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¿Cómo me pueden decir eso? Las estadísticas hablan por sí solas: durante mi gestión se comenzó a desmontar el paramilitarismo

Al paredón con María Isabel

¿Es cierto que durante su Fiscalía se engavetaron procesos clave contra el paramilitarismo?

El ex fiscal Luis Camilo Osorio le responde a María Isabel Rueda.

26 de mayo de 2007

M.I.R.: La semana entrante lo tiene citado la Comisión de Acusaciones de la Cámara. ¿Va a concurrir?
L.C.O.: Desde luego. Llego este fin de semana.

M.I.R.: ¿Está preparado para responder de todo?
L.C.O.: Son cuatro procesos que, de manera muy inusual, todos le llegaron al mismo representante, Germán Olano.

M.I.R.: ¿Por qué, después de haber salido de la Fiscalía como el gran promotor del sistema penal acusatorio, ahora está tan en entredicho su gestión?
L.C.O.: No hay duda de que hoy hay mejores elementos para investigar, especialmente el paramilitarismo. El hecho de que se esté desmovilizando la gente y haya un proceso de verdad y reparación facilita mucho las cosas por los estímulos a la colaboración. Pero durante mi Fiscalía una de las banderas importantes fue la lucha contra el paramilitarismo, y para eso multiplicamos por cinco la unidad de derechos humanos.

M.I.R.: Pero una de las primeras cosas que hizo bajo su gestión fue dejar morir el proceso por colaboración con el paramilitarismo contra el general (r) Rito Alejo del Río, que se venía construyendo desde la gestión de su antecesor, el fiscal Gómez Méndez…
L.C.O.: Pablo Elías González, que era el vicefiscal, me presentó al día siguiente de mi posesión un proyecto de resolución sobre la decisión de vincular a Rito Alejo del Río, y me dijo: "No hay afán. Organice su escritorio, que esto da espera". El proyecto había sido redactado por una doctora Luna y aparentemente no era una providencia firmada. Al general del Río lo habían detenido ocho días antes de mi posesión. Lo sacaron de su casa a las 6 de la mañana, a pesar de que se presentaba ante la Fiscalía cada vez que se le requería. Ese fue un punto focal a partir del cual se encendieron todas las animadversiones en mi contra.

M.I.R.: ¿Hoy, como ex fiscal, y por cuenta de los nuevos acontecimientos, no tiene claro que el general Rito Alejo sí era tolerante, y quizá más que eso, con el paramilitarismo?
L.C.O.: Él ejerció las funciones entre los años 95 y 97, cuando las Convivir estaban amparadas por la ley como cuerpos armados que brindaban seguridad.

M.I.R.: Pero que ya hacían tránsito a escuadrones de los asesinos de motosierra y coqueros en que se convirtieron muchos de sus miembros…
L.C.O.: Por eso lo de la colaboración es muy relativo. Porque colaborar con las Convivir, como habían sido inicialmente concebidas, era legal. Una cuestión es conocer las evidencias que hay dentro de un proceso, y otra, las evidencias que aparezcan posteriormente. Cada foto es la del momento en que se toma. Con evidencias suficientes yo acuso. Si no las obtengo, no puedo. La Procuraduría tampoco encontró mérito para que se formulara una acusación. Incluso para obtener esas evidencias, a quien hoy es el actual vicefiscal lo situé en Nueva York porque dizque allá iba a llegar el testigo clave en su contra, y jamás se apareció.

M.I.R.: Ahora hay muchos que sostienen que sus cuatro años de Fiscal fueron un tiempo perdido en la lucha contra el paramilitarismo. Yo recuerdo que a su antecesor, el fiscal Gómez Méndez, le declararon las autodefensas la sentencia de muerte porque "se les metió al rancho" por primera vez en la historia. ¿Es injusta la impresión de que durante su gestión se frenó esa embestida?
L.C.O.: ¡Por Dios, María Isabel! Hice multitud de detenciones colectivas con individualización en todas partes del país. En la Costa, en el Viejo Caldas, en el Norte de Santander, 16 de ellas fueron emblemáticas contra el paramilitarismo. ¿Cómo puede venir ahora a decirme eso? Las estadísticas son absolutamente groseras. Hablan por sí solas.

M.I.R.: Pero la misma impresión hay con respecto a su sucesor: que se necesitó el cambio de Fiscal para que se reanudara la ofensiva contra paramilitar…
L.C.O.: Desde luego que la desmovilización y la colaboración con la justicia que ha facilitado la Ley de Justicia y Paz ayudan muchísimo. Pero eso no fue óbice para que yo implementara durante mi Fiscalía las herramientas clave para erradicar el paramilitarismo, hasta el punto de poder afirmar que durante mi gestión, este se comenzó a desmontar.

M.I.R.: Con todo respeto, a juzgar por lo que está pasando hoy, no parece que hubiera dejado nada desmontado…
L.C.O.: Nosotros empezamos a descubrir las fosas de San Onofre y nadie le hizo mucha bulla a eso. Yo estuve personalmente allá. Hoy cualquiera de esas fosas hace noticia. Y la confiscación del computador de 'Jorge 40' fue posible gracias a las vinculaciones de personas que estábamos siguiendo e interceptando telefónicamente desde un año y medio antes.

