Petro y Vargas Lleras, los de mayor respaldo para liderar el posconflicto

Si el Gobierno y la guerrilla, como se espera, firman el acuerdo definitivo para poner fin al conflicto armado, a Juan Manuel Santos nadie le quitará su lugar en la historia como el presidente que pudo silenciar los fusiles de las FARC. Algunos puede que lo llamen el presidente de la paz, y hasta puede ser merecedor del premio Nobel. Sin embargo, será su sucesor en la Casa de Nariño el encargado de poner en marcha el posconflicto, es decir, desarrollar los acuerdos de paz de La Habana.

El pasado 23 de junio, con la firma del acuerdo al cese bilateral y definitivo de fuegos, el proceso de paz entró aún más en un punto de no retorno. Sólo faltan la firma definitiva y la refrendación de los colombianos para que se inicie el proceso de transición de la guerrilla de la lucha armada a la vida civil y política. Pero será apenas el comienzo. Los acuerdos de paz deberán ser desarrollados, por lo menos, en los próximos 20 años.

Para algunos  puede ser un ‘chicharrón’ que le herede Santos a su sucesor, quien será prácticamente el que garantice el ambiente para construir la paz.

La encuesta Colombia Opina, de la firma Ipsos para la alianza de medios RCN Radio, La FM Radio, Noticias RCN y SEMANA, consultó la opinión de 1.000 colombianos en 26 municipios, sobre quién sería la persona que mejor desarrollaría los acuerdos como presidente de la República. Los resultados, muy prematuros (las elecciones son en dos años), no dejan de ser sorprendentes.

A la pregunta “¿Quién cree que puede ser el presidente que mejor desarrolle los acuerdos de cara al futuro?, el 30 % de los consultados respondió “no sabe”; el 14 %, Germán Vargas Lleras, mismo porcentaje que consideró a Gustavo Petro, siendo estos dos dirigentes los que, de momento, tienen mayor aceptación de cara al posconflicto.

El vicepresidente Vargas Lleras está hace mucho en la lista de presidenciables. Aunque hace parte del Gobierno, sus posturas históricas frente al proceso de paz, y a las FARC, han sido particularmente críticas. Como senador fue quien denunció los excesos del Caguán, y recientemente, su pronunciamiento frente al acuerdo del cese al fuego se limitó a la frase “ojalá cumplan”, refiriéndose a la guerrilla.

Su posición ideológica es más cercana al espectro de derecha, a la mano dura, a la autoridad. En los últimos años se ha dedicado a políticas sociales.

Mientras el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, es de izquierda, fue militante del M-19 y se le considera el primer exguerrillero en haber sido elegido al segundo cargo más importante de elección popular. Su paso por la administración capitalina estuvo lleno de luces y sombras, y se marchó con bajos índices de popularidad en la ciudad, aunque en el resto del país goza de imagen más favorable.

No deja de ser particular que estos dos políticos tan opuestos sean los que lideren este sondeo, circunstancia que demuestra el nivel de polarización que el proceso de paz ha generado en el país.  

La encuesta también consultó los nombres del exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia (9 %); el jefe negociador en La Habana, Humberto de la Calle (8 %), y Óscar Iván Zuluaga (8 %), del partido más crítico al proceso de paz, están empatados en cuarto lugar de preferencia; los conservadores Martha Lucía Ramírez (6 %) y Alejandro Ordóñez (6 %) también registraron el mismo guarismo.

Incluso, se consultó por Timoléon Jiménez, jefe máximo de las FARC. Apenas el 1 % de los encuestados considera que sería la persona que mejor desarrollaría los acuerdos de paz.

La consulta no deja de advertirse muy prematura, pues la mayoría de colombianos aún no saben quién será el mejor presidente para el posconflicto.