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Erika Ordóñez (izq) junto a Angie Carolina Mendoza, de 23 años, quien murió después de que la dejaron abandonada en el Hospital Metropolitano de la capital atlanticense. | Foto: El Heraldo / Tomadas de Facebook

JUDICIAL

Esteticista involucrada en muerte de joven barranquillera tiene casa por cárcel

A Erika Ordóñez se le señala por la muerte de una joven de 23 años que fue abandonada en un hospital tras una cirugía de glúteos.

7 de octubre de 2015

Las autoridades toman las primeras medidas en el caso de la bella joven que falleció por una cirugía de glúteos en Barranquilla, después de que la esteticista Erika Ordóñez y su yerno, David Jinete, se presentaron voluntariamente ante la Fiscalía.

Este miércoles el juez penal de Barranquilla David Saade Morad sorprendió con su decisión al otorgarle a ella prisión domiciliaria  y a su acompañante libertad, mientras se define su situación jurídica.

Según informó el diario El Heraldo, entre las medidas anunciadas por las autoridades a Erika Ordóñez se le prohibió acercarse a centros de cosmetología o estética, donde se impartan o se dicten clases, o se hagan procedimientos de esa índole. La única posibilidad es cuando sea en "procura" de su propia salud.

Tanto a Ordóñez como a Jinete se les investiga por la muerte de Angie Mendoza Cera, de 23 años, quien murió minutos después de que la dejaron abandonada en el Hospital Metropolitano de la capital atlanticense. 

Ambos, que llevaron a la joven el día que entró al centro médico, afrontan cargos por homicidio a título de dolo eventual. Durante la audiencia el juez que lleva el caso tuvo en cuenta el testimonio de Marina Cera, madre de la víctima, sus aportes al caso permitieron identificar a la mujer que adelantó el procedimiento.

"Cera declaró que el viernes 25 de septiembre en la tarde acompañó a su hija a un edificio en el barrio Porvenir, en el norte de la ciudad, donde supuestamente se practicaría “una citología”. En vista de su demora, tocó la puerta del apartamento 405 y la cosmetóloga fue quien le abrió", dice el rotativo.

La historia

La joven llegó, agonizante, en los brazos de un hombre y de una mujer vestida de enfermera que gritaban pidiendo ayuda en la entrada de la sala de urgencias del centro de salud. “Una camilla, una camilla, por favor”, exclamaba la acompañante.

La escena era dramática. Angie se veía pálida y, según mostraban sus gestos, el aire se le agotaba en cada segundo que pasaba. Los enfermeros del hospital la auxiliaron prontamente.

Mientras tanto, el hombre y la mujer que la acompañaban salieron del hospital, sin identificarse, con la excusa de recoger los documentos de Angie. Sin embargo, nunca volvieron y la joven murió minutos después.

“Falleció por síntomas cardíacos”, afirmó el general Ramiro Castrillón, comandante de la Policía de Barranquilla.

Horas antes de su muerte, Angie se había practicado una cirugía de glúteos en un falso centro estético ubicado en el apartamento 405 del edificio de la carrera 45 con calle 75, de Barranquilla.

El sitio funcionaba de manera ilegal. Las personas que acudían a realizarse tratamientos eran, sobre todo, conocidas de la propietaria o de los familiares de ella.

Según fuentes de Semana.com, Angie, madre de una niña de un año, había ido en reiteradas ocasiones a este lugar a hacerse procedimientos en los glúteos. Incluso, algunos de sus familiares lo sabían y, precisamente, han sido ellos quien han dado información valiosa para la investigación (Vea la historia completa: Angie, la bella joven que falleció por una cirugía de glúteos en Barranquilla).