Home

Nación

Artículo

ENTREVISTA

“Solo le temo a Dios”: directora de Aduanas víctima de atentado

Claudia Gaviria, directora de Aduanas Nacionales, salió ilesa de un atentado contra su vida hace unos días en Buenaventura. No es la primera vez que sicarios disparan contra ella en busca de silenciar su lucha contra el contrabando. SEMANA habló con una de las mujeres más amenazadas del país.

25 de noviembre de 2017

SEMANA: En 2003 le hicieron el primer atentado. ¿Cómo fue?

Claudia Gaviria: Yo era jefe de Fiscalización de la Aduana en Medellín. Después de muchos operativos fracasados, hicimos uno muy grande que tuvo éxito, incautamos muchísima mercancía ilegal. Después, hicimos otro en Pereira. A los días comenzaron las amenazas. Yo tenía dos meses de embarazo. Mi esposo siempre me recogía con mi hijo, pero ese día el niño no quiso ir. Al montarme al carro, como estaba indispuesta, recosté mi cabeza contra el vidrio del copiloto. Cuando mi esposo paró, lo único que sentí fue un estallido en la cara y no volví a ver. Una de las 6 balas que entraron a mi cuerpo me estalló en un ojo. Tuve más o menos 17 cirugías reconstructivas, perdí el ojo, perdí el seno paranasal, y con mi hijo en la barriga tuve 7 cirugías con anestesia general, pero no lo afectaron. Cuando me recuperé, me recomendaron retirarme del cargo en Medellín y la Dian buscó un asilo político, pero lo negaron porque era el riesgo que tenía que asumir en ese cargo.

SEMANA: Si usted es la directora nacional de Aduanas, ¿por qué decidió irse a Buenaventura?

C.G.: La Dian hace la tarea muy silenciosa, no ahora sino siempre, de luchar contra el contrabando, las mafias y el comercio ilícito. Nosotros tenemos un convenio con la aduana norteamericana de intercambio de información y de temas de inteligencia. Empezamos a detectar que por Buenaventura estaba ingresando un alto nivel de contrabando y decidimos tomar acciones contundentes porque es la segunda aduana del país. Con Santiago Rojas, director de la Dian, montamos un plan para mejorar la gestión, y dije que lo asumía personalmente.

SEMANA: ¿Cuáles fueron esas acciones?

C.G.: Llegué al puerto el 24 de agosto y asumí las funciones de directora seccional. Por Buenaventura ingresan 15.000 contenedores mensuales. Las aduanas en el mundo tienen la política de inspeccionar el 10 por ciento de lo que entra, pero en Buenaventura empezamos a inspeccionar el ciento por ciento como parte de un proyecto para implementar a nivel nacional. Por eso, fuimos a mostrarles el proceso a los directores seccionales de Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, Cúcuta, Bogotá y Cali.

SEMANA: ¿Qué pasó con la persona que estaba en la Dirección Seccional de Buenaventura antes de que usted llegara?

C.G.: El capitán René Cantor ya llevaba 5 años en el cargo y cumplió su ciclo, ya lo habían llamado de la Armada Nacional y estábamos en proceso de nombrar otra persona.

SEMANA: Entonces, ¿cómo sucedió el atentado?

C.G.: Cuando llevaba un mes en Buenaventura, me llegó un anónimo que me advertía que había la posibilidad de que me hicieran algo porque estábamos apretando bastante y había gente un poco inquieta. El viernes 17 de noviembre estábamos en un almuerzo con los directores seccionales. Al terminar, abordamos la camioneta blindada que tengo asignada y a los 5 minutos de recorrido empezaron a dispararnos. El conductor nos gritó “agáchense”. Fue muy hábil y nos sacó del sitio. Todos estaban muy impactados, pero yo les decía “no pasó nada, tranquilos”. Igual, ese día se llevó a cabo la acción de control programada y cogimos 6 contenedores llenos de contrabando de confecciones. Sigo siendo la directora seccional de Buenaventura y cumpliendo con mis funciones.

SEMANA: ¿Quién cree que está detrás del atentado?

