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DÓLAR

En picada

El dólar rompió la semana pasada la barrera de los 1.850 pesos. Y, como pintan las cosas, en el corto plazo no se esperan grandes alzas.

1 de marzo de 2008

En el campo de la economía y los negocios todo el mundo sabe que vaticinar el comportamiento del dólar es una apuesta muy arriesgada. Por lo general, nadie acierta en sus pronósticos, ni siquiera los especialistas más agudos. Esto quedó plenamente confirmado la semana pasada, cuando la divisa estadounidense se descolgó a niveles que ningún experto hubiera sospechado. Esta semana el dólar arranca en 1.845 pesos, un nivel que no se veía desde hace nueve años.

Como suele suceder, un dólar tan barato tiene a unos frotándose las manos y a otros con los pelos de punta. En el sector exportador las alarmas están encendidas, pues un dólar barato golpea fuertemente sus ingresos. La razón es muy sencilla: cuando los empresarios venden sus productos en el exterior, al convertir los dólares a la moneda local reciben menos pesos. Por eso, los cafeteros están sudando la gota gorda y los agricultores que venden sus productos fuera del país claman a gritos ayuda. Otros que la están viendo negra son los comerciantes locales que compiten con las mercancías importadas que hoy están mucho más baratas.

Pero en economía, como en las relaciones personales, la desdicha de algunos puede ser la felicidad de otros. En este caso, la fortaleza del peso frente al dólar tiene muy contentos a los importadores y a los consumidores. Otros que disfrutan el dólar barato son los colombianos con planes de viajar al exterior por negocio o placer. El mejor aliado del turismo en este caso es la tasa de cambio.

Aunque sea difícil hacer pronósticos sobre el dólar, los expertos creen que el actual comportamiento permanecerá en el corto y el mediano plazo. Es decir, el país debe acostumbrarse a un peso fuerte. El propio ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, se lo ha advertido a los empresarios. Que hay que trabajar con la realidad de un peso fuerte. Y el asunto es en serio. En lo corrido del año la revaluación va en 8 por ciento y supera el 17 por ciento en los últimos 12 meses.

El asunto es que hay razones de órdenes interno y externo para esperar que así sea. En el frente externo, el dólar se ha debilitado frente a todas las monedas del mundo, y el peso colombiano no es la excepción. La decisión de la Reserva Federal (FED) -Banco Central de Estados Unidos- de bajar las tasas de interés para estimular la economía de ese país, en proceso de recesión, ha provocado que muchos capitales vayan en busca de mejores rendimientos. En este caso, países emergentes como Colombia son atractivos para esos dineros. Esos dólares que llegan a estos mercados profundizan la revaluación.

En el orden interno, para los analistas hay un factor muy importante que no se puede dejar de lado y es el relacionado con la mayor confianza que hay en la economía colombiana. No se puede negar que el país se ha vuelto un atractivo para la inversión extranjera. Una cifra que tiene sorprendidos a todos es el volumen de Inversión Extranjera Directa neta que llegó hasta el 15 de febrero. Cerca de 1.416 millones de dólares, casi duplicando la suma del año pasado en ese mismo lapso, cuando ascendió a 788,9 millones de dólares.

Muchos se preguntan si hay algo que hacer para detener la caída del dólar. El gobierno ha dicho que está prácticamente sin herramientas para actuar.

Las fórmulas que se usaron en el pasado para detener la caída del dólar, como las compras de divisas por parte del Banco de la República, dejaron una experiencia muy amarga. Le costó caro al Emisor y fue muy cuestionado porque los analistas consideraron que la autoridad monetaria les jugó a dos propósitos al tiempo: inflación y tasa de cambio, y eso en la práctica tiene consecuencias negativas.

Así como están las cosas, lo único por hacer son las ayudas que el gobierno está dando a los distintos sectores exportadores, industriales y agropecuarios, a manera de créditos blandos para compensar la pérdida de competitividad que sufren a causa de la revaluación. Al parecer, no hay mucho más por hacer. El ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, señaló que están evaluando qué otras medidas pueden adoptar, pero no hay muchas esperanzas. "La situación es muy difícil. Lo que estamos viendo hoy es muy grave. El dólar está cayendo a unos niveles que no consideramos realmente. Esto nos genera muchos desafíos y preocupaciones", anotó.

Aunque nadie puede apostar qué pasará con el dólar, pues se volvió una variable de absoluta incertidumbre, el ministro de Comercio, Luis Guillermo Plata, les dijo a los empresarios que deben acostumbrarse a obtener ganancias con una tasa de cambio por debajo de los 2.200 pesos por dólar.