liberalismo es que este proyecto no hace parte de la agenda de la Unidad Nacional, razón por la cual rechazan las voces que advierten que están haciendo oposición a uno de los proyectos del Gobierno.
 
Sin embargo, el Ministro de Hacienda explica que este proyecto tiene la bendición del presidente Juan Manuel Santos, y que si bien fue radicado por el ministro Óscar Iván Zuluaga tuvo la dirección de Echeverry cuando era ministro designado.
 
El problema de este proyecto, que le interesa al Gobierno, es que en menos de tres semanas tiene que superar dos debates para pasar la primera vuelta.
 
Este jueves el Gobierno tendrá que convencer al liberalismo para que acompañe la iniciativa, de lo contrario tendrá que persuadir un voto, que podría estar por los lados del PIN. Sería la fórmula para desequilibrar la balanza.