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El asesinato de Anuar Yáver Cortés, ex congresista y jefe de debate del candidato liberal a la gobernación del Cesar, prendió las alarmas.

elecciones

En vilo

El Partido Liberal considera retirar sus candidatos en Cesar, tras el asesinato de uno de sus dirigentes. Una alerta sobre la amenaza de la violencia en las regiones.

18 de agosto de 2007

El vendaval de violeancia política en Colombia parece que no cesará nunca. Cuando todo el mundo esperaba que tras el proceso de paz, la persecución de la justicia a los políticos que se aliaron con los paramilitares y la seguridad democrática que persigue a las Farc, el asesinato -el jueves pasado- del ex congresista cesarense y jefe de debate del candidato liberal a la Gobernación Anuar Yáver Cortés, deja en evidencia que el país está lejos de realizar unos comicios sin injerencia de grupos armados al margen de la ley.

Hace poco Yáver Cortés había sonado para reemplazar al entonces gobernador de César, Hernando Molina, hoy en prisión por sus presuntos vínculos con el paramilitarismo. Pero hace 72 horas, mientras estaba metido de lleno en la campaña de su amigo Sixto Becerra -aspirante a la Alcaldía de Aguachica-, sicarios le propinaron 15 balazos, en momentos en que conducía un automóvil.

Los problemas de violencia en Cesar no se detienen ahí, ha habido otras amenazas, y si las autoridades no empiezan a actuar, los muertos podrían aumentar. Hace poco fue baleada la casa del representante liberal a la Cámara Pedro Mugdy; y el jefe del directorio regional del liberalismo, Jorge Luis Hurón, teme por su vida.

También está en la mira Alfonso Palacio Niño, aspirante a la Alcaldía de la Jagua de Ibirico, y quien es uno de los testigos clave en el proceso de la llamada para-política. Palacio ha denunciado varias veces ante las autoridades estar siendo intimidado por grupos que dicen denominarse 'Águilas Negras'.

"En esta campaña no nos hemos sentido acorralados como en el pasado, por eso vemos con preocupación lo que está pasando en Cesar. Es un caso especial", afirmó a SEMANA el jefe único del Partido Liberal, el ex presidente César Gaviria.

Sin embargo, al mirar con lupa otros departamentos, también se ven afectados. En Cúcuta, por ejemplo, el gran favorito a la Alcaldía de esa ciudad, Hernando Angarita, ha denunciado que lo quieren matar. Un coctel de narcos, ex paras y paras que no se desmovilizaron lo ha puesto en la mira de los violentos. Hasta el viernes en la tarde, Angarita -ex viceministro de Justicia- tuvo en su mente desistir de su candidatura, pero decidió seguir adelante y empezar su campaña en forma.

En Bolívar, causa temor la participación en política de líderes desmovilizados. En Magangué los candidatos a la Alcaldía deberán enfrentarse a Arsecio Pérez, un reconocido ex militante de las autodefensas que en el pasado los aterrorizó. Esto obligó al dirigente del Moir, tradicional agrupación de izquierda que ahora hace parte del Polo Democrático, Marcelo Torres, a regresar como hijo pródigo a su pueblo, para enfrentar a Pérez. Algo similar ocurre en el vecino municipio de Sitio Nuevo, donde incluso existen jefes paras que aún no se han desmovilizado, como 'John 70'.

También la guerrilla está al acecho con su llamada 'Operación Pistola' que ya cobró la vida de dos concejales en Doncello, Caquetá,y fue responsable del secuestro de León Yepes Vélez, aspirante a la Alcaldía de Betulia, Antioquia, el pasado 15 de agosto, quien por fortuna ya fue liberado. Este es el tercer caso que se presenta en este departamento.

¿Qué es lo que está pasando? "El problema es que no existen garantías. Ya nos mataron un amigo, pueden seguir con más de nuestra gente", observó Sergio Zapata, secretario general del Directorio Liberal de Cesar.

Las garantías de las que habla Zapata no están dadas. Mafias locales siguen intactas en muchas partes del país y en épocas de elecciones activan su poder intimidatorio o se rehúsan a dejar la influencia en la política que han ostentado durante muchos años, bajo el brazo armado de las Auc y de los grupos guerrilleros.