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El sonajero de 2007

Aunque falta un año para las elecciones de alcaldes, ya hay movimientos, contactos, precandidatos y rumores. Estas son las primeras apuestas.

7 de octubre de 2006

Hablar de candidaturas para las próximas elecciones de alcaldes y gobernadores, en octubre de 2007, es prematuro. Estos comicios siempre se definen en las últimas semanas. Y además, las recientes competencias para la Presidencia y el Congreso aún están muy frescas. Sin embargo, todo el mundo lo está haciendo. Se están moviendo las fichas de la política.

Por varias razones, la largada se está apresurando. En parte, porque algunos de los que quedaron tendidos en el campo de la última batalla ya tienen en la mira sus posibilidades de reivindicación. También porque las nuevas normas alborotaron la creación de partidos, que aún están en formación. Para ellos, la segunda cita electoral será definitiva. La tercera razón para el alboroto prematuro tiene que ver con la agudizada rivalidad entre el uribismo y la oposición: ambos están listos para seguir el pulso y para encuentros adicionales.

El juego, sin embargo, está abierto. Hay toda clase de parejas. En Barranquilla, a Cambio Radical le conviene dejar de pelear con La U, a pesar de la pelotera entre sus dos jefes -Germán Vargas Lleras y Juan Manuel Santos- y lanzar un candidato conjunto. En Bogotá, Lucho Garzón se ha dedicado a tocar todas las puertas, hasta las de los conservadores pastranistas, buscando una llave que le permita mantener el preciado cargo. Y en Medellín, Luis Guillermo Vélez le llegó hasta con serenata de trío al alcalde Sergio Fajardo, pero no hubo mucha sintonía.

La nueva movida política tiene sabor regional y responde a una lógica totalmente distinta a la del último proceso electoral. Ya no importa tanto la división entre uribistas y oposición. Tampoco pesan los líderes nacionales. En esta carrera lo que va a mandar la parada son las uniones coyunturales entre partidos, determinadas por cómo están distribuidos los votos en cada municipio y quién monopoliza al Concejo y a los líderes comunitarios. ¿Qué se está moviendo?

En la Alcaldía de Bogotá, el segundo cargo más importante de elección popular en el país, el actual mandatario, Lucho Garzón, se ha reunido con amigos y enemigos en un intento de recuperarse de su reciente caída en las encuestas y de terminar en pico su mandato. Tiene dos metas en la mira: que un candidato afín gane en 2007, y fortalecer sus propias posibilidades para la presidencial de 2010. Ya se habla con naturalidad de una extraña alianza: una coalición que involucra al Polo, a Cambio Radical y al liberalismo. Y cuyo candidato sería el ex candidato a la Presidencia Rafael Pardo Rueda. Ante las últimas declaraciones de Pardo, en las que descarta esta opción en forma categórica (se reserva para 2010), esta triple alianza está buscando nombres. La lista es larga.

Que Garzón esté tan sociable no le gusta mucho al Polo Democrático, su partido. Algunos interpretan su juego mixto como el signo de una próxima huida. Además, el partido preferiría irse con un candidato propio a la Alcaldía o esperar unos meses antes de hacer acuerdos. El ex senador Samuel Moreno, que ha sido uno de los líderes más comprometidos con la unión del PDA y el actual gobernador del Valle, Angelino Garzón, aspira a ser el abanderado del Polo para suceder a Lucho. En el sonajero acaba de entrar el académico y columnista Hernando Gómez Buendía, con el que simpatizan varios sectores del Polo que no quieren amarrarse a Samuel Moreno desde ahora. Y en el aire está el nombre de María Emma Mejía, a quien le va muy bien en las encuestas, la quiere el Alcalde y sería una apuesta fuerte en el caso de que el candidato se defina por consulta abierta (con participación de todo el mundo y no sólo de los miembros del Polo).

En el uribismo también hay movimiento. La campaña del ex alcalde y ex presidenciable Enrique Peñalosa está comenzando. Al menos, lo han visto en varios barrios y en las ciclovías dominicales. Falta ver si las fuerzas uribistas lo acompañan todos a una, porque los conservadores han expresado su deseo de lanzar su propia figura y en La U Leonor Serrano, ex gobernadora de Cundinamarca, y el ex representante Telésforo Pedraza también quieren competir.

En Medellín, el movimiento del actual alcalde, Sergio Fajardo, estuvo hace poco en conversaciones con los uribistas. Luis Guillermo Vélez, presidente de La U, les pidió una cita y les propuso que se unieran para lanzar candidato. Ya se iniciaron los primeros contactos. Mientras tanto por el movimiento de Fajardo -quien quisiera hacer valer su 90 por ciento de popularidad para dejar un sucesor que garantice la continuidad de su obra-, el favorito es el ex secretario de gobierno Alonso Salazar. En La U se está moviendo el ex representante Carlos Ignacio Cuervo, y el ex alcalde Luis Pérez está en evidente campaña (y le va bien en las encuestas, a pesar de que su nombre suscita polémica).

Barranquilla está para alquilar balcón. Los votos van a terminar uniendo dos archienemigos: los Char y los Name. Alejandro Char, joven heredero del ex senador y reconocido empresario Fuad Char, actual miembro de Cambio Radical, va a apoyar la candidatura a la Alcaldía del legendario cacique José Name Terán, actual miembro del partido de La U. La pareja, no obstante, ha despertado los celos de varios senadores y representantes que han decidido montarle competencia. Entre ellos el senador conservador Roberto Gerlein y el uribista Armando Benedetti. Le apuestan al ex funcionario de la Gobernación Nelson Amaya.

El éxito de estas dos alianzas peligra ante el gran poder político del cura Hoyos, quien cuenta con la simpatía de los sectores populares. Eventualmente esta figura simpatizante del Polo Democrático podría tomar aun más protagonismo si el actual alcalde, Hoenigsberg es destituido por el juez que lo está juzgando por un delito de corrupción. Hoyos sería el encargado de entregarle al Presidente la terna para elegir el reemplazo del actual mandatario. "Si Hoyos tiene alcalde, elige alcalde", dicen.

En Cali, en donde su alcalde -Apolinar Salcedo- tiene uno de los índices de popularidad más bajos del país, todo indica que el electorado buscará un cambio. Hay 35 precandidatos para escoger. Vuelve a sonar Francisco 'Kiko' Lloreda por el conservatismo y dos figuras del sector privado que aspiran a lanzarse con firmas: Luis Fernando Cruz, quien ha trabajado tradicionalmente con Carvajal, y Alejandro de Lima, director de la Corporación Autónoma Regional del Valle, una de las entidades reconocidas como eficiente y transparente por los ciudadanos.

Por el lado del Polo aspira Jorge Iván Ospina, hijo de un reconocido dirigente del M-19 asesinado en esta región en los años 90. Y un foráneo: el actual concejal de Bogotá Bruno Díaz.

El sonajero, en síntesis, ya está agitado, a pesar de que falta mucho tiempo para la elección. En 2007 se van a ver las más diversas alianzas, marcadas por la visión electoral y de contabilidad de votos, más que por la ideología. A pesar de que la reforma política busca organizar los partidos a través de las ideas, los electores han demostrado que votan de una manera en las elecciones nacionales y de otra, muy distinta, en las locales. Bogotá, por ejemplo, ha sido uribista en lo nacional y luchista en lo local. Y ese fenómeno se podría repetir en varios lugares, porque la selección de mandatarios locales despierta intereses diferentes. El juego es más abierto. Tanto, que desde ya se están organizando candidaturas, alianzas y coaliciones de todos los tipos y colores. Por eso el partidor está lleno con tanta anticipación.