C.G.: En Colombia hay comerciantes muy honestos que le juegan limpio al país. Es una minoría desesperada de bandidos a quienes las acciones que viene adelantado la Dian los asustan. Pero el quién lo dejo en manos de la Fiscalía, que adelanta la investigación.

SEMANA: La gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, dijo después de lo ocurrido que allá no hay presencia de bandas ilegales. Pero sabemos que Buenaventura siempre ha sido un espacio de pugna entre grupos armados ilegales y mafias del contrabando.

C.G.: Sinceramente pienso que han estigmatizado a Buenaventura, me encontré con una ciudad tranquila. La gente es absolutamente querida y bellísima. En Buenaventura se respira tranquilidad, la gente es feliz. Nunca me sentí amenazada.

SEMANA: Hasta que le dispararon una ráfaga de ametralladora…

C.G.: Sí. Pero si a mí me preguntan dónde quisiera vivir, en Medellín o en Buenaventura, yo diría que en Buenaventura porque es delicioso el clima, el turismo es rico, y a mí me encantaba caminar allá a pesar de que por temas de seguridad no me dejaban hacerlo mucho. El malecón que acaban de inaugurar es una maravilla.

SEMANA: En esta campaña preelectoral varios candidatos están prometiendo bajar impuestos y que la Dian mejore su gestión para generar recaudo de impuestos por medio de las aduanas. ¿Qué tan factible es ese plan? ¿O realmente no tienen idea de cómo funciona el tema?

C.G.: No me quiero meter en los temas políticos porque no soy política, soy una técnica. Separemos el tema tributario del tema aduanero. Las aduanas no son solamente recaudo, son seguridad nacional, porque por las aduanas pueden ingresar enfermedades, como aftosa o ébola; entrar armas, dinero y narcotráfico. Las aduanas solo aportamos el 19 por ciento del recaudo nacional.

SEMANA: Y después de dos atentados, ¿no tiene miedo de seguir ejerciendo su función?

C.G.: El miedo a mí me da más valentía, me fortalece. Esto no es un atentado contra Claudia Gaviria, esto no es un tema personal, es un asunto contra la Dian, y la institucionalidad se debe respetar. Si me hubieran matado, la Dian hubría seguido controlando igual. Yo soy una más, somos más de 9.000 funcionarios que nos levantamos todos los días creyendo que este país puede ser mejor. Mi hijo mayor me decía: “Mami, es más fuerte tu valentía que el riesgo que estás corriendo y yo siempre te voy a tener como mamá, pero yo como colombiano necesito muchas Claudias Gavirias”. Cuando ocurrió el primer atentado, lo único que le pedía a Dios era que me dejara ser útil para mi familia, para mí. Solo le temo a Dios y a la posibilidad de no ser útil.

SEMANA: Su esposo y sus hijos viven fuera. ¿Usted cada cuánto los ve?

C.G.: Nos encontramos una o dos veces al mes, pero todos los días los veo por WhatsApp y por Skype. Estoy pendiente de ellos y ellos de mí. Los regaño por chat, les doy las orientaciones… Me toca. Siempre sé lo que está pasando en mi casa. Mi esposo y yo somos un equipo para formar a estos dos muchachos.

SEMANA: Ahora, en temporada navideña, cuando la gente va a lugares ‘non sanctos’ para comprar sus regalos y ahorrarse una platica, ¿qué les dice, qué les recomienda?

C.G.: Que nadie debería comprar mercancía que ingresa ilegalmente al país. Primero, porque tiene el riesgo de que afecte la salud. Segundo, porque no tiene garantía. Y tercero, por conciencia. Comprar contrabando implica reducir los ingresos del país y financiar la violencia. Los tributos aduaneros no son tan altos y por eso uno no entiende por qué siguen metiendo contrabando. Esto no es porque van a pagar menos impuestos, es porque están lavando. Las operaciones de comercio exterior están asociadas a lavado de activos de bandas criminales, de narcotraficantes. Entonces, ¿queremos aumentar las arcas de los narcotraficantes?