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FUERZAS MILITARES

El uso y el abuso de la facultad discrecional

La herramienta que tienen las Fuerzas Militares de retirar a sus miembros sin justificación pública ha generado polémica entre los militares, tras un fallo de la Corte Constitucional.

17 de marzo de 2009

“Las Fuerzas Militares deben ser razonables cuando deciden retirar a sus miembros”. Esa fue la orientación que dio la Corte Constitucional al Ministerio de Defensa en un fallo de tutela que ordenó la restitución de un sargento del Ejército, luego de haber sido retirado de su cargo por facultad discrecional y sin razón aparente.

Esta noticia ha generado fuertes cuestionamientos dentro de las filas castrenses. En las últimas tres semanas, algunos miembros de las Fuerzas Militares temen que esta herramienta, que les ha servido para desvincular a miembros por razones del servicio sin necesidad de sustentar la decisión o de que exista un proceso penal o disciplinario en contra de ellos, se pierda. Y con ella, también se pierda la posibilidad de combatir el narcotráfico y la corrupción por una vía rápida y eficaz.

La Corte Constitucional, que finalmente dio la razón al sargento del Ejército, aclaró en el fallo que “las decisiones discrecionales tienen que llevarse a cabo dentro del marco legal que les da sustento formativo. Debe tomarse en consideración a fines precisos y claramente delimitados. Además, una medida discrecional debe ser razonable en relación con los fines perseguidos y debe respetar el debido proceso”. En su momento, el ministro de Defensa Juan Manuel Santos respondió que iba a hablar con la Corte para acordar un ‘modus operandi’, “porque si nos tumban la facultad discrecional, nos quitan un instrumento muy efectivo en la lucha contra el narcotráfico y contra las infiltraciones”. Todavía no ha habido ese encuentro.

Si bien es cierto lo que dice el ministro Santos, vale la pena cuestionarse por qué a veces salen de las fuerzas oficiales con una hoja de vida sin tacha.

Un ejemplo es el de un mayor de infantería que fue retirado de la Armada el 20 de diciembre de 2007 por facultad discrecional. Su hoja de vida muestra las mejores calificaciones en el curso de estado mayor, resultados positivos en la prueba del polígrafo, ninguna investigación penal o disciplinaria y excelentes resultados operacionales. “Yo no entiendo por qué oficiales que tienen investigaciones, graves llamados de atención y hasta destituciones ordenadas por la Procuraduría continúan dentro de las Fuerzas Militares”, dijo el oficial a Semana.com.

El magistrado Nilson Pinilla, presidente de la Corte Constitucional, explicó a Semana.com que el fallo de tutela no aplica para todos los casos. “Sin embargo, sí sienta un precedente. Lo que hay que tener en cuenta es que la exclusión de un miembro es para beneficio del servicio público”, aseguró.

El tema es complejo. “Cuando hay una imputación sí se puede retirar, pero el acto debe tener una razón clara y coherente”, dijo a Semana.com el ex magistrado Jaime Córdoba Triviño, ponente de la sentencia que ordena el reintegro del sargento del Ejército.

Por eso llama la atención que militares con investigaciones disciplinarias o graves anotaciones en su hoja de vida, continúen en las fuerzas. Aunque en muchos casos esto es legal, vale la pena debatir qué tan ético y moral es mantener o ascender a un militar como este.

Semana.com conoció el caso de un mayor de infantería que durante los dos últimos años ha tenido varias anotaciones en su hoja de vida: “falta de transparencia en sus actos”, “colisionó dos vehículos de la unidad que comanda”, “se presentó con 13 días de retraso injustificado”, “no hizo el reporte ordenado por somnolencia causada por embriaguez”, “ocultó la evidencia del folio de vida al evaluador”, son algunos de los llamados de atención. Este militar continúa en las Fuerzas Militares.

En consecuencia, cabe preguntarse si la facultad discrecional ha hecho más bien que mal a las Fuerzas Militares. Andrés Peñate, ex viceministro de Defensa, asegura que con esta herramienta sí se han cometido abusos y se ha utilizado en exceso, pero que también se han combatido graves delitos que de otra manera no se podrían enfrentar. “A veces ocurre que los más torcidos son los mejores, los más felicitados, los que más cursos tienen”, dice.

Vale la pena entonces que el Ministro Defensa y sus comandantes se sienten pronto con la Corte Constitucional para definir una manera justa de expulsar a quienes no deben estar en las fuerzas porque le hacen daño a la institución, pero no se cometan injusticias con oficiales que merecen seguir al frente de sus tropas.