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Embarcadas en la paz

Bajo el apoyo de los gobiernos suizo, noruego y japonés, 20 mujeres colombianas se reunieron para abrir caminos de diálogo.

1 de marzo de 2002

"Preferimos vivir con miedo que morirnos de miedo". Ese es el eslogan de miles de mujeres de Antioquia, Chocó, Cauca, Valle, Putumayo y Risaralda, que han emprendido la Ruta Pacífica para marchar por el territorio nacional en contra de la violencia porque prefieren que las maten a morirse silenciadas por los fusiles.

En Colombia hay muchas mujeres cansadas de sufrir las consecuencias de la guerra mientras ven que el conflicto armado empeora. Cada día son más las mujeres viudas, asesinadas, desplazadas, violadas y desempleadas por causa de la violencia.

Pero estas mujeres no están solas. Margarita Pacheco, una colombiana que vive en Suiza y preside una ONG, decidió convocar al gobierno de ese país, al noruego y el japonés por una sola causa: reunir 20 mujeres de distintas regiones de Colombia en un barco para hablar del conflicto armado y construir consensos que contribuyan a avanzar en el proceso de paz. "El poder no nace simplemente de la fuerza sino también en la fuerza de la razón, la razón de la diferencia en la igualdad y del reconocimiento del otro, por eso nos hemos reunido" afirma Pacheco.

Durante siete días ex combatientes, alzadas en armas, reservistas, vinculadas al sector público, ex secuestradas, líderes de la población indígena afectada por los cultivos ilícitos y la violencia, y ONG nacionales e internacionales comprometidas con la solución negociada del conflicto, navegaron desde La Guaira, Venezuela, a Guayaquil, Ecuador, en el Peace Boat (barco de la paz) que se dedica a fomentar la paz alrededor del mundo (ver recuadro).

Hablaron de los efectos perversos de la globalización y las políticas neoliberales, de la implantación y erradicación de los cultivos ilícitos como factores que agudizan el conflicto armado, de la participación de las mujeres en los espacios políticos, de la superación de la impunidad en los crímenes de guerra como condición para la reconstrucción de la confianza y la responsabilidad de la comunidad internacional en el conflicto colombiano. Pero sobre todo hablaron de estrategias para el diseño del posconflicto, porque están convencidas de que su aporte es indispensable para construir un proyecto de sociedad basado en la equidad, la solidaridad y el respeto. Para Margarita Pacheco la reconciliación nacional que se necesita para la paz sólo se va a lograr con el perdón y son las mujeres quienes mejor entienden que el odio no hace sino recrudecer la violencia y por eso son capaces de perdonar. "Por ejemplo, una terrateniente de Córdoba a quien la guerrilla le asesinó al esposo, decidió vincularse al grupo luego de que su hijo de 17 años le dijo que se iba a la guerra para vengar la muerte de su padre".

Las mujeres quieren dejar de ser las madres, las compañeras de cama, las asistentes del jefe y las enfermeras de los heridos para aportar al país que se sueñan. Por eso las conclusiones de esta reunión las entregaron al presidente Pastrana y a los candidatos presidenciales con el objetivo que se haga una política de Estado de la participación activa de las mujeres en el proceso de reconciliación nacional.