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La candidatura presidencial de Robledo quedó oficializada en medio de una profunda división en su partido. | Foto: Guillermo Torres

CAMPAÑA

Robledo: la candidatura que agudiza la división en el Polo

La campaña del ahora senador es la que más apela a la tradición de izquierda, de mayor oposición a Santos y de menor entusiasmo con la paz.

4 de marzo de 2017

El senador Jorge Enrique Robledo ya es el candidato presidencial del Polo Democrático Alternativo. La decisión de la directiva amarilla se veía venir, pues Robledo tiene mayoría en ese cuerpo. Desde su punto de vista personal es un paso lógico para un congresista de largo aliento, persistente en sus ideas, invitado permanente en los espacios de opinión y conocido por haber hecho los más eficaces debates de control político.

El Polo de Robledo es muy distinto al que Carlos Gaviria lideró en 2006, cuando reunió a toda la izquierda y alcanzó el segundo lugar, después de Álvaro Uribe, por encima de los partidos tradicionales. Después del escándalo del carrusel de Bogotá en la Alcaldía de Samuel Moreno, del posterior retiro de Gustavo Petro y del ingreso de Clara López al gabinete de Santos, Robledo es el abanderado de un Polo disminuido y con sabor a su facción de toda la vida, el Moir. La candidatura es totalmente legal desde el punto de vista de las normas del partido, pero está lejos de reunir un consenso.

De hecho, el lunes 27 cuando se anunció en la página web del Polo que Robledo sería el candidato de las toldas amarillas varios sectores con fuerza interna en la colectividad reaccionaron. Sobre todo los miembros del Polo Social, liderado por Clara López, que consideraron que su aspiración no era legítima y que se aceleró con el propósito de sacar a la ministra de Trabajo de la contienda presidencial.

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Los argumentos de los seguidores de la ministra López para criticar la candidatura de Robledo se basan en temas de forma y de fondo. En cuanto a los primeros, aseguran que el senador logró mayorías en el Comité Ejecutivo y en la Junta Nacional del Polo, pasándose por la faja la decisión del congreso nacional del partido que, en teoría y como máximo organismo rector del PDA, debe tomar las decisiones sobre candidaturas.

Entre los criterios de fondo, el sector de Clara López y otros como Vamos por los Derechos del senador Iván Cepeda –el llamado Polo Paz–, encuentran diferencias de carácter ideológico. Consideran que el congreso del partido es el que debe definir los temas de campaña y las políticas de alianzas, y que Robledo –quien según la última medición de Gallup tiene una imagen favorable del 28 por ciento– ha salido a hablar de ambos temas sin una discusión interna de por medio.

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El senador Robledo, en diálogo con SEMANA, aseguró que su candidatura se ajusta a los trámites formales de su colectividad y que el pasado congreso definió que el Polo debía ser un partido de oposición. La distancia política entre Robledo y López empezó a marcarse cuando, hace un año, el presidente Juan Manuel Santos la nombró ministra de Trabajo. Desde entonces, los rifirrafes no han parado, hasta el punto de que el senador asegura que, como candidato, por nada del mundo haría parte de la coalición propaz que defiende ella. Mucho menos si esta contempla la posibilidad de alianzas con La U y el Partido Liberal, ambos de la Unidad Nacional. Según dice, la suya es una candidatura “ni, ni”: ni con Uribe ni con Santos.

Y tiene su propio camino. Robledo ha conversado con los senadores Claudia López y Antonio Navarro de la Alianza Verde y con el independiente Sergio Fajardo para explorar posibilidades de una coalición que, en torno a uno de ellos, logre un cupo en la segunda vuelta presidencial.

Por ahora, el principal reto de Robledo es buscar la unidad de las toldas amarillas. Con cinco senadores y tres parlamentarios, el PDA pasó raspando el umbral en las elecciones de 2014 y ahora sin él –la mayor votación del partido en 2014– no será fácil obtener las mismas curules. Mientras tanto, el margen de maniobra del senador-candidato seguirá dependiendo de la posibilidad de continuar contando con las mayorías en el Comité Ejecutivo del partido y de su habilidad para mantenerse durante los próximos meses en un buen lugar en las encuestas.