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El sonido del crimen

Una técnica de investigación judicial que identifica los rostros a partir de la voz se convertirá en una valiosa herramienta para combatir a los delincuentes.

28 de noviembre de 2004

Tradicionalmente las huellas digitales y el ADN son fundamentales para las investigaciones judiciales y en muchos casos aportan las pruebas que permiten aclarar crímenes. Los colombianos han escuchado que en muchos casos gracias a estas dos herramientas ha sido posible condenar a los delincuentes. Lo que desconocen es que junto con estos dos medios de investigación los organismos de inteligencia y judiciales están utilizando un novedoso sistema para buscar y encerrar a los criminales: la voz.

La necesidad de identificar a quienes mediante llamadas telefónicas utilizan su voz para intimidar, amenazar o extorsionar obligó a las autoridades a desarrollar mecanismos, procedimientos y aparatos que permitan reconocer e identificar a quienes solamente dejan su voz como único indicio entre ellos y el delito. "El timbre, la pronunciación de algunas sílabas, el énfasis, el acento y los matices de la voz humana hacen que no existan dos voces iguales. Por eso se ha convertido en una prueba técnica judicial válida e irrefutable", explica uno de los expertos del área de identificación del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS.

Aunque los delincuentes intentan fingir la voz o utilizar aparatos para distorsionarla, y así tratar de engañar, los investigadores logran por medio de sofisticados programas de computador establecer cuál es la verdadera voz del criminal. Esto no sólo permite aclarar la identidad de quien, por ejemplo, hace una llamada extorsiva sino que les ha permitido a los organismos de seguridad ir creando un banco de voces. Allí están archivadas las voces desde hace años de todo tipo de criminales, guerrilleros, paramilitares, secuestradores y delincuentes comunes. Gracias a ese banco de datos las autoridades logran establecer que la voz del delincuente puede estar relacionada en uno o en varios crímenes. No obstante su importancia, el uso de esta técnica investigativa tenía una gran limitante.

Aunque la voz y la imagen de algunos delincuentes son conocidas, los investigadores se enfrentaban a la desventaja de que, aunque tenían la voz, la imagen de la mayoría de los criminales era desconocida, lo que dificultaba el proceso de captura. Sin embargo, el DAS está aplicando una revolucionaria técnica de investigación que partiendo de la voz, establece las características físicas de los delincuentes y hace un retrato hablado de ellos. "El método lo que permite es ponerles rostro a los criminales anónimos, que son la mayoría", explica un investigador del DAS

La técnica, es conocida con el nombre de Speaker Profiles (perfiles vocales), es un complejo trabajo que involucra fonoaudiólogos, morfólogos y odontólogos forenses, entre otros especialistas. "El estudio de la entonación, la intensidad, la pronunciación o la dicción permiten establecer, por ejemplo, cómo es la dentadura, la forma de los labios, la nariz o si la persona tiene problemas físicos como deformaciones de los labios", explica un experto. Cada uno de los especialistas hace un análisis de la voz que está siendo investigada y determina científicamente características específicas de su fisonomía. Como si se tratara de un rompecabezas entregan los datos a un dibujante que transforma en un retrato hablado lo que era sólo una grabación.

Esta metodología de investigación, utilizada por la CIA o el FBI en Estados Unidos, y por los organismos de inteligencia de varios países europeos, no sólo se usa para saber cómo es el rostro de un delincuente del que sólo se conoce su voz. El estudio también determina la edad, el estrato social, el grado de escolaridad, nivel cultural y la región en donde nació y vivió la persona. Incluso sirve para determinar patrones de su estado sicológico, lo que facilita a los funcionarios elaborar un completo perfil. Este sistema de investigación criminal, que ya está siendo utilizado, será una herramienta eficaz para luchar contra el crimen.