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La semana pasada los familiares de los 11 diputados del Valle les dijeron adiós a sus seres queridos. Esperaron cinco años que regresaran vivos y tres meses para recibirlos muertos

secuestro

Enigma sangriento

Los detalles que revela el informe forense de la misión de la OEA aumentan el dolor por los ex diputados y abren nuevos interrogantes sobre su asesinato.

15 de septiembre de 2007

Tres meses despuès de la tragedia, los cuerpos de los diputados asesinados empezaron a hablar. Y a medida que se conocen los detalles del examen forense, aumenta la indignación por lo que les sucedió a esos 11 colombianos el lunes 18 de junio en la espesura de la selva.

El informe forense deja los pelos de punta. A los diputados los mataron y remataron. Ninguno tiene sólo un disparo y en algunos casos el número de balas llega a 15. La cantidad de heridas resulta escalofriante y genera más preguntas sobre lo sucedido, sobre todo ante la extraña trayectoria de algunos proyectiles.

A simple vista los disparos llegaron desde todas partes. Hay balas de arriba a abajo, de abajo a arriba, de atrás hacia adelante, de cerca y de lejos y casi todos recibieron impactos de armas de distintos calibres. Para James Young, médico canadiense que entregó el informe final de la comisión forense, las trayectorias de los disparos pueden tener múltiples explicaciones. Entre ellas, que una persona puede moverse mientras le están disparando, lo que puede explicar que haya diversas trayectorias al recibir impactos por delante y por detrás.

Las Farc mataron a los ex diputados, y algunos no descartan que les hayan aplicado la ley de fuga, irracional práctica condenada por el derecho internacional humanitario, que consiste en hacer correr a los retenidos mientras se les dispara por la espalda. También es posible que el grupo de secuestrados haya intentado huir masivamente, ante lo cual los guerrilleros abrieron fuego con el trágico desenlace. Algunas de las heridas, sobre todo las de la cabeza y las que tienen tatuaje, hablan de disparos a corta distancia y permiten inferir que no todos los políticos salieron corriendo. Juan Carlos Narváez, Alberto Quintero, Jairo Hoyos y Francisco Javier Giraldo, quienes presentan tiros en las piernas, serían quienes lo intentaron. Los otros parecen haber quedado tendidos en el suelo, como pidiendo clemencia a sus captores.

Young pidió prudencia al interpretar los resultados: "Debemos basarnos en hechos científicos y no en hipótesis. Por ejemplo, es una realidad que dos de las heridas fueron hechas a quemarropa, sin embargo, cualquier extrapolación de esto sería especulativa. De igual forma, dos murieron por heridas de bala en la cabeza, pero esto no significa que hayan sido ejecutados, las balas pueden venir de diferentes direcciones según la lucha, algunas balas golpean más arriba que otras. Otra posibilidad es que alguien pudo haber apuntado a la cabeza... no podemos llegar a conclusiones automáticas".

La comisión prefirió entregar los cadáveres antes de terminar el informe, pues en consideración al sufrimiento de las familias, no creyó prudente retenerlos más tiempo. El trabajo que coordinó la Comisión Forense Internacional de la OEA, dado a conocer el viernes en la tarde, dice que para identificar los cuerpos utilizaron sobre todo tres elementos: la carta dental, las huellas dactilares y las características de edad y contextura. Aunque no era necesario, también se practicaron pruebas de ADN que ratificaran la identidad.

Todo ello le sirvió al gobierno para ratificar su tesis de que se trató de una ejecución de las Farc y para confirmar, como dijo el entonces director del DAS, Andrés Peñate, que el enfrentamiento se dio entre los frentes 29 y 60 de las Farc. "Hasta el día de hoy, todo es congruente con lo que el gobierno ha dicho desde el primer momento y es que aquí se dio una masacre y que de esta masacre los únicos responsables son las Farc", afirmó el comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo.

En contraste con esta posición oficial, la Comisión Forense Internacional no señala a las Farc, ni a ningún grupo o persona. Afirma que establecer la verdad es tarea de las autoridades colombianas una vez concluyan las investigaciones. Para lo cual, dijo Young, sería clave llegar hasta el lugar donde encontraron los cuerpos para recoger más evidencia. Restrepo se quejó en su comunicado del viernes porque las coordenadas exactas del sitio donde fueron encontrados los cadáveres no se le hayan suministrado oficialmente.

Sin embargo, Marilú Méndez, directora del CTI, anunció el jueves pasado que tramitaba la autorización ante el Ministerio de Defensa para que su gente pueda desplazarse a la zona donde fueron recuperados los cuerpos de los ex diputados. Luego de recolectar toda la evidencia se establecerá la hipótesis más probable sobre lo que ocurrió con cada uno de ellos al morir. Misiones recientes encomendadas a la Unidad de Comportamiento Criminal dan fe de su alto grado de eficacia: el manejo de la escena de la masacre de Jamundí y el esclarecimiento de una veintena de crímenes por descuartizamiento, ocurridos en Bogotá el año anterior.

SEMANA conoció que entre los insumos con que contará esta unidad de la Fiscalía para la investigación por el asesinato de los políticos de Valle, las necropsias arrojaron que el 90 por ciento de la munición encontrada en los cadáveres corresponde al fusil ruso AK-47, de amplio uso entre las Farc, y el 10 por ciento restante, al fusil de asalto israelí marca Galil.

¿Qué llevó a las Farc a cometer este acto de barbarie? Esa pregunta retumba en las mentes y los corazones de sus familias "Esa respuesta no la va a conocer esta generación ni la próxima, tal vez nuestros hijos o los hijos de ellos, los nietos de los ex diputados, como ahora sucede con la verdad del Palacio de Justicia", es lo que piensa en medio de su tristeza Fabiola Perdomo, viuda de Narváez.

Mientras el país y la comunidad internacional presencian este sufrimiento a cuenta gotas, las Farc callan. Ni una palabra para aclarar los hechos, ni confirman ni desmienten las versiones, se conforman con entregar los cuerpos, tres meses después, en confusas circunstancias y en un inhóspito lugar secreto. Siguen abiertos los interrogantes y la herida lacerante de estas vidas que se sacrificaron sin que nadie sepa por qué.