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MEDIOAMBIENTE

Alianza contra la Deforestación

En menos de 20 años Colombia ha arrasado con 6 millones de hectáreas de bosques. Una verdadera catástrofe ambiental. Noruega es el principal aliado para acabar con este flagelo.

14 de abril de 2018

La cuenca amazónica, un pulmón de 5,5 millones de kilómetros cuadrados y principal esperanza del planeta para frenar el cambio climático, cada día produce menos aire puro y Colombia también es responsable de esta tragedia ambiental. Este flagelo, que según el Ideam en 2016 aumentó 44 por ciento (178.000 hectáreas), tiene en peligro de extinción a casi 3.000 especies de flora y fauna, y amenaza la subsistencia de millones de colombianos que viven de ese recurso natural.

El lunes 9 de abril, durante el lanzamiento oficial de la Gran Alianza contra la Deforestación, que lideran SEMANA y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible con el apoyo de la Embajada de Noruega, el ministro Luis Gilberto Murillo resumió esta catástrofe así: “Colombia, con 53 por ciento de su territorio cubierto de bosque natural, es el segundo país más biodiverso del mundo. Cualquier metro de bosque que se pierda es una pérdida irreparable para la humanidad”.

La colaboración estratégica con Noruega quedó plasmada esta semana con el compromiso que adquirió el país nórdico de pagar 250 millones de dólares hasta 2025, es decir, 50 millones de dólares anuales, por la reducción verificada de las emisiones, con la posibilidad de extenderlo hasta 2030. “Colombia es uno de los países forestales más importantes del mundo, Noruega también ha estado muy involucrada en el proceso de paz de Colombia. Por tanto, tenemos que repensar nuestra cooperación y cumplir nuestras metas conjuntas para ponerle fin a la deforestación”, destacó el ministro noruego de Ambiente y Clima, Ola Elvestuen.

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En ese sentido, el ministro Luis Gilberto Murillo destacó los avances de Colombia. “Tenemos una política novedosa en cambio climático, tenemos programas concretos, pero la lucha contra la deforestación es un compromiso global”, aseguró.

De acuerdo con la experiencia de países como Sierra Leona, Burundi, Bosnia-Herzegovina, Angola, Ruanda o Guatemala, la deforestación bajó en un gran porcentaje después de la firma de los acuerdos de paz. Por ello, se espera que en los primeros cinco años después de terminado el conflicto quede definida la estrategia para frenar este flagelo.

Noruega juega un rol decisivo para que Colombia logre cumplir su meta de Cero Deforestación en 2030, y la Gran Alianza contra la Deforestación es un paso en esa dirección: busca, además de fortalecer la política ambiental del gobierno, sensibilizar al país y movilizarlo para frenar la tala del bosque nativo.

La primera ministra de Noruega, Erna Solberg, estuvo de visita oficial en Colombia para evaluar los avances de la cooperación binacional en los acuerdos de paz y los proyectos para el posconflicto. SEMANA habló con ella.

SEMANA: Se acaba de lanzar la Alianza contra la Deforestación, ¿por qué este proyecto es tan importante para Noruega?

ERNA SOLBERG: Noruega ha trabajado contra la deforestación de los bosques húmedos tropicales desde 2008. Es un compromiso inmenso del Parlamento noruego y de nuestras políticas ambientales. Colombia tiene uno de los bosques húmedos tropicales más diversos y hermosos. Pero ahora estamos viendo un aumento en la deforestación porque están llegando nuevos intereses económicos a esas zonas. Si logramos parar el fenómeno, eso es más efectivo sobre el cambio climático que lo que podemos hacer en Noruega, solos.

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SEMANA: ¿Por qué tiene tanto interés Noruega en el proceso de paz colombiano?

E.S.: Teníamos muchas ONG trabajando en Colombia en esas áreas y también muchos exiliados colombianos viviendo en Noruega por diferentes razones. Es una prioridad para el gobierno noruego decir que nosotros como país pequeño, sin historia colonial, con esta neutralidad que hemos mantenido en temas grandes, tenemos la posibilidad y la oportunidad de ayudar a resolver conflictos.

SEMANA: Parte importante de la ayuda es la reinserción de los exmiembros de las Farc.

E.S.: Ellos han dejado las armas, han ido a las zonas veredales a hacer el proceso de normalización. El reto ahora es crear trabajos y el tema de la tierra. Por eso, hay que hacerlo todo rápidamente: cuando la gente deja esa actividad (la guerra), se pregunta cuál será ahora su futuro y el de sus familias. También se debe asegurar que no quede espacio para que lleguen otros actores no gubernamentales a esas zonas. Colombia sigue teniendo un problema de narcotráfico, todavía existen carteles, y quizá estas actividades están haciendo camino en esas zonas. Hemos visto que hay asesinatos de líderes sociales y activistas de derechos humanos, nos preocupa muchísimo, y deben ser investigados a fondo.

SEMANA: ¿Cómo se combina la reinserción de excombatientes con el proyecto de sostenibilidad?

E.S.: Es importante que una vez estas personas se reintegren a la sociedad, comiencen a hacer proyectos productivos. También es importante que el gobierno entre a esas regiones con infraestructura social, con educación, con colegios, que son los objetivos principales del desarrollo social. Uno debe proteger el medioambiente, pero además tiene que proteger a la gente, la educación y el saneamiento.

SEMANA: ¿Cuál es el valor de involucrar a las mujeres en la construcción de paz?

E.S.: La Resolución 1325 de la ONU fue un hito para entender que si se quiere una paz real, se debe tener en cuenta a las mujeres, que son las víctimas más grandes en el conflicto. Da más sostenibilidad incluir a las mujeres en el desarrollo de una sociedad en posconflicto.

SEMANA: ¿Por qué la sostenibilidad es tan importante para un país que entra en la era de posconflicto?

E.S.: El gobierno hoy tiene la posibilidad de asegurar que los sistemas educativos y de salud lleguen a todos los habitantes del país, mejorando los indicadores sociales. Cuando mejora la seguridad, el tema de la protección ambiental cobra importancia porque la vida económica puede entrar a donde antes no se podía por cuenta del conflicto.

SEMANA: ¿Hay algún miedo de parte de su gobierno respecto a quién gane la presidencia?

E.S.: No. Nosotros no nos entrometemos en ese tema. La cooperación con Colombia va más allá de quién sea presidente. Pero esperamos que esto se convierta en una situación irreversible.