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EL REGRESO DE CURE

Después de 10 años de ausencia reaparece en Bogotá en un papel inusual el ex presidente de Bavaria, Carlos Cure.

9 de octubre de 1995

LA SEMANA PASADA ESTAba circulando por Bogotá un personaje que pocos habían visto en los últimos 10 años. Se trata de Carlos Cure, el ex presidente de Bavaria que hasta 1985 jugaba un papel en el mundo de los negocios parecido al que hoy desempeña Augusto López Valencia. De la noche a la mañana Cure desapareció del escenario nacional después de un agrio enfrentamiento con Julio Mario Santo Domingo.
Durante ocho años vivió en Londres, donde se dedicó a especular en monedas extranjeras. Se convirtió en un experto en el complicado mundo de las opciones y los futuros en este campo. Hace dos años regresó a Barranquilla, donde se ha dedicado principalmente a negocios de construcción. Pero hasta la semana pasada, fuera de un puñado de familiares y allegados barranquilleros, pocos habían visto a quien había sido uno de los personajes más populares de los años 80.
La semana pasada sorpresivamente reapareció. Y tal vez lo que más sorprendió fue lo que estaba haciendo: sirviendo de mediador informal de Ernesto Samper. Aunque no tiene ningún título oficial y ni siquiera lleva una representación explícita del Presidente, Carlos Cure se dedicó a hacer política samperista al más alto nivel durante una semana. Se reunió con varios periodistas para intercambiar opiniones sobre el futuro de este gobierno. A los que no creían en ese futuro les hizo extensas disquisiciones para demostrarles que estaban equivocados. Y a los que apoyaban al Presidente les hizo el mismo tratamiento para convencerlos de seguir luchando por la causa. Habló con Hernando Santos, con Rafael Santos, con María Elvira Samper, con Roberto Posada, entre otros, y a cada uno le vendió su dosis de sabiduría oriental.
Como Cure siempre ha sido considerado un agudo analista fue escuchado con interés y, hasta donde se puede establecer, con resultados más bien positivos. "Yo creo que muchos de los problemas que se están viviendo en Colombia en la actualidad son solamente por falta de diálogo. Las cosas nunca son blancas o negras y dialogar sirve para dejar las cosas en su dimensión real", afirmó a SEMANA.
Pero no solo dialogó con periodistas. También lo hizo con políticos. A los que apoyan al gobierno como Fabio Valencia Cossio los apuntaló aún más. A los que se independizaron como Juan Manuel Santos los tanteó para medir si esa independencia era irreversible. Otro de sus interlocutores fue el presidente del Senado Julio César Guerra Tulena, quien ha sido uno de sus amigos desde hace muchos años.
Todos los consultados por SEMANA están de acuerdo en que Carlos Cure es un excelente diplomático para estos menesteres. Es un componedor convincente y efectivo. Muchos de sus contertulios de la semana pasada eran feroces opositores del gobierno, que si bien no cambiaron sus opiniones se deleitaron con su debut político.
Nadie entendió en forma muy clara a qué título hablaba. Dos cosas eran evidentes: no representaba oficialmente al presidente Ernesto Samper, pero no podía estar haciendo la ronda que hizo sin el conocimiento de éste . En realidad este barranquillero ha sido de tiempo atrás muy amigo tanto de Ernesto Samper Pizano como de su hermano Daniel. En el último año se había convertido en un consejero informal del Presidente, quien confía en su criterio. Además de esto es uno de los mejores amigos del ministro de Comunicaciones Armando Benedetti, con quien está trabajando en llave como comisionados de paz por la causa samperista. Cure tiene la ventaja de no estar adentro del gobierno, lo cual le da una independencia para opinar que no puede tener una persona en un cargo público. En todo caso lo único que es seguro es que no vino sólo por una semana y que tiene la intención de dejarse ver en Bogotá de ahora en adelante.