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JUSTICIA

E.U. contra las Farc

Las acusaciones de Washington contra 'Jojoy', 'Romaña' y el 'Negro Acacio' confirman la decisión del Tío Sam de perseguir a los terroristas colombianos.

16 de noviembre de 2002

Pasaron apenas ocho días desde que el secretario de Justicia de Estados Unidos, John Ashcroft, el jefe del FBI y el jefe de la DEA, anunciaran un golpe contra dos jefes paramilitares y sus cómplices internacionales en el tráfico de armas por coca, cuando ya estaban otra vez los tres funcionarios, en una nueva rueda de prensa, esta vez para dar a conocer tres resoluciones de acusación por delitos cometidos en diferentes episodios por jefes de las Farc, entre ellos el 'Mono Jojoy', jefe militar de las Farc, y 'Romaña'.

Casi parafraseando lo que dijo tras el golpe a los paras, o cuando pidió a Carlos Castaño en extradición, Ashcroft insistió en que: "Estas acusaciones demuestran que perseguiremos a los terroristas y a los grupos terroristas, sin importar qué disfraz criminal tengan, sean narcoterroristas, extorsionistas, secuestradores y asesinos de estadounidenses y de otros civiles inocentes".

Lo curioso es que, en esta ocasión, las resoluciones acusativas de la justicia norteamericana no fueron acompañadas por una petición de extradición ni por un operativo de captura. Según pudo establecer SEMANA en diversas fuentes, no se anunció la extradición, no por una consideración política o jurídica como algunos llegaron a especular, sino por una razón bastante más sencilla: no hubo tiempo y la presión era mucha. El gobierno de Washington quería enviar rápidamente la señal de que perseguiría a todos los terroristas, sin importar sus justificaciones ideológicas. No obstante había dado ya dos golpes contra las AUC (las capturas en Costa Rica y la solicitud de extradición de Castaño) y aún no se veían pasos contra las guerrillas. Incluso el gobierno colombiano había enviado un mensaje en este sentido a Estados Unidos el mismo día en que anunció que quería juzgar al jefe paramilitar en su país. Así que en cuanto les fue permitido hacer públicas las acusaciones (los grandes jurados las cierran hasta tanto no finalice la investigación y ni siquiera los acusados saben que tienen una pesquisa en su contra) salieron a anunciarlas, aunque aún no habían culminado los trámites para la extradición. No obstante el gobierno estadounidense no ha dado aún una explicación oficial sobre el asunto.

Los tres casos

El primero de los casos surgió de una investigación conjunta del FBI -encargado por su gobierno de perseguir a los terroristas que ataquen intereses y ciudadanos estadounidenses en todo el mundo-, el fiscal por el Distrito de Columbia (donde está Washington) y la División Penal del Departamento de Justicia. Esta acusación sostiene que Jorge Briceño, el 'Mono Jojoy', jefe del Bloque Oriental de las Farc; Tomás Molina Caracas, el 'Negro Acacio', jefe del frente 16 de la misma organización, y un guerrillero identificado como 'El Loco' o 'Fernando' fueron responsables de haber secuestrado a los ciudadanos estadounidenses Earl Goen y Jerel Shaffer, junto con un ciudadano venezolano, en un campo de pesca en Hato Quesera, estado Apure en Venezuela. A Goen lo dejaron encerrado y a Shaffer y al venezolano se los llevaron a Colombia en un avión que hurtaron. Al estadounidense, que era empleado de la empresa Production Operation Inc., que operaba en un campo petrolero venezolano, lo tuvieron secuestrado desde febrero de 1997 hasta noviembre del mismo año; lo amenazaron de muerte, y cuando su familia lo llamaba para saber de él, lo golpeaban antes de ponerlo al teléfono. 'Jojoy' personalmente les pidió cinco millones de dólares de rescate. Además las Farc asesinaron a sangre fría con tiros en la cabeza a dos colombianos que les vendieron gasolina y comida respectivamente. Finalmente el secuestrado fue liberado luego de pagar un rescate de un millón de dólares.

La segunda acusación se superpone a otra que ya había hecho el Departamento de Estado en marzo pasado y por la cual había pedido la extradición del 'Negro Acacio' por haber intercambiado cocaína por armas. La nueva acusación sostiene que 'Jojoy' y Molina supervisaron esta operación. El gobierno estadounidense también afirma que Briceño es quien controla las grandes operaciones de drogas de las Farc y recibió enormes sumas de dinero de 'Acacio' a cambio de cocaína.

