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El presidente Juan Manuel Santos estuvo de gira por la costa en las últimas dos semanas. Esta manifestación fue en Montería el 7 de junio. | Foto: Daniel Muñóz

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El poder electoral de la costa

Los siete departamentos de la costa Caribe, que se habían quedado cortos en la primera vuelta, en la segunda fueron clave para la reelección. Juan Manuel Santos sacó un millón de votos más que Zuluaga en esta región.

12 de junio de 2014

A diferencia de lo que ocurrió con Alfonso López, quien derrotado en 1982 por Belisario Betancur se preguntó desconcertado: “¿Qué pasó en la costa?”, el presidente Juan Manuel Santos podrá decir con júbilo, después de los resultados del domingo pasado, que todo fue gracias a la costa.

Desde muy temprano los habitantes del Caribe salieron a votar y tal y como se esperaba o lo pronosticaron algunos congresistas de la Unidad Nacional, lo hicieron mayoritariamente por la reelección del presidente Juan Manuel Santos, quien ganó en los siete departamentos (sin incluir San Andrés) al superar por 1.035.000 votos a Óscar Iván Zuluaga, por quien votaron poco más de 970.000 personas en esta región.

Mientras en la primera vuelta el presidente obtuvo 951.000 sufragios, en la segunda alcanzó poco más de dos millones de votos, aumentando en casi 1.060.000 el número de votos obtenidos con relación a mayo. Zuluaga había obtenido 567.000 votos en la primera vuelta y aunque aumentó el número de sus electores en 403.000, perdió el pulso con Santos en esta región que paradójicamente fue muy uribista durante sus ocho años de gobierno.

Desde cuando se conocieron los resultados de la primera vuelta, en los cuales se dieron porcentajes de abstención de más del 75 %o en departamentos como Atlántico, era claro que la costa era el lugar en donde más podía crecer la votación de Santos. Y allí, la campaña enfiló baterías y puso a marchar a los congresistas de la Unidad Nacional para que respondieran por esos bastiones.

El vicepresidente, Germán Vargas Lleras, desempeñó un papel fundamental a la hora de coordinar la tarea de los congresistas y suministrarles los recursos y la logística necesaria para mover a la opinión y a la maquinaria.

La meta que se impusieron al término de la primera vuelta fue recuperar un número de votos en la costa suficiente para compensar el número que el candidato Óscar Iván Zuluaga recogiera en Antioquia (en donde Zuluaga le sacó 430.000 votos a Santos) y el Eje Cafetero (en donde le sacó 162.000 votos), que eran su fuerte. Y en efecto lo lograron.

En Atlántico, por ejemplo, la participación subió del 24 % en mayo al 42 %o el domingo pasado.

El papel que desempeñó la costa, sin duda, pone a la región en un lugar privilegiado para el gobierno de Santos II. Y si a eso se le suma el hecho de que, en un resultado sin antecedentes, los caribeños lograron elegir 31 senadores en las elecciones parlamentarias de marzo, el eje del poder en el país sin duda se desplazará a esta región en los próximos cuatro años.

Esa combinació, de bancada poderosa y región que elige al presidente hará a la costa imbatible, o por lo menos un protagonista por consultar a la hora de aprobar leyes, repartir burocracia y elegir las cabezas de poderosas entidades como la Contraloría, la Procuraduría o los magistrados de la Corte Constitucional.