M.I.R.: El primer interrogatorio del representante Olano se va a basar sobre una acusación de calumnia e injuria de Gustavo Petro en su contra, porque usted dijo que él tenía montada una 'fiscalía' paralela. ¿Todavía lo sostiene?
L.C.O.: Esa frase surgió de un reclamo que yo le hice a Petro, en el sentido de que no podía tomar como base para acusar de infiltración a la Fiscalía las declaraciones de una persona que estaba pinchando teléfonos sin autorización. Petro salió a abrir una controversia pública en una rueda de prensa mostrando unos documentos de inteligencia reservados en investigaciones de la Fiscalía. Eso no era correcto, se lo reclamé a Petro resumiéndolo en esa expresión de la Fiscalía paralela. Y si quiere una prueba al canto, mire lo que pasó en el último debate de Petro en el Senado contra el presidente Uribe. Volvió a repetir los mismos procedimientos con informaciones judiciales que hacen parte de investigaciones de inteligencia.

M.I.R.: ¿Y que alguien le suministra desde adentro?
L.C.O.: Desde luego.

M.I.R.: Una de las principales acusaciones contra su gestión es que la Fiscalía de Cúcuta estaba infiltrada por el paramilitarismo y que usted no hizo nada ante las denuncias. Hoy una señora Magally Moreno sostiene que su jefa, la entonces jefe de Fiscalía en Cúcuta, Ana Margarita Flórez, hija de un amigo suyo, la obligó a infiltrarse en el paramilitarismo alegando que tenía su permiso. El resultado fueron muchos fiscales y detectives sacrificados…
L.C.O.: Magally era una funcionaria veterana del CTI. Yo llevé a Ana María Flórez a Cúcuta a trabajar con el grupo de Ejército y Policía que hacía allanamientos a todos, guerrilla y paramilitares. Para protegerse de las amenazas de muerte que les hicieron, las funcionarias establecieron contactos con los paramilitares. No creo, por el esquema de la organización de la Fiscalía, que Ana María Flórez tuviera mucha información para contar sobre los operativos que organizábamos en Cúcuta. A la primera evidencia de que eso estaba ocurriendo, fuimos nosotros los que ordenamos esa investigación. Ella fue condenada, pero alcanzó a huir.

M.I.R.: Una de las declaraciones que dio el saliente vicefiscal Otálora fue la de que cuando arrancó la Fiscalía de Iguarán, encontraron una cantidad de procesos de paramilitarismo y narcotráfico que se habían engavetado durante su administración…
L.C.O.: No quiero entrar en esa controversia. Lo único que puedo decirle es que Otálora era abogado litigante ante la unidad de lavado de activos y narcotráfico. Todavía no ha acabado de explicar por qué salió tan temprano de la Fiscalía. Hasta ahí dejo.

M.I.R.: ¿Cómo son sus relaciones actuales con el fiscal Iguarán?
L.C.O.: No soy demasiado afectivo con nadie.

M.I.R.: ¿Han sido injustos con su gestión?
L.C.O.: La verdad se tiene que defender sola.

M.I.R.: En la Cámara también lo van a cuestionar porque usted no se declaró impedido en el tema de los Gilinsky contra el Banco de Colombia, cuando su señora era una alta funcionaria de esta entidad…
L.C.O.: Es muy sencillo. El Fiscal General sólo investiga a personas con fuero. Ninguna de las personas involucradas en esa pelea lo tenía. Ese pleito tenía un fiscal propio. Yo no era competente. Nunca me metí en ese proceso, y no lo voy a hacer ahora.

M.I.R.: Usted dijo, antes de salir de la Fiscalía, que por cuenta de su legado en la historia judicial del país, "el próximo Fiscal se cubrirá de gloria". Eso no ha pasado, pero en cambio a usted se le han ido restando muchos puntos de su gestión… ¿Como se defiende de ese descrédito?
L.C.O.: Con el refranero: "Triste destino el de la gloria humana, tan costosa, tan mísera y tan vana…". Petro está diciendo que la historia me va a juzgar desde seis meses después de que entré a la Fiscalía. ¿Dónde y por qué comienza su rabia porque me nombraron Fiscal? Ahí hay un tema que quiero dejar en interrogación para más adelante.

M.I.R.: No puedo terminar esta entrevista sin preguntarle qué piensa de la propuesta del Presidente de excarcelar a los para-políticos…
L.C.O.: Es una posición del Presidente que se encuadra dentro de la política de Estado y que no puede hacer parte de la política internacional: no puedo ponerme a opinar sobre ese caso para abrir otro frente. Quien ha luchado contra el paramilitarismo ha sido la administración del presidente Uribe conjugada con los otros poderes del Estado. Yo trabajé muy de su mano para ayudarlo en el escenario de buscar la reinserción, pero esta no ocurre si a las personas al margen de la ley no se las persigue rotundamente. Eso fue lo que yo hice, en momentos muy distintos a los de ahora, con muchas menos herramientas.

M.I.R.: Lo veo muy preparado para lo de la Cámara…
L.C.O.: Allá hay alguien buscando que me den un pupitrazo, pero me van a tener que oír antes.