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Interpretar algunas medidas de tipo económico y político como pasos previos a una restricción de la democracia y la libertad es inexacto y apresurado

Al paredón con María Isabel

¿Es cierto que el presidente Chávez va hacia un totalitarismo ‘light’?

El nuevo embajador de Venezuela, Pável Rondón, le responde a María Isabel Rueda

20 de enero de 2007

M. I. R.: Bienvenido, señor Embajador. Concretamente, ¿qué lo manda a hacer el presidente Chávez a Colombia?
P. R.: (Mirando a sus asesores) Preguntémosle: ¡Llámenme a Miraflores! (Risas).

M. I. R.: ¿Tiene algo que ver que usted sea el Presidente de la Comisión Negociadora entre Venezuela y Colombia?
P. R.: Él buscó una persona que tuviera un manejo complejo o variado de las relaciones con Colombia. Antes había estado en varias reuniones con los dos Presidentes. En alguna oportunidad estuvimos en Argentina, a donde el presidente Chávez me llamó porque el presidente Uribe quería conocerme, ya que me había escuchado en algunas reuniones. Ahí se creó un vínculo con él, con la canciller Carolina Barco y con María Consuelo Araújo. Le voy a dar una primicia: antes de que a ella la nombraran Canciller, ya habíamos comenzado a trabajar formalmente.

M. I. R.: Me llama mucho la atención el dato de que usted estudió en la Universidad de los Andes…
P. R.: Sí, hice un magíster en desarrollo regional en 1993, y luego me dediqué a trabajar en la temática de fronteras. Trabajamos con la propuesta de mirar la frontera con un nuevo criterio: verla como una unidad, un sistema, y no como dos lugares separados.

M. I. R.: Pero, tiene como 'hobby' la fotografía…
P. R.: Fui profesor de fotografía hace 20 años en la Escuela de Comunicación de los Andes en Venezuela…

M. I. R.: ¿Y cómo es lo del hombre rana?
P. R.: También he sido aficionado al submarinismo, pero nunca pasé de los 30 metros.

M. I. R.: ¿O sea que de político, pocón?
P. R.: No, claro que sí. Pero lo de la política fue entre los 13 y los 50. (Risas).

M. I. R.: ¿Su experiencia en los Andes de Bogotá lo volvió un colombianólogo o un colombianófilo?, entendiendo por lo primero conocimiento del país, y por lo segundo, conocimiento más cariño.
P. R.: Quiero a Colombia y he estado muy vinculado con ella, después de haber estudiado aquí y vivido primero en el barrio Cedritos y después en La Candelaria, de donde de la cama al aula de clases me gastaba sólo 12 minutos. De Cedritos a los Andes eran como tres horas.

M. I. R.: Los anuncios del presidente Chávez el día de su posesión no han sido entendidos del todo. La semana pasada, 'El Tiempo' publicó una entrevista con el periodista Teodoro Petkoff, fuerte opositor de Chávez, en la que asegura que lo que está es conduciendo al país a una especie de totalitarismo 'light'…
P. R.: Mire: de estas elecciones se dijo incluso que iba a haber fraude, y tengo que reconocerle a Petkoff que antes de que el mismo organismo electoral lo anunciara, él reconoció que no hubo fraude y que la victoria era indiscutible. Interpretar algunas medidas de tipo económico y político como pasos previos a una restricción de la democracia y la libertad es inexacto y apresurado.

M. I. R.: Ahora el presidente Chávez ha solicitado una Ley Habilitante. En el mismo sentido, eso no es para brincarse el Congreso y gobernar por decreto?
P. R.: Eso lo han hecho casi todos los Presidentes de Venezuela, y ninguno se ha convertido en dictador. Lo que pasa es que la administración venezolana sigue siendo muy lenta, muy burocrática. Aquí en Colombia también veo comisionados para esto, para lo otro, que se saltan la burocracia, que por lo menos en Venezuela es inconveniente tocarla, porque ¿dónde se va a emplear esa gente? Es una forma de redistribuir el ingreso del país. Con la Ley Habilitante, el presidente Chávez está buscando un instrumento que facilite las metas de los planes tan audaces que tiene.

M. I. R.: Quedó la impresión de que el conflicto de Colombia con Ecuador sí estuvo influido por una alianza del presidente Chávez con el presidente Correa contra Colombia…
P. R.: Para ese asunto sí le desvirtúo esa alianza. Creo que hubo antes y después una declaración del presidente Chávez en el sentido de que él habría hecho lo mismo.

M. I. R.: ¿O sea que ustedes tampoco aceptan las fumigaciones fronterizas?
P. R.: No. Las hemos denunciado siempre que las ha habido, por ejemplo en el Catatumbo.