En el tercer caso se acusó a Henry Castellanos, 'Romaña', del secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses, los observadores de aves Louise Augustine, Todd Mark, Thomas Fiore y Peter Shen en marzo de 1998.

Curiosamente en el caso del secuestro de Shaffer, en Venezuela, la resolución de acusación estaba lista en octubre 29, y sin embargo la corte resolvió mantenerla cerrada por petición de las autoridades. Según éstas, hacer pública esta acusación entonces ponía en riesgo otra investigación en curso contra los mismos implicados. Así que es de esperar que en este momento haya un gran jurado valorando otras pruebas contra miembros de las Farc por nuevos casos de terrorismo contra estadounidenses. Es decir, vienen nuevos indictments. Y es muy probable que la solicitud de extradición contra estos y otros jefes de las Farc esté a la vuelta de la esquina.

Extraditar o no

Como toda política es primero local, los anuncios del gobierno estadounidense contra terroristas colombianos de todos los pelambres son, sobre todo, importantes para demostrar logros contra el terrorismo en su propio país. El gobierno de George W. Bush no ha podido dar golpes contundentes a Osama Ben Laden y su grupo Al Qaeda tiene una gran presión ciudadana para mostrar resultados contra el terrorismo. Las investigaciones contra las Farc y las AUC le sirven de paliativos. No muy duraderos, por cierto. No alcanzó Ashcroft a terminar su anuncio de las acusaciones contra las Farc cuando los periodistas estadounidenses ya lo estaban acribillando con preguntas acerca de las pesquisas sobre la organización árabe.

De todos modos estos anuncios siguen estando en el terreno de lo simbólico. No hay un pez gordo de las Farc capturado, y por más acusaciones de un gran jurado estadounidense no será fácil atraparlos.

"Los perseguiremos por el tiempo que sea necesario, usando cada herramienta a nuestra disposición, donde quiera que se escondan", dijo Ashcroft. Y luego, en la radio colombiana, Asa Hutchinson, director de la DEA, no negó la información de The New York Times de que Estados Unidos está planeando entrenar un batallón de colombianos para perseguir guerrilleros y paramilitares por todo el país. Así mismo, en el paquete de ayuda del Plan Colombia (ahora la Iniciativa Andina) para el próximo año, se están contemplando cinco millones de dólares para entrenar una unidad del Ejército colombiano que persiga a los jefes paramilitares.

Pero, como dijo un alto oficial a SEMANA, los comandos tipo 'bloque de búsqueda' pueden ser más efectivos para satisfacer la imagen de algunos que para capturar realmente a los delincuentes. "La inteligencia silenciosa es más lenta pero más eficaz", dijo, y aseguró que el gobierno está buscando activamente a los jefes de guerrillas y paras.

Y la coyuntura pos-11 de septiembre puede resultar fructífera en este sentido. A los estadounidenses ya no les interesa buscar sólo a los narcotraficantes, sino que ahora coinciden con el gobierno colombiano y ambos buscan prioritariamente a las cúpulas de las Farc y las AUC. Y hacer inteligencia solos no es lo mismo que hacerla en llave con el FBI y con toda la información que recogen los radares y satélites estadounidenses. Es que si no han cogido a 'Marulanda' ni a 'Jojoy' en tres décadas van a necesitarse más que anuncios y solicitudes de extradición para hacer efectivas sus capturas.

Ahora bien, si los llegaran a capturar, el presidente Alvaro Uribe se vería en un dilema. La ley le otorga el poder discrecional de decidir si extradita a la persona primero o si estipula que primero debe cumplir las penas que tenga en Colombia o esperar los procesos que se le hayan abierto aquí. Y es que los jefes de las Farc han cometido muchos delitos y tienen decenas de procesos abiertos en el país. Incluso hay procesos por dos de los tres casos denunciados por la justicia estadounidense la semana pasada.

Además 'Jojoy' tiene el récord de 66 investigaciones, 12 medidas de aseguramiento, 62 órdenes de captura y una condena a 40 años de cárcel por terrorismo. Los delitos que se le imputan son secuestro, homicidio, terrorismo, hurto y lesiones. 'Romaña' tiene también una condena y 17 órdenes de captura. El 'Negro Acacio' tiene medida de aseguramiento por la investigación derivada de la Operación Gato Negro. Todos tienen enormes cuentas pendientes con la justicia y la sociedad colombianas y no dejaría de ser algo vergonzoso para los colombianos que terminaran pagando primero por sus pocos delitos contra los estadounidenses que por los miles que han cometido contra los colombianos.