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Juan Andrés Carreño, presidente de la Comisión Nacional de Televisión, dice que no puede obligar a los cableoperadores a pagar los derechos de autor a los productores internacionales

TELEVISIÓN

¿Estamos viendo tv pirata?

Desde hace cuatro años la televisión por cable no paga derechos de autor por las obras audiovisuales que retransmite. Hay un fuerte debate y ya comenzaron acciones penales entre los grandes estudios de Hollywood y los operadores locales.

6 de junio de 2009

Mientras en Polonia la televisión por suscripción paga a RTI o a RCN por cada retransmisión que se hace allá de Pasión de Gavilanes o de Betty la fea, en Colombia aún no se les reconocen todos los derechos de autor a los productores internacionales. O al menos ese es el reclamo que hace la Sociedad de Gestión Colectiva de Derechos de Propiedad Intelectual (Egeda), en representación de productores audiovisuales y cinematográficos internacionales como Metro Goldwyn Meyer, Universal Studios y Paramount Pictures, contra Telmex, Directv, Sky, Telefónica y el resto de operadores en Colombia.

Según Egeda, la deuda nacional por la retransmisión de contenidos en 2007 y 2008 ya asciende a 16 millones de dólares, cifra que supera la licencia pagada recientemente por CityTV para estar al aire en los próximos 10 años. Felipe Carreño, representante legal de Egeda, explica, a modo de ejemplo, que todas las películas que vemos en los canales RAI italiana, TVE o Eurochanel, no cuentan con la debida autorización de los productores para ser retransmitidos por Telmex.

Aunque los operadores colombianos, agremiados en la Asociación de Televisión por Suscripción y Satelital de Colombia (Tvpc), afirman que sí pagan derechos de autor, una cosa es pagar por las señales que transmiten, y otra, por los contenidos y su retransmisión. En este punto no se ha llegado a ningún acuerdo con Egeda, a pesar de la claridad que hay al respecto en el Código Penal colombiano y el Convenio de Berna para la protección de las obras artísticas, adoptado por Colombia.

La Comisión Nacional de Televisión (Cntv) como garante de estos derechos, se ha reunido por lo menos 10 veces con Egeda, y sólo ha logrado una circular que recuerda a los cableoperadores el pago de derechos al intelecto y la legitimidad del reclamo. "No ha sido posible obtener actuación alguna de la Comisión para detener estas infracciones, que incumplen lo pactado en el contrato que les otorga la licencias", señala Felipe Carreño, de Egeda.

Según el director de la Cntv, Juan Andrés Carreño, "podemos recordarles su obligación, pero la Comisión no puede tomar partido ni dirimir conflictos entre particulares, no somos juez. Si hay una providencia de un juez dando razón a Egeda, en ese momento habrá acciones de la Comisión". A lo cual el ex comisionado Eduardo Noriega responde que la Comisión sí debe hacer que los operadores de televisión cerrada cumplan con esos derechos de autor: "Si no lo hacen, debe investigar e imponer las sanciones correspondientes. A mi juicio, hay negligencia".

Cada vez que la Comisión otorga una concesión, el contrato estipula una cláusula de paz y salvo con los derechos de autor, según Jorge Armando Otálora, abogado de Egeda, quien añade que "por eso tiene la potestad de no prorrogar contratos o de imponer multas, sin necesidad de que falle un juez".

Ante la inacción de la Comisión de Televisión y las estériles reuniones de conciliación, Egeda iniciará acciones penales y civiles contra las compañías. Alfredo Deluque, el presidente de la agremiación de cableoperadores, Tvpc, argumenta que no tiene claro cuáles son los derechos sobre los cuales hay que pagar, a pesar de la circular de la Comisión y los conceptos que ha emitido la Dirección Nacional de Derechos de Autor.

La pugna está para alquilar balcón, ya que en diciembre se vencen las licencias de concesión, en las cuales se contempla el pago de los derechos de autor. Si para ese momento no se ha llegado a un acuerdo, la ley dice que las licencias de los cableoperadores podrían no prorrogarse. Y falta ver finalmente qué papel juega la Comisión entre los derechos intelectuales que se deben pagar y la jugosa suma que pagan los cableoperadores por sus licencias a dicha Comisión.