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"Es una tercera guerra mundial"

Mario Vargas Llosa habló con SEMANA sobre el terrorismo y el populismo en América Latina.

10 de noviembre de 2003

El famoso escritor peruano Mario Vargas Llosa estuvo la semana pasada en Bogotá presentando la Fundación para la Libertad, que coordina actividades de instituciones que promueven la democracia y los derechos humanos en Estados Unidos e Iberoamérica. Antes de hablar en el foro Amenazas a la Democracia en América Latina, organizado por el Instituto de Ciencia Política, la Federación de ONG Verdad Colombia y la revista SEMANA, Vargas Llosa habló sobre la situación política del continente, de la cual sabe como pocos.

SEMANA: ¿Hay en América Latina un resurgimiento de la violencia política de los 80?

Mario Vargas Llosa: Hay un resurgimiento de un populismo que parecía arrinconado. El más destacado es el de Venezuela, que es un fenómeno de populismo puro acompañado de un autoritarismo creciente. Hay fenómenos claramente populistas en Ecuador, en Bolivia, en Argentina. Pero diría que estamos en un retroceso y que otra vez se va a llenar América Latina de guerrilleros y de guerras civiles. En todo caso sí hay una especie de desafección con la democracia.

SEMANA: ¿Fracasó el neoliberalismo?

M.V.Ll.: No, es que las democracias políticamente han avanzado pero las reformas económicas han sido insuficientes y en la mayor parte de los casos frustradas por la corrupción. El neoliberalismo es una especie de fantasma o etiqueta que se aplica indistintamente para lo que en buen castellano se llama corrupción o demagogia. Ha habido supuestas reformas liberales, como las que hizo la dictadura de Fujimori, que privatizó buena parte del sector público. Pero se privatizó para transferir monopolios públicos a monopolios privados. Eso pasó también en Argentina con Menem: unas reformas supuestamente liberales eran simplemente cortinas de humo para enriquecer a los compinches. Eso es lo que ha frustrado las supuestas reformas liberales. Pero hay países como Chile, donde se ha avanzado mucho y allí el nivel de corrupción es mínimo.

SEMANA: ¿Cómo evitar el resurgimiento de los movimientos guerrilleros?

M.V.Ll.: Hay que hacer las reformas de verdad. Hay que darle a la gente que vive el drama de la pobreza la seguridad de que estamos en el buen camino. La gente sí acepta sacrificios pero no sacrificios para vivir luego peor. El caso de Brasil es interesante. Lula, que parecía un populista, de pronto muestra una gran sensatez, un gran pragmatismo, parece un discípulo de Tony Blair. Eso ha creado en Brasil una enorme expectativa e internacionalmente una imagen muy favorable.

SEMANA: Usted, que es experto en la figura del dictador, ¿ve surgir un nuevo tipo en América Latina?

M.V.Ll.: América Latina tiene todavía un sobreviviente del viejo modelo, que es Fidel Castro, el último de los dinosaurios. Y un pequeño discípulo, un aprendiz, que es el comandante Chávez. A mí me da la impresión de que Chávez es más la versión payaso del viejo dictador. Pero lo que hay en el resto de América Latina es algo mucho más difuso y confuso. Son unos brotes de un populismo impregnado de nacionalismo. En algunos casos, incluso, con algunas connotaciones racistas, que son muy inquietantes en Bolivia, en Perú, en Ecuador. Aunque no lleguen a capturar el poder pueden desestabilizar profundamente la democracia. Cuando uno escucha a ciertos demagogos en estos países parece que el problema número uno en América Latina fuera el de resucitar el imperio de los incas.

SEMANA: También existe la tendencia a resucitar a Simón Bolívar.

M.V.Ll.: Será que los viejos modelos ideológicos están tan desacreditados que se retorna una vez más a los héroes nacionales. Pero detrás de eso hay un nacionalismo muy peligroso. El nacionalismo nos ha destrozado en el pasado y ha sido el gran obstáculo a una integración que hubiera facilitado enormemente el desarrollo en América Latina. Los países tienden a integrarse en favor del desarrollo. Eso aquí desgraciadamente está muy rezagado.

SEMANA: Usted, que acaba de publicar una compilación de columnas sobre Irak, ¿qué opina de la lucha de Estados Unidos contra el terrorismo?

M.V.Ll.: En Irak está ocurriendo hoy en día algo muy importante que trasciende largamente sus fronteras. En Irak hay clarísimamente una batalla que da el integrismo en todas sus manifestaciones contra lo que llaman satán. Satán es Estados Unidos y lo que representa: una manera de entender la organización social, la participación del individuo en política, la sociedad laica, un ejército al servicio del Estado y no un Estado al servicio del ejército. Es una batalla que está abierta, que tiene como su escenario principal a Irak pero que se va a seguir dando en distintos lugares del mundo.

El terrorismo es un nuevo tipo de adversario que es escurridizo, que no ocupa unos territorios, que está infiltrado en las filas y a las espaldas del adversario, que cuenta con unos extraordinarios recursos y con acceso a una tecnología bélica de inmenso poder destructivo. Y unos ejércitos convencionales que clarísimamente no están preparados para librar felizmente esta batalla y que tienen que reconstruirse en función de esta nueva realidad. Mientras esto ocurre el terrorismo va a seguir golpeando muy fuertemente, como lo está haciendo hoy en Irak.

SEMANA: ¿Y le parece que es una lucha que hay que dar?

M.V.Ll.: Se puede discutir la legitimidad o la ilegitimidad de la acción militar. Pero la realidad hoy en día es que la guerra está ahí, abierta, y yo creo que esa guerra la gana el terrorismo o la gana el modelo occidental. Es una batalla que tiene para rato. Yo creo que en este momento se ha dado en Irak, pero también se ha dado en Afganistán y se está dando de manera localizada en Colombia, en el País Vasco en España y se puede empezar a dar en cualquier momento en países que viven tensiones tan grandes como cualquier país latinoamericano, o africano, o incluso países europeos. Es como una tercera guerra mundial que se hubiera iniciado de una manera discreta, muy fragmentada.

SEMANA: ¿Qué incidencia tendrá esta guerra sobre América Latina?

M.V.Ll.: Tendrá una incidencia directísima. Porque los problemas sociales, económicos, las desigualdades, las inmensas fracturas que hay en nuestras sociedades hacen por desgracia a América Latina el continente propicio para este tipo de guerras. Hoy está muy localizada en Colombia, básicamente. Pero hay países que son candidatos. Sería una actitud suicida decir que es un asunto que vemos en palco, desde lejos. Es un problema que nos ronda, que el Perú lo ha vivido durante ocho años con Sendero Luminoso con un saldo de casi 70.000 muertos.

SEMANA: ¿Qué tan cierto es el resurgimiento de Sendero Luminoso?

M.V.Ll.: No es verdad. Hay pequeños brotes, pero que son más de pequeños grupos que sobrevivieron y que se han transformado en grupos criminales. Lo que hay es un problema de narcotráfico apoyado por grupos armados.

SEMANA: ¿Le ve solución al narcotráfico?

M.V.Ll.: Yo creo que esto sólo tiene una solución, que es la legalización a través de un acuerdo internacional. La que ha propuesto The Economist.

SEMANA: Para terminar, ¿cómo se ve Colombia en el contexto latinoamericano?

M.V.Ll.: La impresión que se tenía desde afuera es que en Colombia el Estado retrocedía, las instituciones democráticas perdían un poco de terreno y los que avanzaban eran las Farc y el ELN. Y la impresión que se tiene ahora es la contraria. Es un hecho muy positivo.