M. I. R.: ¿El gobierno venezolano, como el ecuatoriano, se niega a calificar a las Farc de terroristas?
P. R.: Los ministros de Defensa que se reunieron en septiembre acordaron en hablar más bien de los factores que generan violencia en la frontera y que son de variados orígenes. La calificación de "terroristas" es como un comodín. Apareció después de septiembre 11. Y en el caso de Colombia ha habido una discusión histórica: recuerdo que en la Guerra de los Mil días, según figura en muchos documentos, los liberales se negaban a que los llamaran facinerosos. Eso era peor que llamarse terrorista en este momento. Cuando uno sigue observando la relación del presidente Uribe y de sus antecesores no sólo en su enfrentamiento, sino en su acercamiento y diálogos con los grupos guerrilleros, el Estado tiene que usar de acuerdo con sus intereses del momento la calificación de tal. Cuando se empieza a negociar, ya el grupo armado deja de ser terrorista, por lo que no hay que casarse con un argumento que puede ser circunstancial. Y se corre el peligro de coincidir con un lenguaje generado desde Estados Unidos para calificar a determinados grupos. Cuando yo estaba en el liceo me acusaban de agente de Moscú y de La Habana. Por eso iba uno preso. Ese era el apelativo del momento, equivalente a lo de terroristas ahora.

M. I. R.: La revista 'Jane´s' sostiene en un número reciente que la actividad del narcotráfico colombiano se está trasteando aceleradamente a Venezuela…
P. R.: El último año ha sido en el que más se ha incautado droga y se ha capturado a agentes del narcotráfico. A nosotros nos preocupa que esa especie se haya puesto a rodar sin bases para acusar a Venezuela de ser un centro de refugio, producción y distribución de droga. Esta campaña no sería preocupante si fuera solamente de desinformación, fácilmente desvirtuable, pero podría conducir a medidas internacionales coercitivas contra Venezuela, que es lo que yo quiero denunciar, y aprovecho este canal para hacerlo.

M. I. R.: ¿Piensan que es una campaña de Estados Unidos para justificar ciertas actitudes contra Venezuela?
P. R.: No sólo de Estados Unidos sino de diversos sectores que quieren usar eso en algún momento. O bien como un plan determinado y en un lapso que puede ser de aquí a marzo: responsablemente le digo que existe esa campaña contra Venezuela. O pretenden tener ese plan allí en reserva para desgastarnos desde los puntos de vista moral y político.

M. I. R.: ¿Ve a Colombia muy aislada en el continente?
P. R.: Colombia tiene una ubicación distinta a la de la mayoría de países suramericanos en este momento. Está jugando un papel de liderazgo en algunas posiciones en América Latina como los tratados de libre comercio con Estados Unidos, el conflicto en Irak, el terrorismo internacional. El presidente Uribe ha declarado su cercanía con Estados Unidos, lo que hace una triangulación: una estrecha relación entre Colombia y Venezuela, una relación de enfrentamiento y de desconocimiento de los derechos de Venezuela por parte de Estados Unidos y un acercamiento de Colombia con Estados Unidos. Pero eso no se ha traducido en un enfrentamiento entre Colombia y Venezuela. Esa autonomía frente a Estados Unidos no significa plantearles la guerra o pedirles que se muden del continente. Desde el punto ideológico y político, Colombia estaría en un grupo más pequeño, junto, por ejemplo, con México y Perú; pero América Latina puede ser multipolar, donde convivan países que se declaran enfrentados y distanciados de Estados Unidos con otros que no lo están.

M. I. R.: Ha habido también preocupación por los apelativos utilizados por el presidente Chávez contra el presidente de la OEA, el señor Insulza. ¿Al llamarlo pendejo intenta enlodar la autoridad de esta entidad en el continente?
P. R.: El presidente Chávez ya expresó su intención de dialogar con Insulza. Pero sí se requiere reestructurar el sistema interamericano. Tener una nueva organización de los países. La OEA está muy distante de los cambios de América Latina. Después de 200 años, se necesita un nuevo modelo de integración, una nueva multipolaridad hemisférica. Me gusta este término.

M. I. R.: Lo noto como tranquilo en lo de las relaciones de Colombia con Venezuela…
P. R.: Satisfecho sí. Pero considero que las relaciones más complejas de Venezuela no son con Estados Unidos, porque ahí la suerte ya está echada, aunque hacemos esfuerzos para que se nos respete y ellos dicen que sí, pero después se les olvida; sino con Colombia, porque cada día tenemos que levantarnos, leer la prensa, llamar a los comisionados, resolver un problema y prepararnos para el que pueda venir.

M. I. R.: Finalmente, ¿cómo le ha ido en su regreso a Bogotá?
P. R.: ¿Cómo hacemos para que no nos cambie tanto el clima?

M. I. R.: Se ha calentado un poco…
P. R.: Sí. Cuando vivía en la Calendaria hacía mucho frío. Ahora hace menos.

M. I. R.: ¿Qué es lo que más recuerda de la ciudad de esa época?
P. R.: Cuando yo vivía en la Candelaria, el alcalde menor mandó quitar las sillas del Chorro de Padilla. No sabía entonces dónde recibir a los amigos de Caracas para contarles sobre el barrio la Candelaria. Ahora descubrí que las volvieron a poner.

M. I. R.: Es que para su regreso se las mandamos a poner…
P. R.: ¡Ay, gracias!