El soldado que atendió un parto en medio de la selva

En un caserío del sur de Caquetá, conocido como Valparaíso, ubicado entre las poblaciones de Miranda y La Solita, Jaemson Hernández Rayo protagonizó una historia que no estaba en sus planes como soldado del batallón de infantería número 34, de la brigada 12 del Ejército a la que pertenece.

En un patrullaje normal, la tropa fue alertada por una campesina que sentía dolores de parto pero que no podía ser llevada a un centro asistencial debido a una marcha que a esa hora se presentaba en las vías caqueteñas. De allí que a Hernández lo llamaron para que fuera el partero.

A sus 33 años, este soldado se especializó como enfermero y ha realizado varios cursos sobre atención en salud, dentro del Ejército.
 
“Pero no me imaginé que me tocara un parto”, dice este hombre de 33 años que lleva 13 como militar. 

A la par con las capacitaciones de primeros auxilios, Hernández ha aprendido las labores de enfermería a partir de la enseñanza de otras dos personas. “Mi papá y mi mamá también son enfermeros y ellos me han enseñado muchas cosas”, cuenta.

Pese a su experiencia, y a los complicados casos que ha atendido, el soldado sintió algo de nervios cuando atendió a Blanca Cardozo, la materna de 34 años que a las 8:30 p. m. comenzó el trabajo de parto.

“Pero solo hasta las 3:15 a. m. nació el niño, pesó casi seis libras y media, tuvo buena talla y sano”, recordó el soldado al tiempo que agregó que el trabajo de parto se extendió, en parte, por los nervios de la madre.
 
 “De hecho, tuvimos que pedirle ayuda al padre del bebé para que le diera apoyo a la mamá”, concluyó.