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EL VICEPRESIDENTE

Alfonso Ospina Ospina, Secretario General de la Presidencia se perfila desde ahora como uno de los hombres fuertes del actual gobierno

27 de septiembre de 1982

Todo parece indicar que uno de los hombres claves en el nuevo gobierno es Alfonso Ospina Ospina. Este antioqueño altísimo (1.90), de 42 años, se perfila como una persona que gozará de un poder mayor del que tradicionalmente conlleva una secretaría privada de la presidencia, comparable solamente con el que en otra época tuvieron Rafael Naranjo Villegas (con Pastrana) o Diana Turbay.
Para algunas personas familiarizadas con Betancur y sus costumbres de trabajo, Alfonso Ospina es la persona que más influye sobre el presidente y en consecuencia puede llegar a tener mas importancia que cualquier ministro.
Cuando los ministros llaman al presidente y éste no puede pasar al teléfono, quien habla con ellos es Alfonso Ospina. "Nada se mueve en Palacio sin la supervisión de este hombre. No hay duda de que manda" comentó uno de ellos. Otro dijo: "Hablar con él es como hablar con el presidente"
El vicepresidente lo llaman ya en algunos altos círculos del gobierno. Y este apodo, hasta el momento, no va acompañado de ninguna connotación peyorativa. Por el contrario, muchos ven en él la cabeza de una organización administrativa eficiente que será la coordinadora entre el presidente de la República y las diferentes entidades oficiales. A diferencia de Naranjo Villegas no es un hombre orquesta sino un coordinador. Su talento radica más en maximizar el potencial de otros, que en el de monopolizar él, responsabilidades y honores.
Ospina parece ser el perfecto copiloto para el gobierno a ritmo paisa que se le ha anunciado a los colombianos.
Para empezar, difícilmente se podría ser más antioqueño--no sólo por sus apellidos--Ospina Ospina (sobrino del doctor Ospina Pérez), sino por sus costumbres. Organizado, metódico y madrugador como ninguno, compite sólo con el presidente en llegar de primero a Palacio. Está intentando imprimirle una estructura gerencial a la presidencia de la República como la que tiene la Casa Blanca en los Estados Unidos a través del "Chief of Stafr". Es más que todo un administrador. Aunque ospino-pastranista de tiempo completo, nunca ha militado en política. Estudió en la Universidad de Siracusa, en los Estados Unidos donde obtuvo un master en administración de empresas. De ahí en adelante su vida ha estado dedicada especialmente a los negocios, particularmente la agricultura. Tiene fincas de grandes extensiones en Antioquia y Córdoba, donde además de ganado, siembra maíz, sorgo y algodón. Todos los que lo conocen coinciden en que es un verdadero experto en ganadería.
A pesar de un temperamento extrovertido y amable es considerado un puritano. Segun Betancur, sus grandes virtudes son la eficiencia, la moderación y la discreción. Tiene principios de patriarca y es un moralista a toda prueba. Esta y otras condiciones especiales, han estrechado su relación con Belisario a tal punto que se considera que sería el hombre seleccionado por el presidente en misiones privadas y de especial delicadeza. Lo curioso es que este "hombre fuerte" del régimen, conoció por primera vez al presidente al cual habría de servir, en 1977. Tan pronto lo conoció Belisario se impresionó y de inmediato lo vinculó a su staff directivo. En la campaña de 1978, fundó el movimiento "Colombia por Betancur" y se dedicó a coordinar la campaña en el conservatismo antioqueño. El grupo entonces lo integraban Juan Luis Penagos Estrada, nombrado ahora director de la Aerocivil; Rodrigo Puyo, Oscar Suárez Panesso, nuevo gerente del IFI, y Diego Londoño. A partir de entonces se convirtió en un elemento clave de la actividad política de Belisario. Belisario lo llama Alfonso y éste a su vez le dice en público presidente y en privado Belisario.
Al llegar la campaña de 1982, fue el encargado de organizar el Comité Central para Antioquia y fue tal el éxito que Belisario lo trajo para Bogotá y lo nombró gerente de la campaña, en donde trabajó estrechamente con el coordinador Augusto Ramírez Ocampo. Junto con éste, es considerado la eminencia gris detrás de la planificación de la exitosa campaña que habría de llevar a Betancur a la presidencia de la República.
No obstante ser un hombre de muchas cualidades, el principal atributo de Alfonso Ospina en relación con su trabajo, es el de que es considerado un hombre capaz de decirle "no" al presidente de la República, cada vez que crea que éste está equivocado.
Esta independencia de carácter es apreciada por el propio Belisario, pues le garantiza no aislarse en la torre de marfil a que con frecuencia se llega en la primera magistratura. Esta, más que cualquiera otra, será la tarea de Ospina en el Gobierno que comienza. -