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EN BOCA CERRADA...

Francisco Galán quiso acaparar el poder político y militar del ELN y eso le costó muy caro. SEMANA revela la manera como el veterano guerrillero perdió todo el poder que tenía dentro de esa organizacíon insurgente.

11 de diciembre de 1995

HABLAR MAS DE LA CUENta resulta sumamente peligroso por estos días. Y que lo diga Gerardo Bermúdez Sánchez, alias 'Francisco Galán', quien por cuenta de unas órdenes no muy bien explicadas acaba de entrar en desgracia con sus antiguos compañeros del Ejército de Liberación Nacional -ELN-. Desde hace un mes el veterano guerrillero no solo quedó incomunicado desde la cárcel con los demás miembros de la dirección nacional de su organización, sino que los jefes de las columnas guerrilleras de todo el país ya no lo reconocen como su vocero público.
¿Cómo pudo ocurrirle esto a Galán, un hombre que desde su captura en diciembre de 1992 mantuvo enormes privilegios y se convirtió en una especie de papa caliente para las autoridades carcelarias y los servicios de seguridad del Estado y posteriormente fue designado flamante negociador del ELN ante el gobierno de Ernesto Samper?
Durante los 18 meses que siguieron a su detención, Francisco Galán obtuvo algunas garantías en su condición de recluso y se mantuvo como figura preponderante de su movimiento. Pero aun así fue tratado como un preso más. Sin embargo las autoridades que lo vigilaban descubrieron poco después que el jefe guerrillero estaba tejiendo una red de comunicaciones desde su celda y se había dado a la tarea de organizar políticamente a los guerrilleros del ELN que por esa época se encontraban recluidos en la cárcel La Modelo de Bogotá. Fue entonces cuando Galán fue trasladado por primera vez a la cárcel de máxima seguridad de Itagüí.
Pero el resultado de las elecciones de 1994 transformó la situación de Galán en la cárcel y con el gobierno. Aunque parecía un preso del montón, el jefe guerrillero no se quedó con los brazos cruzados esperando que lo sentenciaran. Su condición de recluso no le impidió continuar con sus antiguas actividades y se mantuvo ocupado dando órdenes y coordinando las actividades políticas e ideológicas del ELN. De un día para otro Galán se convirtió en un elemento importante dentro del nuevo plan de paz propuesto por el recién posesionado presidente Ernesto Samper. Por eso fue trasladado nuevamente a Bogotá. El dirigente guerrillero manifestó su interés en negociar a nombre de su movimiento y desde ese instante asumió el papel de vocero del ELN. Entonces cambió su discurso y calificó como "positiva" la estrategia planteada por Samper y agregó que era "una alternativa de paz y justicia social".
Como el incipiente proceso de paz empezaba a funcionar, el gobierno autorizó que Galán dispusiera de una pequeña oficina dentro del pabellón de máxima seguridad de La Modelo, dotada con un teléfono, un fax y un potente radioteléfono, con el que Galán empezó a comunicarse todos los días, a toda hora, con los comandantes de las columnas del ELN en el país. Esa especie de luna de miel de Galán duró poco porque las negociaciones empezaron a deteriorarse. Además, de alguna manera el jefe guerrillero empezó a abusar del poder que tenía desde la cárcel y se dedicó a manejar un doble juego, que consistía en mantener las expectativas de un posible diálogo, al tiempo que concedía entrevistas atacando al gobierno.
Esta situación duró hasta que los acercamientos entre el gobierno y los voceros del ELN y las Farc se rompieron a finales de julio. Poco después, el 16 de agosto, Galán fue enviado nuevamente a Itagüí, donde conservó la posibilidad de utilizar el radioteléfono. Solo que ahora lo podría usar durante una hora al día, previo permiso de la dirección del penal.
Entonces empezó a ocurrir un fenómeno que tendría un desenlace muy rápido. A través de las charlas diarias de cuatro a cinco de la tarde con los comandantes de columna, Francisco Galán empezó a acaparar el poder político y militar del ELN. Pero le duró muy poco. La piedra de escándalo fue una comunicación registrada el 21 de septiembre pasado. Galán habló con los comandantes de las columnas y les dijo: "En el Urabá el EPL y El Boshe están trabajando conjuntamente; sería conveniente avalar ese proceso y reforzarlo con algún cuadro de dirección, en el momento están elaborando un comunicado conjunto". Este mensaje fue interpretado inicialmente por las autoridades como una señal de que el ELN había entrado en guerra con las Farc por el control de la zona de Urabá.
En otras palabras, Francisco Galán planeaba enviar un emisario de la dirección nacional de su organización a coordinar la fusión con la disidencia del EPL en esta región del país. En esa interpretación que hicieron las autoridades, curiosamente coincidieron algunas columnas del ELN, que reaccionaron confundidas. Por esa razón el 3 de octubre pasado los comandantes de las columnas Seis de Diciembre, que opera en el sur de La Guajira; la José Manuel Martínez Quiroz, del Cesar, y la Diego Cristóbal Uribe, de Bucaramanga, dijeron a Galán que era necesario que les explicara el alcance del mensaje y que si éste implicaba ir a una guerra con las Farc. Galán no respondió. Se limitó a decir que la hora de la transmisión había terminado y que después les aclararía lo que había querido decir.
Pero Galán no volvió a hablar por el radioteléfono. Dos días despues,el 5 de octubre, las autoridades interceptaron otra comunicación radial. Pero esta vez no fue Galán el que dio las órdenes ni el que dominó la conversación. El interlocutor era Antonio García, uno de los miembros de la dirección nacional del ELN y por quien el gobierno ofrece 100 millones de pesos de recompensa por su captura. En tono fuerte y autoritario, García desautorizó a Galán y dijo que "en su condición de detenido el compañero Francisco Galán perdió la visión del futuro histórico de la guerrilla y perdió la noción de la actualidad del movimiento insurgente colombiano".
Desde entonces Francisco Galán suspendió las transmisiones radiales. Y aun cuando recibe de manera esporádica a algunas personalidades nacionales y extranjeras que lo visitan en Itagüí, es innegable que este hombre, veterano de mil batallas en el ELN, ha perdido el enorme poder que tenía en ese movimiento subversivo.-